El sábado pasado, el Real Oviedo se jugaba el ascenso a segunda B (pero qué triste suena) contra el Arteixo. A pesar de que ganamos 3-2, no subimos. No entiendo muy bien lo de los puntos, que si vale doble marcar fuera de casa, que si nos marcan uno se multiplican los que tenemos que marcar... En fin un rollo.
La verdad es que la tarde empezó muy bien, el partido empezaba a las nueve de la noche, nosotros quedamos a las seis de la tarde para ir a comprar bebida y algo de comida para cenar en el campo. Bajamos en coche a un centro comercial, ibamos sacando la bufanda y gritandole a la gente, mucho cachondeo vamos, estabamos nerviosos, pero era divertido ver como alguna gente levantaba los brazos en señal de apollo y otra se quedaba pillada con cara de "pero que hacen esta panda de subnormales pitando y gritando". Llegamos al campo hacia las 7 y nos pusimos a beber un poco de trotxo, hacía años que no iba a un botellón, me lo pasé muy bien. La verdad es que emociona ver a 20.000 personas de azul cantando alegremente. A las 8 y pico entramos en el campo. Abucheos al Arteixo cuando salió a calentar y vitoreos al Oviedo. El partido fue muy emocionante, primero marcaron ellos uno, luego nosotros otro, luego ellos y después al final, marcamos nosotros dos seguidos. Nos quedamos a la puerta por un puto gol, nunca había visto a tantos hombres llorar a la vez. Luego la gente la tomó contra la afición del Arteixo, los pobres estaban en una esquina, debían ser amigos y familiares de los jugadores, no eran más de 100. Pero no hubo altercados, digamos que la afición supo perder. Yo nunca habia gritado tanto, aun estoy afónica, creo que me estoy embruteciendo, pero se descarga mucha adrenalina. Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero empiezo a aficionarme al fútbol.
Sinceramente, me jodió que el Oviedo no subiera porque cortó el rollo para toda la noche, si hubiese ganado la juerga sería increible, pero viendo como estaba la gente, a las 2 me fui para casa.
Otro año en tercera... muchas risas, partidos baratos y algo que hacer los domingos.
Hala Oviedo.
Tomando leche con miel y escuchando "First date" Blink 182
La noche más larga del año, la juerga mas gansa del año, yo sin pasta y mañana curro. Encima tengo miedo al fuego. Hoy no será mi dia.
Las noches veraniegas son demasiado tentadoras, he dormido cuatro horas y me aguanto despierta como puedo en el trabajo. No tengo nada que hacer. La escasez de trabajo es horrible, las horas pasan el doble de lentas. Creo que iré al gimnasio y después de hacer la tabla a la piscina, necesito arrugarme como una uva pasa. Tengo inet jodido en casa, que asco. Ale hasta otra.
Esta semana no he parado en casa. Se nota por el ritmo de post que llevo habitualmente aunque sea para poner una canción. Llevo un retraso importante de mi lectura de blogs y foros, pero bueno, entre hoy y el domingo espero recuperar y ponerme al día.
Ya quedaron inagurados los primeros días de playa del año oficiales, con sol, quemaduras y baños incluidos, aunque el agua estaba helada, pero fue muy divertido. Tenemos la estúpida tradición de bañarnos en bolas y eso da pie a muchas risas.
Da gusto ver como el verano se ha plantado de golpe, las terrazas, las sidras en las terrazas, estar hasta las 11 de la noche por la calle en camiseta de tirantes y no querer marcharte a casa... Me jode no estar de vacaciones, pero aun asi no paro quieta. Me noto resucitada con el calor. Desde hace unos cuatro años, me estoy dando cuenta de que medio iverno, como los osos, en invierno tienen que sacarme a rastras de casa, pero en verano me entra la marcha y no hay quien me pare. Me gusta sentirme activa, aunque no tengo tiempo de sentarme a escribir nada, pero merece la pena.
Escuchando "Campu de Batalla" de Skama la Rede.
Hoy, al llegar a la estación de Avilés, me paré a tomar un café en la cafetería. Me senté medio zombi en una mesa y vi la imagen del dia, la semana o el mes. En la máquina tragaperras, había una señora jugando. Sus movimientos eran totalmente automáticos. Cogía una moneda, la introducía en la máquina, daba a los botoncitos y vuelta a empezar. A su derecha, de cara a la pared, su nieto (imagino) en una sillita, pataleando inquieto.
Hoy he puesto el burro a funcionar. No sabía que bajar, así que me puse a buscar las canciones de mi adolescencia. Lo reconozco, me encantaba el chunta chunta, de hecho aun me “gusta”, porque me recuerda a aquella época. Tenía 15 años y lo único que me importaba era que llegase el sábado para salir. El plan era siempre el mismo, quedábamos en casa de alguna para maquillarnos, íbamos al Tonel a jugar al duro y luego hacíamos ronda de discotecas, las más pequeñas (yo entre ellas, aunque digamos que me desarrollé pronto xD)entraban primero y si no dejaban entrar a alguna, nos íbamos a otra. Era El Antiguo, Kapital o Stravaganza. Bailar, decir chorradas y reir. Ese era mi entorno, inconsciente, pero feliz. El instituto era otro desmadre más, pasaba más tiempo en la cafetería que en clase, al menos aprendí a jugar bien al billar y al futbolín. Y siempre hablábamos de lo que haríamos el sábado. También armábamos putadas, inundamos los baños unas cuantas veces, rompimos unas cuantas cisternas para que al tirar se mojase la gente, vaciamos un extintor, llenamos una clase de polvo de tiza, titábamos tizas al edificio de enfrente, una vez desayuné en clase de dibujo, una amiga trajo la leche y las tazas y yo las cucharas, los cereales y un mantel, la profesora ni se enteró. Cómo hecho de menos esos cigarros en el baño. Correr por los pasillos para no encontrarte con los profesores, pasarte dos horas hasta que llegue el recreo en el baño, porque querías largarte y el jefe de estudios rondaba... Era macarrilla, pero tenía los pies en la tierra, aunque lo de estudiar fue una batalla perdida. Sólo conservo dos amigos de aquélla época, los demás no han cambiado. No me arrepiento de nada, la cuestión es saber madurar, pero jode pensar que hacer el loco ya no será lo mismo.
Escuchando "Stay" Sahs. Esta es de la que empezaba a salir por el Kapital.
Me vi al furbol a ver al Oviedín. Volveremos a primera ¡Oeoeoeoe!
Han cerrado la Gamonal. Eso significa que en Oviedo ya no hay ningún sitio en el que se puedan dar conciertos. A no ser que seas Bisbal y alquiles la plaza de toros, el campo de fútbol o te vayas al monte. Y es realmente gracioso, los mismos que impiden que se hagan conciertos, son los que ponen a disposición de los ciudadanos, los locales de ensayo de Otero. Yo me pregunto ¿para qué dáis facilidades para que la gente forme grupos de música, talleres, cursillos... si luego no van a poder demostrar lo que hacen? Es como si entrenas a un equipo de fútbol y luego no le dejas jugar en un parque porque molesta a los vecinos.
Tendremos que entamar algo. Música en la calle, una concentración, carteles, panfletos, recogida de firmas. Cuando se decida algo lo comentaré por aquí.
Primero multas a los bares por dar conciertos y luego seguramente venga el cierre a las 3:30, van de culo. No se, pero creo que la música no le hace mal a nadie.
Me gustaría ser una sirena. Cuando buceo, me siento aislada del mundo, no oyes apenas el ruido de la superficie y todo se realentiza. Te dejas flotar bocaarriba y mientras subes a la superficie, ves el efecto de la luz del sol al reflejarse en el agua en movimiento. Pero tarde o temprano tienes que emerger, para volver a tomar aire. Eso es una putada. No poder disfrutar más de dos minutos seguidos, de esa paz. No se cómo se sentirá un pájaro volando, pero siempre me lo he imaginado com cuando me sumerjo. Me encanta el mar, la playa y nadar. De pequeña mi madre me llamaba cara de pez (como Cher a Cristina Ricci en "Sirenas") Me pasaba ocho oras seguidas en el agua, salía sólo para comer y al final de la tarde estaba tan morada y arrugada que parecía una berenjena de las ensaladas para llevar. Ahora ya no aguanto tanto tiempo dentro del agua, pero disfruto cada segundo que dejo el mundo y desaparezco bajo el mar.
Siempre hay una primera vez para todo. Pero la más especial, yo creo que es sin duda, la del primer beso. Ni la virginidad, ni las drogas.
Como todo lo que me pasa a mi, la historia de mi primer beso es bastante surrealista. El tenía 12 y yo 11. Se llama Emilio y era mi mejor amigo, íbamos a clase juntos, por las tardes cogíamos un bocadillo y nos íbamos de excursión. En una de esas excursiones, llegamos a una capilla muy pequeña, donde no hay casi casas, saltamos la verja y entramos al jardicillo que la rodeaba, era primavera y hacía sol (se que suena tópico, pero fue como sucedió) Nos sentamos a hablar detrás de la capilla y me preguntó que si me podía dar un beso, o algo así, no recuerdo la conversación, pero imaginárosla, dos niños inocentes descubriendo los placeres de la vida. Yo le dije que si, (siempre he sido una promiscua XD) Y de repente se acercó a mi, mi corazón empezó a latir tan rápido como nunca lo había hecho y cuando por fin sus labios tocaron los míos, sentí una sensación en el estómago que solo recuerdo haber sentido en esa ocasión, de repente me desdoblé, mi cuerpo iba por un lado y mi mente por otro. Nos quedamos pegados un buen rato, hasta que nos separamos y nos entró la risa. Me gustaría poder recordar los comentarios que hicimos, pero mi memoria, como siempre, jugándomela. Al poco rato volvimos a darnos un beso, y de repente oímos un gurugurugu, nos separamos asustados y en frente teníamos ¡un pavo! Y apareció corriendo un señor persiguiendolo, que al vernos se quedó parado y nos dijo “perdón perdón, que se me escapó el pavo”. Lo cogió y se fue.
A mi no me puede pasar nada normal, pero es uno de los mejores recuerdos que guardo de mi infancia, o preadolescencia como queráis llamarlo.
Cuando llegué a medio día de currar al gimnasio, creía que me moría de calor, me costó hacer la tabla de lo sofocada que estaba, incluso me mareé al bajar de la cinta. Creo que nunca había sudado tanto. Pero eso es bueno, no dejan de ser calorías que se van. Me di una ducha con agua templadita y me quedé como nueva. Cuando salí a la calle, el sol se había ido y en su lugar estaban unas densas y oscurísimas nubes. Ya estaban cayendo las primeras gotas y la gente se ponía nerviosa. En poco menos de cinco minutos empezaría a llover torrencialmente. Olía a tierra húmeda y los truenos petardeaban fuertemente. No pude evitar reírme. Comencé a caminar hacia mi casa. Como llevaba camiseta de tirantes, notaba como las gotas de agua iban cayendo cada vez con más intensidad y fuerza. Era la única persona que no caminaba pegada a los edificios. Llegué a casa empapada, pero me sentía muy bien y me acordé de la historia corta que trata sobre una tormenta de verano. Me encanta la lluvia.
Hace tiempo, cuando recorrí Eruropa en mi globo aerostático, llegué a un pueblo en del que nunca había oído hablar. Estaba al norte de Italia y se llamaba Prieme, no debía tener más de cien habitantes, pues no se veían muchas casas.
No tenía pensado parar, pero me quedé sin agua y al ver el lago que había al este del pueblo, decidí hacer una pausa. Al aterrizar vino mucha gente a ver el globo, decían que no era habitual verlos por esa zona. Eran una gente muy cariñosa. Me invitaron a cenar y me ofrecieron alojamiento. Lo único que me extrañaba era que todos iban descalzos.
Por la noche, organizaron una gran cena a la que todo el pueblo estaba invitado, parece ser que mi presencia llamaba realmente la atención. Cada familia llevó comida y bebida a la plaza del pueblo y todos cenamos estupendamente, ellos escuchaban atentamente las historias de mis viajes y me preguntaban si en otros lugares la gente usaba zapatos. Yo les dije que salvo los indígenas, todos los usamos, cosa que les impactó muchísimo, así que me decidí a preguntarles la razón por la que llevaban sus pies desnudos. Se hizo el silencio. De repente, un rictus de tristeza se formó en las caras de los habitantes de Prieme. Una señora muy mayor se acerco lentamente a mi y se sentó a mi lado. Me cogió la mano y me dijo que hacía unos veinte años, llegó al pueblo un monstruo llamado “Comepies”, como el lobo que se disfraza de oveja, el comepiés se disfrazó de zapato y les comió los pies a mis hijos. Señaló con su arrugado dedo a dos hombres sentados en un banco, a su lado había dos rudimentarias sillas de ruedas y realmente, no tenían pies.
Aquella tarde se prometieron amor eterno. Frente al árbol que les vio darse el primer beso. Sentados en la hierba sobre la que crecieron jugando. Bajo el cielo donde tantas veces habían visto las estrellas.
Hoy, doce años después, me he acordado de ellos. Me he puesto a pensar qué habrá sido de sus vidas. Ella está pagando el error de descuidarse una noche, su penitencia se llama Ana y tiene tres años. Él sigue en el parque, pero no esperando por ella, sino abreviando su vida buscándose una vena.
El amor no existe.
Siempre he sabido que el cielo sobre mi cabeza brilla menos. Pero una se acaba acostumbrando. Sabes que nunca serás la primera, que no te tocará el trozo más grande, que tendrás que apretar los puños, aguantar las lagrimas y mantener la cabeza bien alta. Una vez asumido, puedes empezar a vivir. Podrás seguir soñando, pero te acabarás dando cuenta de que es mejor no hacerlo. Las noches hay que dormirlas para poder ir a trabajar. Responsabilidades. Cada vez hay más. Vas creciendo con los problemas, como la sombra lo hace con el sol de la tarde. La rutina es la solución. Es sinónimo de tranquilidad. Si todos los días haces lo mismo, es difícil que algo salga mal.
Y no siento que esté reprimiendo mis deseos. Sólo los pospongo, como siempre, pero he aprendido a aprovechar el tiempo y a aparcarlos en una dimensión en la que no me hacen daño. Siento que me he quitado una losa de la cabeza.
Quiero aprender a cocinar. En estos momentos mis inquietudes se reducen a eso. Pero estoy bien, no necesito nada más. Tanta tranquilidad me pone nerviosa.
Pero esta sería una bonita realidad.
Asto Pituak "Soñé revolución"
Era de noche y tranquil@ dormías,
entre las sábanas imaginar
el fuerte resplandor
de un nuevo día, había cambiado la sociedad;
toda la gente tenía conciencia
de que era capaz de pensar y actuar,
porque el orgullo de ser esclav@
lo creaba el miedo a la libertad.
Soñé revolución,
y una nueva flor se abrió.
Desde la base se organizaban
las estructuras para funcionar.
Sin jerarquías,
cada un@ aportaba
lo que después podía necesitar.
Miles de manos humildes forjaban
la inexistencia de la mezquindad,
y la sonrisa dueña de las caras,
detalles de una utopía real.
Soñé revolución,
y una nueva flor se abrió.
L@s que nos mandan deciden futuros,
con nuestra lucha esto va a cambiar,
si alguna vez te encuentras deprimid@,
¿dónde está la clave?, en continuar.
Tira pa’lante y piensa en l@s niñ@s
que anhelan un porvenir de igualdad,
y si algún día se sienten libres
ten por seguro te lo agradecerán.
No hay que abandonar la revolución.
Está surgiendo ya en tu interior.
Comenzad a temblar, la revolución.
Acaba de estallar en nuestro interior.
Revolución en tu interior. Revolución en nuestro interior.
En la habitación todo era azul. Sentado en el suelo y apoyado en la pared, miraba a su alrededor sintiendo una angustiosa paz. Ahí dentro todo era extraño, no había nada, sólo una pequeña ventana por la que entraba la luz. Se incorporó para ver el exterior e intentar ubicarse, recordar como había llegado allí. Al levantarse, sintió que la cabeza le daba vueltas. Tuvo que apoyarse con una mano en la pared. La ventana era muy pequeña, lo que le extrañó aun más, ya que no había ninguna puerta y lógicamente tendría que haber entrado por ese agujero que no era mayor que su cabeza. Por fin se asomó. La luz le cegó, pero poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la claridad. Fuera no había nada. Era extraño, porque él siempre se había imaginado la nada de color negro.
He escrito una canción sobre los malos tratos, a petición de KMZ, está sin terminar, tengo que darle más vueltas, a ver si os gusta lo que llevo escrito por el momento.
Me levanto con un perdona
No volverá a pasar
No sabía lo que hacía
Me voy a trabajar.
Pero cuando anochece
Mi corazón se estremece
¿Qué saldrá esta vez mal?
¿Qué he hecho yo?
Si solo quiero volar.
-------------------------------------------------------- Canta Ceci
Se abre la puerta
Entra el huracán
No mira no saluda
Solo quiere destrozar
Su plato en la mesa
Yo rezando en la puerta
Pensando ¿Qué saldrá mal?
¿Qué he hecho yo?
Si solo quiero volar.
Se levanta
Me espanta
No recuerdo más
Todo es tan rápido
Solo queda el dolor final
Hoy todo era bueno,
Nada salió mal
Lo único que pasa
Es que es un animal
Mi vida consumida
Por miedo a la libertad
Soportando tormentas
Anhelando la paz final
Pensando ¿Qué ha salido mal?
¿Qué he hecho yo?
Si solo quiero volar.
Y es que jamás podré salir
Yo no conozco otra vida
Tengo miedo a vivir
Y día a día
Me resigno a morir.
Hoy he tenido el privilegio de ser insultada por un contertulio de un foro en el que suelo postear. Me ha llamado entre otras cosas e insinuaciones, punki (despectivamente claro, venía a decir algo así como que solo ponía cara de asco cuando veía punkis como yo) maleducada, violenta, terrorista, inculta y vulgar. También dijo que la gente como yo pretendía vivir de los impuestos que pagan los honrados trabajadores.
La verdad es que no me ha jodido, nunca me ha molestado que alguien me critique o juzgue sin molestarse en conocerme lo más mínimo. En su caso lo hizo porque mis ideas anticapitalistas, chocan con su política de derechas. No me malinterpretéis, yo no decido si me llevo bien o mal con alguien, teniendo en cuenta sus ideas políticas, me considero una persona respetuosa y tolerante.
Después de leer ese post tan cariñoso y ver lo a gusto que se quedó al soltarme todo lo que pensaba sobre mí y la "gente" (ya me dirás tu) como yo, le contesté amablemente que para mí sería un placer dejar de hablarle, que me quitaba un peso de encima y que era una pena en parte, porque hasta el 14M había sido un buen discutidor, siempre fue irrespetuoso, pero se le pasaba por alto, a veces resultaba hasta divertido, pero llega un punto en el que ya no puedes más. Ahora que lo pienso, puede que ese post se debiera a que en una ocasión le dije que se relajase, que ya sabíamos que estaba resentido porque el PP perdió las elecciones, pero que nosotros no teníamos la culpa. Supongo que me tocó pagar el pato por todos los demás foreros, aunque se nota que desde siempre me ha tenido cierto asquillo, pero no quiero entrar en el terreno de lo personal.
Simplemente aclarar ciertos puntos sobre mí, para que os hagáis una idea de lo poco que me conoce.
No vivo del paro, me levanto todos los días para ir a trabajar a otra ciudad. Por suerte tengo un trabajo, porque los que no tenemos la vida solucionada lo tenemos realmente difícil y estar en el paro no es plato de buen gusto para nadie. No soy punki, pero tengo grandes amigos que lo son, me gustan algunos grupos punk, entre otras muchas clases de música. No pertenezco a ninguna tribu urbana, me visto como me lo puedo permitir, mi sueldo no da para mucho y primero hay que comer, de todas formas creo que entraría en el saco de lo "normal" y al fin y al cabo ¿importa como vista? No me dedico a destrozar el moviliario urbano cuando me voy de botellón con los juligans (o como se escriba), de hecho a penas bebo. No soy activista islámica aunque en invierno me proteja del frío con un pañuelo palestino. Y si estuviera en el paro, fuera una punki, me fuera de botellón, me fumase unos petillas y enseñase el culo por la ventana, pensaría de la misma manera. Puede que no sea muy culta, pero tengo algo mucho más importante que eso, educación y respeto por las personas y su forma de vida y de pensar; y se de la vida y te digo que gobierne quien gobierne yo siempre seré mucho más feliz que tu, aunque esté en la calle viviendo de mis malabares o tocando la guitarra mi vida estará llena, porque yo no tendré una carrera, pero tengo una vida llena de momentos y personas maravillosas, cosa que tus libros no creo que te den.
El autor de ese post nunca leera esto y si llega a hacerlo me da igual, soy una vulgar y me cago en la puta, pero ¡oh! perdoname por decir tacos, soy un deshecho social, pero qué le vamos a hacer.
Escuchando Eskorbuto "Historia triste" (Si ese grupo tan punki)
Volver a las aulas ha sido raro. Todo es tan... verde. Las mesas, las paredes, las cortinas, el encerado... No me gusta.
En fin, esta mañana me he presentado a la prueba de accso de la Escuela Oficial de Idiomas. Me presenté para segundo de Ingés, aunque en un principio tenía pensado presentarme para segundo y tercero, a ver si había suerte, pero preferí ir a lo seguro, a parte de que me viene bien un repaso general, que todo el mundo dice que en tercero ya empieza a hacerse duro y llevo un año sin practicar nada. El lunes salen las notas, a ver que tal, la verdad es que no creo que me haya salido muy mal, era de tipo test, no me gustan nada, pero salí con una buena sensación. Ahora me rondan las dos típicas preguntas que no sabes si eran de una manera o de otra, pero realmente no me importa mucho.
Había mucho niñato, pero intentaré que me toque de 8 a 9, para mí sería la mejor hora, porque vivo al lado y la verdad es que mi casa y la Escuela quedan a tomar por culo de cualquier sitio. Así que espero que me toque con gente mayor o universitarios que suelen ser bastante serios.
Mientras escribo esto, estoy viviendo uno de esos "momentos". Son las 9:30 y estoy sentada en un banco delante de la facultad de química, esperando a la "Señora con tucos". En mi discman suenta Rem y el sol me está dando en la cara, mientras la poca niebla que queda se va a medida que sube el calorcito. Los mejores momentos suelen ser por la mañana, debería madrugar más a menudo.
Mientras paso las notas escucho: MCD "Gernika volverá a arder"
Ahora estamos muy lejos. No me necesitas, yo a ti tampoco. Me alegra saber que estás bien, que tus sueños se están haciendo realidad. Sueños que me confesabas mientras jugábamos a los Oscar, a los programas de radio, cuando nos casamos en primavera y me regalaste una flor, recuerdo que tu hermana era la testigo. Me decías que serías director y yo sería tu musa. Rodamos un corto, yo me llamaba Yoana y no pudiste terminarlo como tu querías porque como siempre me entró la risa. Recuerdo cuando me dijiste que era la mejor persona que habías conocido. Cuando te insulté, te enfadaste conmigo y yo no me atrevía a pedirte perdón. A la salida del colegio viniste corriendo detrás de mi y me gritaste que no podías vivir sin mi. Nunca olvidaré ese abrazo. Ni cuando me hice la muerta y después de un rato te asustaste y fuiste a llamar a tu padre. Cuando venías a buscarme para ir al colegio siempre te veía caminar desde la calle y me escondía para darte sustos. Una vez te tiré una caja de cartón desde la ventana del baño, creo que fue la única vez que te asusté. Recuerdo cuando subiendo unas escaleras me di la vuelta para oir lo que decías y nuestros labios se rozaron. Nos pusimos a gritar muertos de vergüenza. Y pensar que ahora darte un pico es lo más normal del mundo. Me gusta saber que aunque pase el tiempo y nos separen muchos kilómetros te veré y nada habrá cambiado. Habrá la misma confianza, las mismas miradas, muecas, mimos y carantoñas. Me alegra tanto saber que ahora estás bien, que lo estas consiguiendo y de que aun te emociones cuando te llamo a pesar de que ya eres una estrella (jejeje) Siempre lo supe y siempre te apoyé. Sobra decir que lo haré el resto de mi vida, por muy lejos que estemos. El día que estrenaste tu gran obra supe que lo habías conseguido; y haber ganado el certamen es sólo el comienzo de tu carrera, espero que todo te vaya como desde pequeños lo habíamos planeado.
Como diríamos al despedirnos: Que te aproveche la comida, la bebida y todo lo que comas y bebas en este día. La paranoia del día es que tus pedos son rosas porque comiste fresas. Gané, yo lo dije primero.
Coges una piedra, la tiras al mar ahogando un sonoro grito. No la miras, simplemente canalizas tu agresividad intentando lanzarla lo más lejos posible. Ahora te encuentras bien. Has superado tu marca y ya no estás ansioso. Te vas a tu casa tranquilamente.
Nunca sabrás que has matado a Neptuno.
El martes de Campo es una fiesta en la que se va a comer el bollo preñao (bollo relleno de chorizo) al campo. Cuando eres pequeño, te vas con tus padres, la familia, los primos, la tía, el güelu... Cuando eres un adolescente subes al monte Naranco o al parque Purificación Tomás y más que comer el bollo, bebes y te haces el borracho entre otras muchas estupideces. He de reconocer que con mi pandilla de por aquel entonces éramos bastante discretos. Salvo dos o tres tíos éramos todo tías, nos poníamos los bikinis, jugábamos con globos de agua, bebíamos calimotxo recalentao, un par de sidras a palo seco que comprábamos en el bar y hacíamos cola para ir al único baño que había en todo el puto parque. Cuando ya estabas lo suficientemente “borracha” te cogías a una amiga del brazo y te ibas a hacer visitas, porque siempre te encontrabas a alguien y comentas lo mucho que habías bebido. Luego llegaba el relax y jugábamos a las cartas escuchando música, hasta que se nos quitaba el pedo y nos marchábamos para casa, o sea a las siete de la tarde. La verdad es que guardo buenos recuerdos y todo el mundo tiene su oscuro pasado de borreguismo.
Hoy ha sido martes de campo, pero ha sido alternativo, porque estamos hartos de hacer siempre lo mismo, así que cogimos el coche, paramos en el carrefusss a comprar comida y bebida y nos fuimos de playas. Estuvimos en Xagó, el Cabo Peñas, Luanco y Perlora y nos lo pasamos pipa. Nunca me había reido tanto. Ni nos emborrachamos ni nos fumamos, es más ni siquiera hizo sol e incluso llegó a chispear. Pero estábamos haciendo algo diferente y eso ya hace que sea divertido, más luego la compañía claro. Para finalizar el día, al llegar a Oviedo fuimos a apalancarnos a la radio, porque no había programas y el local estaba vacío, así que nos aprovisionamos de guarrerías y Nesstea que regalaban en la estación y nos pusimos a filosofar un rato, mientras cada poco veíamos por el cristal a los chorvetes que bajaban con mochilas y grandes colocones del Naranco. Nunca me había alegrado tanto de llevarle la contraria a las masas.
Próximamente fotos, que un incidente de fuerza mayor (mi padre) hizo que tuviera que volver atrás en el tiempo y usar una cámara normal, así que tengo que esperar a revelar el carrete. Qué pronto se acostumbra una a lo fácil, llegar enchufar la cámara y encima gratis, pero qué le vamos a hacer, la cámara no es mía.