Me gusta el gore

Nochevieja

Bueno para empezar, feliz año y esas cosas para las pocas personas que se dignan a leer mi humilde y mediocre blog.

Esta ha sido sin duda la mejor Nochevieja de mi vida, no sabíamos que hacer, no nos apetecía pagar 60 pleuros por una fiesta a la que tienes que ir de etiqueta, en autobús y en la que te dan garrafón, tampoco nos apetecía salir por Oviedo de bares porque es misión imposible, aparte de que ya los tenemos muy vistos, tampoco nos agradaba la idea de alquilar un piso y meternos toda la noche en el y como última alternativa, nadie quería ir a una casa rural o algo así, porque querían cenar en casa, así que decidimos lanzarnos al estrellato e ir a Pola de Siero, donde yo vivía, que está a unos 15 kilómetros de Oviedo y salir por allí, porque yo ya había salido un año y me lo había pasado muy bien. Así empezaba el planteamiento de una Nochevieja surrealista, yonki y antitodo.
Para más inri, decidimos hacer un botellón, que no solemos hacerlos salvo en los cumpleaños.
Yo cene en Pola de Siero, con mi madre, tia, amiga de madre y tia, prima y novio de prima; y con Tanita, a la que acogí amablemente. Fue una cena amena y divertida, para no variar me entró un ataque de risa comiendo las uvas, mas que comerlas, hice zumo con ellas, pero al final me las acabé diez minutos más tarde, como siempre. Tanita y yo, salimos bastante cocidas de casa, pero bueno, los que venían de Oviedo también venían finos, así que el desmadre vino pronto.
El resultado fue una noche de puta madre, borracheras indecentes, muchas risas, bailes, restalladas y agradables sorpresas. Espero que el año que viene sea mejor, aunque será dificil superar esta.
Una vez más queda demostrado que hacer las cosas sin planearlas mucho y a lo loco, resulta mejor que pensarlas y organizarlas meses antes, porque te ahorras imprevistos.