Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano, un mago llamado Merlín reunió a todos los caballeros del lugar en los jardines del castillo real y les dijo:
-Hace tiempo que muchos de vosotros me pedís un reto. Algunos me habéis sugerido que organice un torneo entre todos los caballeros del reino. Otros habéis pedido que organice un concurso de destreza con la lanza y la espada. Sin embargo, voy a proponeros un reto diferente.
La expectación entre los caballeros era máxima. Merlín continuó:
-He sabido que en nuestro reino, en un plazo de siete lunas, nacerá el Trébol Mágico.
Hubo entonces un revuelo, murmullos y exclamaciones entre los presentes. Algunos ya sabían a qué se refería; otros no. Merlín puso orden.
-¡Calma, calma! Dejadme que os explique qué es el Trébol Mágico: es un trébol de cuatro hojas único, que proporciona al que lo posee un poder también único: la suerte sin límites. Sin límite de tiempo ni límite de ámbito. Proporciona suerte en el combate, suerte en el comercio, suerte en el amor, suerte en las riquezas..¡suerte ilimitada!
Los caballeros hablaban y hablaban entre ellos con gran excitación. Todos querían encontrar el Trébol Mágico de cuatro hojas. Incluso algunos se pusieron en pie, lanzaron gritos de victoria e invocaron a los dioses.
De nuevo, Merlín aplacó los murmullos y tomó la palabra:
-¡Silencio! Aún no os he dicho todo. El Trébol Mágico de cuatro hojas nacerá en el Bosque Encantado, más allá de las doce colinas, detrás del Valle del Olvido. No sé en qué rincón será, pero nacerá en algún lugar del bosque.
Aquella excitación inicial se vino abajo. Primero se hizo el silencio y, a continuación, los suspiros de desánimo resonaron por los jardines del castillo. Tal vez porque el Bosque Encantado era tan extenso como toda la parte del reino que estaba habitada. Se trataba de miles y miles de hectáreas de espeso bosque. ¿Cómo encontrar un minúsculo trébol de cuatro hojas en tan extenso lugar? ¡Habría sido cien mil veces mejor buscar una aguja en un pajar! Por lo menos, ese sería un reto posible.
Así pues, ante la dificultad de la empresa, la mayoría de los caballeros abandonaron el castillo real, mascullando quejidos de protesta y dirigiendo miradas de desaprobación a Merlín cuando pasaban junto a él.
-Avísame cuando tengas algún reto que se pueda alcanzar -le decía uno.
-Si hubiera sabido que se trataba de algo así, no me hubiera molestado en venir -añadía otro.
-¡Vaya reto! ¿Por qué no nos has enviado a un desierto a encontrar un grano de arena azul? ¡Habría sido más fácil! -le espetaba otro, con sorna.
Uno tras otro, todos los caballeros salieron del jardín, se dirigieron a las cuadras y montaron sus caballos. Sólo dos se quedaron con Merlín.
-¿Y bien? -preguntó entonces el mago-. ¿Vosotros no os vais?.
Uno de ellos, que se llamaba Nott y llevaba una capa negra, respondió:
-Sin duda es difícil. El Bosque Encantado es enorme. Pero sé a quién preguntar. Creo que podré encontrar el Trébol Mágico de cuatro hojas. El trébol será para mi.
El otro, que se llamaba Sid y llevaba una capa blanca, se mantuvo en silencio hasta que Merlín le dirigió una mirada escrutadora. Entonces dijo:
-Si tú dices que el Trébol Mágico de cuatro hojas, el trébol de la suerte ilimitada, va a nacer en el bosque, significa que es así. Creo en tu palabra. Por eso iré al bosque.
Así pues, ambos caballeros partieron hacia el Bosque Encantado. Nott, en su caballo negro. Sid, en su caballo blanco.
Escrito por Diana Duarte a las Marzo 6, 2004 09:46 PMThere is no great genius without some touch of madness.
Escrito por penis enlargement a las Octubre 16, 2004 08:58 PM