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Rayas

Domingo pintó una raya con sus creyones y quiso ver y vio cuanto quiso y luego pintó más rayas en el papel. Domingo pintó una casa con una fuente y se fue a beber y el agua eran muchas rayas de un sol de rayas en la pared. Y vio una serpiente durmiendo a un dragón, y vio mil ciudades en su corazón, y vio una jirafa cayendo en la red, del oso de azúcar y un río de pie. Elena pintó la lluvia lloviendo lenta sobre el papel y vio cuanto quiso y luego pintó más lluvias en la pared. Elena pintó la lluvia con cuatro rayas color de flan y luego pintó tambores con otras rayas y mucho más. Y vio una muchacha bailando en el mar, los ojos bañados de profundidad. Y vio una sonrisa de musgo y color y un líquen que nace de su corazón. Cuanto quieras ver verás, todo lo que imaginaste. Cuanto quieras ver verás, todo aquello que soñaste. María pintó una raya sobre la raya que otro pintó y dijo que era una foca bailando al ritmo de una ilusión. Y vio a Blancanieves morena de piel y el bosque encantado y la abeja en la miel. Las cosas que hemos vivido ya nunca fueron más lo que son, las cosas son como rayas y cada uno vio lo que vio. Cuanto quieras ver verás, todo lo que imaginaste. Cuanto quieras ver verás, todo aquello que soñaste. Pedro Guerra

Mira.

Me veo en ti. ¿Tú te ves en mí?.
A veces quería atravesar con mi mano el cristal, pasar al otro lado, ver como sería el mundo al revés. Pero nunca llegaba más allá del contacto con mis fríos dedos. Tal vez porque en el fondo me daba miedo cruzar esa línea. Al otro lado todo debía quedar tan frío como mi mano. O quizás no, tal vez fuera solo un engaño del cristal, que no quería que pasáramos. Me engañaba a mí, y a mí también, porque tampoco intenté nunca saltar a este lado. Separada de mi misma.
Me veo a mí. Y me veo en mí, también. Porque somos como espejos. Yo frente a mí misma me reflejo una y otra vez hasta el infinito, hasta un lejano lugar donde mi vista no alcanza. Y sin embargo, estoy también en ese punto.