Me gusta el gore

Libertad musical.

Nos dicen que no podemos tocar aquí, en nuestra ciudad. Primero, porque hacíamos demasiado ruido. Después, porque los locales eran inseguros. Al final, porque una extraña normativa multa y prohíbe la música en directo en todo el casco antiguo. ¿Qué nos ofrecen a cambio? Una temporada de conciertos limitada a unas semanas en septiembre, diseñada sin ningún tipo de criterio y puesta en práctica con absoluta falta de profesionalidad y rigor. También nos han puesto unos talleres de música con su estudio de grabación, un concurso de rock local y otro, regional, de maquetas. Así que un grupo ovetense puede ensayar, grabar una maqueta, sacarse un dinero en un concurso e incluso grabar un disco. Pero nunca podrá tocar de forma regular en su ciudad, jamás tendrá la oportunidad de recorrer un inexistente circuito de locales en el que darse a conocer y en el que escuchar a otros grupos. Oviedo ha desaparecido del mapa de las giras y duele ver cómo los artistas saltan de Santander a Galicia sin más escalas por aquí que alguna parada ocasional en Gijón. Oviedo no suena a nada, Oviedo se ha quedado mudo, Oviedo es un cadáver cultural. En nada se parece a aquella otra ciudad de la Plaza del Paraguas, del Chanel, de Miles Davis tocando en el Campoamor, de conciertos por toda la calle del Rosal o de lunes de jam session en la Santa. En vez de lamentarnos, apelamos a toda la ciudadanía para que levante la voz con nosotros y exija espacios públicos donde la cultura, toda forma de cultura, pueda desarrollarse libremente. La manifiesta incompetencia de los gestores culturales de esta ciudad nos obliga a ponernos en marcha. Queremos oír música en directo, queremos tocar en nuestra ciudad, queremos teatro de calidad, queremos cine independiente, queremos arte? Y lo queremos aquí y ahora. Es nuestro derecho. Levántate y grítalo.
10 de septiembre - Estación de Renfe (Oviedo) - 19:30 horas. Más info.

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