Me gusta el gore

Período de adaptación

-Mamá ¿Qué es el período de adaptación?- Preguntó Ana con inquietud, tamborileando en la mesa con los cubiertos.
-¿Qué? Anda, deja de preguntar idioteces y ponte a comer en condiciones.- Dijo su madre terminando de servir la cena.
-¡No son tonterías! Necesito saberlo.
-Y ¿Por qué? Si se puede saber, claro.
-Porque te oí hablar con la señorita y ella dijo que transcurrido el período de adaptación estaría bien, y quiero saber qué es para saber cuanto tiempo tendré que esperar.
Su madre, incrédula, soltó el rodillo y con mirada de preocupación le preguntó: -Esperar qué?
-Pues... – Coge una zanahoria y la parte en trocitos muy pequeños- ... para no estar triste.

Los niños no son tontos, sienten, padecen y se dan cuenta de todo lo que pasa a su alrededor y si no es así, siempre les afecta de alguna manera. Lo que hacen siempre tiene sentido, aunque no lo parezca.
Si eres de los que cree que las personas crecemos con la edad, estas equivocado. Podemos alcanzar de alguna manera el conocimiento, ser más altos, creer que sabemos lo que queremos etc. Puede ser una manera de entenderlo, pero no me refiero a eso, los niños tienen una carta a favor muy importante que los adultos creemos en parte un defecto o lo que diferencia a un adulto de un niño, que es por donde voy: la inocencia. Los niños viven en su pequeño mundo, lo poco que les rodea es para ellos su universo y todo lo que importa está en el. Si ves llorar a un niño porque le han quitado un caramelo puedes pensar “Será caprichoso” pero es como si a ti te quitaran tu coche o tu ordenador.
Pero en realidad lo que quiero decir, es que el ser humano, alcanza el mayor nivel intelectual, antes de los ocho años, pero los padres pasan de los hijos hasta que tienen edad para dejar de decir lo que ellos creen estupideces, luego llega la preadolescencia, la adolescencia, las decisiones, la no siempre fácil y exitosa salida de la adolescencia, enfrentarte tu solo a la vida “real”, empezar a preocuparte por ti y de ti, hasta ser un viejo decrépito que se ha puesto los calzoncillos del revés.
Olvidamos lo malo de la infancia y recordamos lo bueno, pero con nuestros hijos o hermanos menores, hacemos lo mismo que nos hería tanto, que visto desde tu punto de vista es una idiotez, pero deberíamos tener en cuenta las prioridades que se pueden tener a ciertas edades.
Con esto no digo que me gusten los niños ni que los quiera soportar, sólo que hay que tener un poco de vista, porque si puteas a un niño aunque tu creas que es una simple rabieta, vas a crear a una persona resentida.
Yo me vengo dando cuenta desde hace unos meses para acá, al ver a mi hermano de 6 años, supongo que si le hubiese empezado a entender antes le podría haber ayudado algo más, de hecho estoy segura de que si una sola persona se hubiese parado a hablar conmigo a los 6 años, ahora mi vida sería diferente. Pero no hay remedio, los humanos no nos diferenciamos tanto de los cangrejos como creíamos, vamos hacia atrás como ellos. De peques somos cerebritos y nos vamos idiotizando con el paso del tiempo. La clave está en hablar, el diálogo como siempre, salvándonos a todos, si te sientas a hablar, ellos aprenderán y sabrán que en realidad no están tan solos y tú, posiblemente recibas una buena lección de humildad.
Sí, a mí me pasó.