Estoy harta de los tópicos amorosos del tipo “Tu vida no será nada sin amor verdadero” Pero ¿qué coño es el amor verdadero? Nadie lo sabe porque no existe. El amor no es más que un autoengaño para justificar un comportamiento cursi y vergonzoso, para no tener que agachar la cabeza cuando le compres a tu novia una caja de bombones con forma de corazón. Siento desilusionar a los que no lo sabíais, pero es así.
El amor es una falsa necesidad más que nos inculca la sociedad, al igual que la felicidad, aunque claro, ahora si te comes un Donut, puedes alcanzar el mayor grado de felicidad existente, es una pena que a mi no me gusten. Bien, como lo que creemos es que sin amor nuestra vida será incompleta, tendemos a soñar con príncipes azules y hay que reconocer que uno ya tiene una edad en la que ya debería saber que los Reyes Magos no existen. También tendemos a pasarnos la vida entera buscando ese príncipe, que como no lo encontramos, o creemos encontrarlo y resulta no serlo, pensamos que somos unos desgraciados, así que una vez más invito a que se haga acopio de humildad y bajemos de la burra, que simplifiquemos y que nos quede claro que aunque el amor no existe, hay otras cosas no menos interesantes, como el cariño, la confianza, la amistad, la complicidad y un largo etc., que sólo encontrarás cuando dejes de buscar el amor, vivas con los pies en la Tierra y estés tan a gusto que no pienses en el futuro, simplemente dejes que llegue. Ahora bien, si tu quieres puedes llamar a eso amor, pero yo prefiero llamarlo bienestar.
Joder!!! XDDD
OH, juventud descreida, que hablais de que no existe el amor y sí el resto de cosas de este mundo. ¿No os habeis parado a pensar que quizá nada exista, que quizá estemos de prestado y, precisamente por eso, hay que inventarlo todo y, precisamente por eso, quizá el amor sea lo mejor que tenemos? Yo, personalmente, creo que lo importante es tener las nalgas recias, evitar meter los codos en el plato de calamares y leer poesía en la bañera. Oh, juventud descreida, si todo es mentira, hay que inventarlo. ¿No inventó Ben Franklin el pararrayos? Pues eso, los rayos te dan en la cabeza aunque sean mentira, y hay que pararlos. El amor es ese pararrayos, pero en vez de salvarte el cráneo te salva el escroto.
Escrito por Nalgas de azufre a las Febrero 28, 2004 09:53 PMNalgas de azufre!!! te aclaraste por fin. Me alegro de leerte aunque no comparta tu afición.
Por cierto ayer pude comprobar lo que se siente al no tener pelo... no te envidio :D