El martes de Campo es una fiesta en la que se va a comer el bollo preñao (bollo relleno de chorizo) al campo. Cuando eres pequeño, te vas con tus padres, la familia, los primos, la tía, el güelu... Cuando eres un adolescente subes al monte Naranco o al parque Purificación Tomás y más que comer el bollo, bebes y te haces el borracho entre otras muchas estupideces. He de reconocer que con mi pandilla de por aquel entonces éramos bastante discretos. Salvo dos o tres tíos éramos todo tías, nos poníamos los bikinis, jugábamos con globos de agua, bebíamos calimotxo recalentao, un par de sidras a palo seco que comprábamos en el bar y hacíamos cola para ir al único baño que había en todo el puto parque. Cuando ya estabas lo suficientemente “borracha” te cogías a una amiga del brazo y te ibas a hacer visitas, porque siempre te encontrabas a alguien y comentas lo mucho que habías bebido. Luego llegaba el relax y jugábamos a las cartas escuchando música, hasta que se nos quitaba el pedo y nos marchábamos para casa, o sea a las siete de la tarde. La verdad es que guardo buenos recuerdos y todo el mundo tiene su oscuro pasado de borreguismo.
Hoy ha sido martes de campo, pero ha sido alternativo, porque estamos hartos de hacer siempre lo mismo, así que cogimos el coche, paramos en el carrefusss a comprar comida y bebida y nos fuimos de playas. Estuvimos en Xagó, el Cabo Peñas, Luanco y Perlora y nos lo pasamos pipa. Nunca me había reido tanto. Ni nos emborrachamos ni nos fumamos, es más ni siquiera hizo sol e incluso llegó a chispear. Pero estábamos haciendo algo diferente y eso ya hace que sea divertido, más luego la compañía claro. Para finalizar el día, al llegar a Oviedo fuimos a apalancarnos a la radio, porque no había programas y el local estaba vacío, así que nos aprovisionamos de guarrerías y Nesstea que regalaban en la estación y nos pusimos a filosofar un rato, mientras cada poco veíamos por el cristal a los chorvetes que bajaban con mochilas y grandes colocones del Naranco. Nunca me había alegrado tanto de llevarle la contraria a las masas.
Próximamente fotos, que un incidente de fuerza mayor (mi padre) hizo que tuviera que volver atrás en el tiempo y usar una cámara normal, así que tengo que esperar a revelar el carrete. Qué pronto se acostumbra una a lo fácil, llegar enchufar la cámara y encima gratis, pero qué le vamos a hacer, la cámara no es mía.
Nos vas a matar de envidia. Yo aquí encerrado en Castilla la Rancia, a cuatro horas de Asturies... un día me presento allí y te vas a enterar.
Escrito por Mostaza de Canela a las Junio 1, 2004 11:44 PMY yo, encerrado en Madrid con una ley antibotellon. Buaaaaaaaaaa, yo quiero ir para allí arriba!
Escrito por Entrari a las Junio 2, 2004 01:35 AM