No se preocupe señora, en radiomoet le solucionamos eso y mucho más

Bueno, bueno, bueno, cuanto tiempo sin pasar por aquí… La de cosas que han pasado en estos meses y lo mal que nos hemos portado. Asumimos nuestra cuota de responsabilidad de nuevo e intentamos por enésima vez poner en marcha esta bitácora que, sin duda alguna se convertirá en la más leída de la blogosfera.
En realidad, este post reinauguratorio tiene una de esas funciones del lenguaje que estudiamos en la misteriosamente obsoleta EGB: la función fática. Es un “toc-toc, ¿se me escucha? ¿Hay alguien ahí? ¿Conoce usted nuestro blog?”. Para ello, y por eso de la interactividad y tal, lanzaremos, a modo de globo sonda, una pregunta al aire, de esas que crean polémica, trascendental, valiosa tanto en su contenido como en la clarividencia de su construcción, como en la eminencia de las cientos de respuestas que recibiremos. Una pregunta que toque la fibra sensible y con la cual, usted, lector inteligente e incisivo, quedará prendado sin remedio por los siglos de los siglos de esta bitácora, comentando sin descanso a sus familiares y amigos como hemos cambiado su vida, como, desde que nos lee, su vida pública ha mejorado notablemente, como nunca le faltan temas de conversación, como se ha convertido de la noche a la mañana en el alma de cualquier fiesta que se precie, como le sienta mejor la ropa y su piel se ve más resplandeciente… Y tan solo con contestar a nuestra pregunta… Sí, señora, no hay nada más barato que de mejores resultados… Ni una Thermomix, ni un Dixan que lave más blanco, ni un Porsche 911 Carrera: Radiomoet.com, dígaselo a sus conocidos y, si no queda satisfecho… a sus enemigos.
Este es un momento importante en su vida. Creará un antes y un después, una línea de no-retorno. Declinamos toda responsabilidad en caso de la (segura) adicción a nuestra página, como las tabacaleras, ya sabe usted. Pienselo una vez y tírese al barro, lea la pregunta y conteste abiertamente. Desarrolle las dotes literarias que posee sin apocarse, piense que una oportunidad como esta no se presenta más que una vez (aunque se hayan dado casos en los que han sido dos) en la vida.
¿Está preparado? Seguro que sí. Pues bien, no se hable más, conteste a sus anchas, en un máximo de espacio de cinco DIN A4 y tamaño de letra de 10pt a las siguientes preguntas:
¿Qué opina usted de la brutal presión por parte de los medios de comunicación y el gobierno canadiense a la que están sometiendo a la marmota de Vancouver? ¿Piensa que está justificada la prohibición a ésta de trasladarse al resto de la provincia de British Columbia bajo pena de retirada del pasaporte y pérdida del estatus de marmota de Vancouver para redenominarse marmota columbina? ¿Deben aceptar el estigma de ser confundidas con las malencaradas e infinitamente menos inteligentes marmotas colombianas?
Se lo habíamos advertido… No podrá dormir hasta que arroje sobre nosotros toda la ira contenida en usted que este tema le suscita y que, por pudor o vergüenza, no se había atrevido a comentar con sus amistades. Ahora es el momento de la verdad. Asumimos la polémica que este tema suscitará, pero sabemos lo que usted ha sufrido por no poder desembarazarse del peso que, hasta ahora, llevaba enquistado en sus más profundas preocupaciones. Somos conscientes de ello y por eso le damos la oportunidad de que comente a sus anchas la inquietud que le hacía temblar. Desembarácese de ella y comience a disfrutar de la vida. Radiomoet le entiende. Radiomoet le ayuda. Radiomoet le quiere.