Vivió una vez en Wisconsin un cacho de jamón llamado Manolín que quería ser astronauta. Cuando tenía 14 años, Manolín decidió contarle a su padre cual era su sueño, pero su padre no toleraría que su hijo desperdiciase su vida de esa manera. Creía que lo mejor para él sería trabajar en el negocio familiar, para tener asegurado un buen futuro.
Pasó el tiempo y vio que su hijo seguía fantaseando con fugarse a Atlanta e inscribirse en la Nasa (lógicamente no se cual es el proceso que hay que seguir para ingresar en la Nasa o lo que hay que hacer para ser astronauta y no pienso informarme, esto sólo es una historia estupida) así que le cortó una pierna para que no pudiese valerse por si mismo y no pudiera irse del pueblo.
De padres cabrones está lleno el mundo. PIENSA POR TI MISMO y que nadie te quite la ilusión. El destino lo escribe cada persona, que nadie maneje tu vida o no habrás vivido, porque cuando tu decidas serás "libre".
Escrito por Tirolesa en tanga a las Mayo 5, 2004 01:01 AM