Hacía demasiados años que había dejado de creer en los reyes magos, pero cada seis de enero era la primera en levantarse corriendo para abrir los regalos que la noche anterior ella misma había estado colocando bajo el árbol. No era partidaria de poner el árbol, prefería el Belén, pero como tampoco hacía mucho por montarlo, tampoco podía quejarse con lo que había, y era consciente de que poner el árbol es mucho más práctico y cómodo.
Aunque ya estaba a finales de julio, llevaba toda la mañana pensando en la Navidad, y ni siquiera le gusta, pero cuando llevas trabajando desde las seis de la mañana, la cabeza se te va a lugares insospechados. Fuera rondaban los 40 grados, pero dentro se soportaba el calor con el recién instalado aire acondicionado, hacía poco más de dos semanas, ese lugar parecía el mismísimo infierno. Trabajar durante el verano no le hacía ninguna gracia, pero si quería marcharse de vacaciones en agosto, tendría que pringar y, en parte, la sensación de sentirse útil e independiente por primera vez, la reconfortaba. Llevaba meses planeando ese viaje, sólo quedaban dos días y se marcharía a lo que seguramente serían los mejores quince días de su vida, al pensar eso se le formó una inconsciente sonrisa en la cara, y fue entonces cuando se dio cuenta de que ese hombre le apuntaba con un arma.
- Dame el dinero.
- No me haga daño por favor.
- No te haré daño si te portas bien, mete el dinero en esta bolsa y rápido.
Metió temblorosa el dinero en la bolsa, lo dejó encima del mostrador, con tan mala suerte que una bandeja de metal calló y antes de que pudiera reaccionar, la bala había entrado en su cuello provocándole la muerte.
Escuchando: "Historia triste" Eskorbuto...
Pasan los años, pasa tu vida
pasan los meses, pasan tus días
Pasan las horas, tambien tus minutos
este puede ser tu último segundo
Oohhhh, historia triste
Oohhhh, historia histórica
Oohhhh, historia final
Una mañana muy temprano
de tus sueños despertarás
no lo sabrás, ese es tu día
vas a morir
Oohhhh, historia triste
Oohhhh, historia histórica
Oohhhh, historia final
Oohhhh ...
Historia final.
Hace tiempo, cuando recorrí Eruropa en mi globo aerostático, llegué a un pueblo en del que nunca había oído hablar. Estaba al norte de Italia y se llamaba Prieme, no debía tener más de cien habitantes, pues no se veían muchas casas.
No tenía pensado parar, pero me quedé sin agua y al ver el lago que había al este del pueblo, decidí hacer una pausa. Al aterrizar vino mucha gente a ver el globo, decían que no era habitual verlos por esa zona. Eran una gente muy cariñosa. Me invitaron a cenar y me ofrecieron alojamiento. Lo único que me extrañaba era que todos iban descalzos.
Por la noche, organizaron una gran cena a la que todo el pueblo estaba invitado, parece ser que mi presencia llamaba realmente la atención. Cada familia llevó comida y bebida a la plaza del pueblo y todos cenamos estupendamente, ellos escuchaban atentamente las historias de mis viajes y me preguntaban si en otros lugares la gente usaba zapatos. Yo les dije que salvo los indígenas, todos los usamos, cosa que les impactó muchísimo, así que me decidí a preguntarles la razón por la que llevaban sus pies desnudos. Se hizo el silencio. De repente, un rictus de tristeza se formó en las caras de los habitantes de Prieme. Una señora muy mayor se acerco lentamente a mi y se sentó a mi lado. Me cogió la mano y me dijo que hacía unos veinte años, llegó al pueblo un monstruo llamado “Comepies”, como el lobo que se disfraza de oveja, el comepiés se disfrazó de zapato y les comió los pies a mis hijos. Señaló con su arrugado dedo a dos hombres sentados en un banco, a su lado había dos rudimentarias sillas de ruedas y realmente, no tenían pies.
Aquella tarde se prometieron amor eterno. Frente al árbol que les vio darse el primer beso. Sentados en la hierba sobre la que crecieron jugando. Bajo el cielo donde tantas veces habían visto las estrellas.
Hoy, doce años después, me he acordado de ellos. Me he puesto a pensar qué habrá sido de sus vidas. Ella está pagando el error de descuidarse una noche, su penitencia se llama Ana y tiene tres años. Él sigue en el parque, pero no esperando por ella, sino abreviando su vida buscándose una vena.
El amor no existe.
En la habitación todo era azul. Sentado en el suelo y apoyado en la pared, miraba a su alrededor sintiendo una angustiosa paz. Ahí dentro todo era extraño, no había nada, sólo una pequeña ventana por la que entraba la luz. Se incorporó para ver el exterior e intentar ubicarse, recordar como había llegado allí. Al levantarse, sintió que la cabeza le daba vueltas. Tuvo que apoyarse con una mano en la pared. La ventana era muy pequeña, lo que le extrañó aun más, ya que no había ninguna puerta y lógicamente tendría que haber entrado por ese agujero que no era mayor que su cabeza. Por fin se asomó. La luz le cegó, pero poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la claridad. Fuera no había nada. Era extraño, porque él siempre se había imaginado la nada de color negro.
Había una vez un hombre que fue pintado de naranja por un trasgu. Por más que se lavaba, la pintura no se iba. Probó todo tipo de jabones, detergentes y disolventes, pero nada, seguía siendo naranja. Desesperado el hombre no pudo aguantar más y se puso a llorar. Para su sorpresa, cuando se miró al espejo, descubrió que las lágrimas se habían llevado la pintura de su cara, así que se fue a hacer sufrir a la gente para limpiarse con sus lágrimas y recuperar su color natural.
Clarísima influencia de "El factor Pilgrin" (Es que la vi ayer) pero me da igual ñajaja.
_Historia 7_
Al final del túnel había dos puertas, una muy simple de madera, ni siquiera barnizada, con un modesto pomo de hierro, y en el centro, talladas dos manos entrelazadas, la otra brillaba de tal manera que cegaba, era de plata, con un hermoso marco y pomo negro azabache, escogió la de madera y llegó al purgatorio.
¿Qué esperabas, el paraíso? La iglesia maneja mucha “tela”.
_Historia 6_
“We are all made of stars”, dice la canción de Moby, que a cualquiera podría poner alegre, menos a la Luna, pero a ella ya le ha dado un hijo Mecano, así que no puede estar triste.
_Historia 5_
Tocaba el saxofón con tal suavidad, que prácticamente lo acariciaba, como si tuviera miedo de que se fuese a romper. Los sonidos que emitía me hicieron tener sensaciones hasta entonces desconocidas, llenas de energía y calma a la vez. Me estaba elevando en la sala y llegué a un punto en el que flotaba por encima de los demás espectadores. Me sentí superior, porque ninguno de ellos podía apreciar aquello como yo, al verme, el artista, me guiñó un ojo con complicidad y también comenzó a flotar por la habitación. Al acabar la canción volví a abrir los ojos.
_Historia 4_
El sol intentaba asomarse a través de las blancas pero densas nubes, de repente, el ambiente se electrificó, se levantó una ligera brisa, que fue tomando fuerza hasta convertirse en un molesto viento que arrastró las blancas nubes y trajo consigo otras más oscuras y aún mas densas, sentí el olor característico a tierra húmeda antes de una tormenta, salí al balcón, miré al cielo y una gota de lluvia cayó en mi frente deslizándose por mi nariz. A esa gota la siguieron otras cuantas tímidas, que dieron paso a la gran lluvia. Por fin comenzó el espectáculo. Un trueno, un rayo, gente corriendo en la calle, abriendo sus paraguas hasta que ésta quedó desierta. Por fin llegó la paz.
Sola, empapándome de la refrescante lluvia de esta tormenta de verano, siento como me pongo en paz con los elementos, me invade la ruidosa furia de los truenos y la resplandeciente fuerza de los relámpagos, y grito con todas mis fuerzas. Y allí estoy yo, en medio de la ciudad, pero en plena simbiosis con la naturaleza. Los truenos y rayos se alejan y la lluvia cesa, pero yo me siento con espíritu renovado, hasta la próxima tormenta.
_Historia 3_
Las cuatro paredes acolchadas eran el castigo por su locura, por ver una flor en vez de un cuchillo, por ver tierra en vez del pecho del hombre, por querer tener un jardín.
_Historia 2_
Caminando por la orilla del río, me di cuenta de la cantidad de piedras que había, unas redondas, otras afiladas, otras marrones, otra verdes, pero llegué a la conclusión de que eso no importa, porque el río no selecciona las que se va a llevar por su cauce, ni las que acabarán en el mar, o las que simplemente quedarán enterradas en lo más profundo de sus aguas.
Hace tiempo, puede que un año, me aburría y me puse a escribir gilipolleces. Las agrupé en un documento de word llamado "Historias cortas (El poder de la imaginación)" y como no se me ocurre que escribir, recurro a ellas para ir cumpliendo. Aquí os dejo la primera, puede que a algunas les deis sentido, que otras lleguen a gustaros o que os acordéis de mi madre por haceros perder el tiempo, pero... :)
_Historia 1_
-Ven conmigo.- Le dijo, le cogió la mano y la sacó de la cama, abrió la ventana de la habitación y echó a volar, arrastrándola con ella. Su camisón, ondeaba con el viento y al verlas desde la tierra, parecían una estrella fugaz, el hada, que brillaba, la estrella; y ella, con blanco camisón de seda, su estela. Nunca más se la volvió a ver, pero todas las noches hay una estrella en el cielo que brilla más que las demás.
Había una vez una niña que vivía en la ciudad de la Hipocresía y la Apariencia. Era infeliz, no se adaptaba, no encajaba, no la aceptaban, ella quería reir, contar cuentos, pintar muros de colores y eso estaba muy mal visto en su ciudad. Un día la niña descubrió que tenía un poder que le hacía superior a los demas habitantes, tenía imaginación y durante el día sólo pensaba en llegar a su casa e imaginar su mundo ideal. Sus padres se preocuparon muchísimo porque la niña no veía la tele, simplemente se tumbaba mirando al techo así que le preguntaron el por qué de su ensoñación y la pobre e inocente niña les contó que se había inventado un mundo en el que todos eran alegres, amables y no paraban de reir. Sus padres, indignados castigaron a la niña y le prohibieron volver a usar la imaginación.
Hace unos meses, iba por la calle con dos amigos y vimos a un señor muy mayor, vestido con un camisón blanco de puntilla y calzando unas botas de esquiar grises. El pobre hombre debía estar loco. Al principio flipamos y nos entró la risa, pero supongo que es normal, imaginaros la estampa. Luego me dio mucha pena. Hoy me acordé de el, no se por qué, y se me pasó por la cabeza una idea absurda, pero que voy a llevar a cabo. Empecé a pensar razones por las que saldría así vestido a la calle y qué habría sido de él, así que me dije que escribiría la historia del señor X, que como es lógico, en la historia se llamará Manolín.
Manolín era un hombre muy mayor, cuando le preguntaban por su edad siempre respondía "taitantos", pero calculo que andaría por los ochenta. Desde que su mujer murío, había perdido ese brillo en los ojos, que tan vigoroso le hacía, vivía solo en una piso demasiado grande y vacío.
Un día se despertó en mitad de la noche, por culpa de un ruido muy fuerte, encendió la luz y vió al lado de su cama a un enano con una bola azul en la mano derecha. Manolín no se lo podía creer, se frotó los ojos para asegurarse de que lo que estaba viendo era real. El enano se acercó a el y le dijo -Me llamo Al Zeimer, puedes llamarme Al. La pelota que ves en mi mano es tu consciecia, tus recuerdos, tu cordura. Si quieres recuperarlos tendrás que luchar por ellos y sin ellos.- Acto seguido, un rayo de luz muy potente iluminó la habitación y cuando abrió los ojos, ya era de día, era muy tarde, casi las doce del medio día. Creyendo que el encuentro con el enano había sido un sueño, no le dió más importancia.
Pasaron los meses y Manolín iba notando que a su alrededor ocurrian cosas extrañas, un perro azul se había instalado en su cocina y cada vez que iba a por un vaso de leche se ponía a hablar con el, ún día llegó un joven vestido de blanco, no recordaba su nombre ni por qué venia a ayudarle, pero venía todos los días. Cuando salía a la calle, todo se transformaba, creía ir por el camino correcto, pero se daba la vuelta y lo que había dejado atrás había cambiado por completo.
Una tarde, paseando por el parque con el jovencito sin nombre, el enano volvio a aparecer, la bola azul ya no brillaba tanto. Manolín quiso seguirle, pero el jovencito se lo impidió, desde lejos se oía gritar al enano -¡ No lo conseguirás! Ya no sabes ni atarte los zapatos, viejo decrépito, morirás sin pasado y solo cuando mueras recordarás, pero ¿de qué te habrá servido?- Manolín se puso muy nervioso, no entendía nada, la ira le cegaba y se soltó violentamente del joven, haciendo que este cayera al suelo. Intentó seguir al enano, que se había escondido en la fuente. Se metió dentro pero no lo encontró y de repente perdió el conocimiento.
Al despertar ya en su casa, vio al perro azul que había salido de la cocina por primera vez desde que se había instalado, estaba sentado al la dode la cama leyendo el periódico. Cuando vió que Manolín se despertaba, le dijo -Levántate, tengo una sorpresa para tí- le siguió hasta el salón y allí estaba su mujer, esperándole con los brazos abiertos. Manolín, emocionado, no pudo contener las lágrimas y la abrazó. Ella le dijo que se pusiera elegante, que tenían que ir a una cena de viejos compañeros de la escuela, Manolín cogió su mejor traje, sus mejores zapatos y se fueron. Al salir a la calle se cruzaron con tres jóvenes, dos chicos y una chica, que les miraron extrañados, Manolín indiferente ante sus miradas siguió su camino del brazo de su esposa, pero de repente dos polícias le separaron de ella. El, furioso, intento escapar, pero no lo consiguió.
Ahora Manolín está atado a una cama, en una residencia, esperando que el enano le devuelva su mente, esperando el dia de su muerte para poder descansar.
Manolín era el hombre bala del circo de los Italojudeosmasolinos. Era rápido, guapo y peludo. Con su casco de estrella dorada y su capa carmesí encandilaba al público con sus espectaculares saltos, despegues y aterrizajes, pero el fatídico día llegó para Manolín: Bruno, su amante y hombre que encendía la mecha salio a comprar tabaco y no volvió y Manolín se puso tan triste que no quiso volver a ser disparado, así que le echaron del circo y se fue a mendigar por las calles de Ohio con su petate al hombro y mirada perdida en vacío. Pasaron días, semanas y meses hasta que se dijo a sí mismo que algo tendría que hacer en la vida, no podría estar eternamente viviendo a base de robar chinchetas en el videoclub de la esquina, así que se puso a buscar trabajo y le contrataron en una tienda de ultramarinos "la bahía del pulpo mirón tócate un cojón" Al principio se sentía extraño, pero pronto fue conociendo gente y parecía que su rictus volvía a tornar alegre, pero en su mirada se notaba el vacío que había dejado Bruno, que por cierto se había alistado en el ejército y había muerto aplastado por una mierda de elefante en la India.
Manolín encontró un piso en la azotea del edificio que había enfrente de la tienda, la cocina y el baño estaban en la misma habitación, pero al menos tenía un lugar donde dormir y cagar y cocinar a la vez. Años después, cuando Manolín había perdido la esperanza de encontrar el amor conoció a Antoñita, la nueva repartidora de morcilla. Al principio su aspecto sucio, sudoroso y viril, le despistó pero un día hablando con ella descubrió su afición por las mariposas y con ello su enorme sensibilidad, así que se casarón y comieron morcilla.
Hace mucho tiempo, vivía en un pueblecito al sur de Francia un hombre especial. Ahora ya no está entre nosotros, pero en su día hizo cosas fantásticas. Se llamaba Valentino, pero era conocido por todos como "Valentino el Prodigioso".
Sobre su infancia corrían muchos rumores, pero la historia más fiable es sin duda la que contaba Amanda, el amor de Valentino:
Desde que nació, ya se veía venir que no sería un niño normal, su mirada tenía un brillo especial. Tardarían poco en darse cuenta de que poseía el don de la alegría, si entraba en una habitación, se llenaba de luz y todo el mundo se ponia a reir y a cantar, por eso no podía ir a los funerales y tenía un tutor privado, porque sino, la clase entera se revolucionaba. Su tutor era el temido Varón Oscuro, el hombre más triste, frío y tenebroso del valle.
Sus padres decidieron contratarle, porque creían que así se ayudarían el uno al otro. El Varón enseñaría a Valentino y éste le contagiaría poco a poco su alegría, cosa que no conseguiría hasta muchísimos años después.
A medida que Valentino crecía, su don se iba devilitando, en parte era bueno, porque podía controlar a quién quería alegrar y a quien no. Y a la vez otros dones fueron apareciendo.
Uno de los que más sorprendió al pueblo, fue el que sucedió en la primavera de las Rosas. Un día Valentino salió a dar un paseo y se dio cuenta de que ayá por donde pisaba, nacían flores silvestres en cuestión de segundos, lo que le dio una gran idea para acercarse a Amanda, pero no vamos a adelantar acontecimientos...
Bueno... no se que introducción dedicarle a lo que viene a continuación. Esta maravillosa historia que os expondré hoy mis queridos pupilos, me la escribio una personilla que como yo se aburria. Espero que la disfrutéis y que a raiz de leerla no os hagais una idea equivocada de mi.
Érase una vez una niña que estaba muy aburrida. Hablaba raro ella y tenia un colmillito pequeño y torcido, encima tenia la fea,pero satisfactoria mania de tocarse siempre que se aburría. Un día, decidió que debía dejar de tocarse porque la pepitilla se le hinchaba y tenia miedo de que se le callera a pedazos y ya jamas sintiese placer, pero como ella seguía aburrida y sin saber que hacer pues cogió y se compró una bicicleta.
La bicicleta se la habia vendido como ganga una vieja pelleja que tenia mostacho y que le dijo que las ruedas eran magicas y la llevarían donde ella deseara.
A ver... bueno, la niña del colmillito retorcido no se lo creyó, la vieja era muy pelleja y encima tenia fama de loca , tambien se decía que por las noches salía en busca de gatos con los que rozarse el felpudo pues decia que en otra vida ella era gata, pero esto no viene al caso. Pues la niña, que hizo oidos sordos a la vieja, se fue a su casa para mostrarle a su señor padre su nueva adquisicion
su señor padre no le hizo demasiado caso, pero le dio un billete de 50€ y le dijo que se fuera a dar un paseo y hacerle las rozaduras (jejeej esto creo que solo se le hace a los coches xDDD) y la niña, que habia tenido el impulso de tocarse porque le habia empezado a venir el aburrimiento y proque la ira que le provocaba su señor padre hacia que tuviera que desahogarse jugando con su pepitilla, que, por cierto, cada dia estaba más colorada, decidió seguir el consejo de su progenitor, no porque le gustara el consejo, sin porque no tenia más remedio pues cogio su bicicleta de ruedas mágicas, según la vieja pelleja, se montó sobre ella y pedaleo sin rumbo fijo. Dejó volar su imaginación, pues nunca podia tener su cabeza en blanco o vacía, y mientras pedaleaba soñaba que volaba esquivando nubes y saludando a los pajarines y en esto que sale de su ensoñación y se ve así misma volando a lo ET, como no se lo creía, pero tampoco queria parar por miedo a caerse, siguio y siguio pedaleando y pedaleo y pedaleo (un descanso que no se me ocurre na mas xD)
y pedaleo, y estaba cada vez más acojonada porque no sabia donde le llevaría su carrera y porque cada vez veía más pequeños los coches y las casas y las personas y despues de un rato, estaba ya algo agotada, el culo se le estaba quedando cuaddrado del sillín, pero lo peor es que empezó a notar como su pepitilla latia, más y mas fuerte y rapido, y sentía como se le hinchaba y unos sudores frios le caian por la frente, taba acojonada.
Bueno, pues la niña acordandose en ese momento de todos los santos muertos de la vieja pelleja, además de zoofilica, decidió parar en seco, pues no tenia sentido alguno, y porque pensó que todo se trataría de un sueño y despertaria al caer.
Paro en seco y la bicicleta, con ella encima, empezo a descender con fuerza
y la niña del colmillito retorcido chillaba y chillaba, y la bicicleta magica se fue a tomar por culo lejos y ella siguió chillando y chillando y deseando despertar y poder regresar a su casa para tocarse pese al miedo a que eso le provocara algún mal irremediable, como que se le callera su pepi a cachos
y ya cuando quedaban pocos metros para que se le esparciean los sesos en la calzada notó una fuerte sensacion como qeu algo explotaba en ella
era la pepitilla, efectivamente, se habia hinchado, y se habia puesto del tamaño de una pelota de baloncesto, esto evitó que sus sesos quedasen esparcidos por el asfalto, pero sí que quedó esparcida su pepi, lo bueno es que la niña salvo su vida. y jamás volvió a estar aburrida proque el trauma que pilló a partir de ahí hizo que se pasra hora sy horas viendo pelis porno de tias tocandose pues...
ella jamás podria vovler a hacerlo....
Sonsoles era una niña que vivia en Pijolandia, en esa ciudad todos eran muy estirados y tenían mucha clase, pero a Sonsoles le gustaba el desorden y las pelusas de polvo que corretean libremente por el pasillo de casa. Sonsoles era infeliz, no tenía nada real a lo que agarrarse, hasta que un dia conoció a Libelulapostradaenflorpodre, apodada por sus amigos Lula. Empezaron a hablar y a hablar y Sonso le dijo que su vida era triste y Lula le propuso adoptarla a pachas con Motoristacueroycaramelosdefresa, apodado por sus amigos Pepe.
Sonso aceptó encantada y se fue a vivir con ellos a la ciudad de la Alegría, donde comían burritos, helados de chocolate y limón, pipas..., jugaban al trivial, iban a bares de color rosa a tomar te, se quedaban hasta tarde viendo la tele, iban al parque de atracciones...
Sonso se adaptó genial, conoció a mucha gente, plantó su plantita en la ventana (sisi es de lo que se imagina)
Y fueron felices y comieron perdices, porque no se me ocurre más.
Mi trauma infantil.
Por un pollo realmente frustrado:
Yo nací en una granja estupenda al sur de Wisconsin, mi madre María de la Encarnación era una gallina ponedora, pero mi padre Rodolfo Damián, siempre decía que más que poner, tocaba los huevos. Mi infancia transcurrió en un ambiente totalmente hostil y lleno de odio, para más inri, mi cola era verde y los niños en el colegio me llamaban col, col de bruselas cuando sabían perfectamente que había nacido en Wisconsin, al igual que ellos. Ante esos sucesos mi personalidad se fue volviendo cada vez más violenta, así que me metí en una banda, la de los Pavos Ironmaiden Rules del corral, mi madre, preocupada, siempre le preguntaba a mi padre si era un pollo normal, a lo que este respondía "Mari, déjalo que está en la edad" Pero claro ellos no sabían a qué nos dedicabamos realmente, por la mañana, muy tempranito, íbamos a la casa de Coto, el gallo que daba voces para despertar al granjero y lo metíamos en un saco para que no pudiera cantar y el granjero se durmiera, hasta que Manolo, el perro guardián nos pilló y como buen policía que es abusó de autoridad, dejándonos a todos desplumados, cuando llegué a casa mi madre se puso a llorar, mi padre vomitaba y bailaba con el perchero. Ese día ya no aguanté más y tomé la gran decisión que cambiaría mi vida, travestirme, me arranqué la cresta, la papada y puse un huevo, me fuí a las Vegas, donde conocí a Tony Farlopez. Fue un flechazo, el no tuvo reparos al saber de mi vida anterior, nos casamos en una iglesia 24 horas, con Elvis y Marilyn de testigos y montamos un pequeño show llamado "Tony Farlopez y su pollo travestido van de piknik" claro otras veces era de pesca, otras a la playa etc. Tuvimos nuestro público, pero la cosa no duró mucho, parece ser que un perro con dos penes que canta el aserejé, haciendo el pino con un vaso de tubo lleno de tekila introducido en el ano, llama más la atencion que nuestro show porno. Tony no pudo soportar la presión y tras varios intentos de suicidio fallidos, decidió volver con su mujer, dejándome echo polvo y desde entonces aquí estoy, cantando canciones de Carina en este puticlub de tres al cuarto, soñando con una vida mejor. Así que ya sabeís niños, tomad colacao y obedeced a vuestros padres si no queréis que os pase lo mismo que a mi y ya se que parece una vida interesante, llena de acción, aventuras, sexo muy muy raro y drogas aun mas extrañas, pero por dentro te sentirás vacío y no mola.