Marzo 23, 2005

Descartes de la novela (4)

LA GUERRA DE LOS MUNDOS

(Incompleto. Sin corrección)

Providence, Rhode Island. 20 de agosto de 1890.

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Al anochecer, Alejo Konstantin “El Cuervo” abre la puerta del jardín de su casa en el 450 de Angell Street. Comprueba que al cerrarla se activa el sistema de detección de movimiento y que la verja que rodea su propiedad sigue intacta. Atraviesa el espacioso jardín que circunda la casa de madera de tres pisos. La fachada de la casa parece descuidada: humedad, enredaderas que crecen a su libre albedrío, pintura desconchada y cristales opacos. Nada que ver con el interior de la mansión: acojedora, ordenada, lujosa y limpia.

El Cuervo ha aprendido que el aspecto siniestro de una vivienda mantiene alejados a los humanos más susceptibles de imaginar amenazas preternaturales. Que una vivienda adquiera la denominación popular de “casa encantada” asegura una cierta tranquilidad apoyada en las más retorcidas supersticiones y miedos. Tampoco le preocupa en exceso que algún temerario invada su territorio: cualquier intruso perdería el conocimiento con sólo pisar el césped de la entrada, derribado por un sistema de ultrasonidos, y despertaría dos días después en Albany o Boston sin saber qué le había ocurrido y sin guardar ni un solo recuerdo de su fallido intento de robo ni de cuál era su objetivo.

Además, El Cuervo se marchará dentro de pocos meses con destino a Europa, donde le espera un notario con el que arreglará los papeles necesarios que garanticen a su “sucesor” (él mismo bajo otro nombre y apariencia) la total disponibilidad de sus bienes y propiedades.

El Cuervo chasquea los dedos y la puerta se abre. Cuelga el sombrero, la capa, la chaqueta y el maletín de primeros auxilios, del que extrae un viejísimo libro que le ha regalado su vecino Whipple Van Buren Phillips como agradecimiento por haber ayudado a atender el parto de su hija Susie.

El médico de la familia había sufrido un accidente al colisionar su coche de camino a casa de los Phillips con “algo parecido a un foca pero con tentáculos escamosos, piel áspera y supurante de algún líquido lechoso, ojos profundos y rojos, y colmillos desordenadamente colocados en una boca que parecía la entrada del infierno”, según explicó más tarde. El ser ululante se perdió en la noche.

Los abuelos del recién nacido Howard Phillips Lovecraft escuchaban aterrorizados al médico, que había conseguido llegar a pie. No por lo extravagante de la historia que justificaba el retraso del buen doctor, sino porque ese mismo hombre que debía estar borracho perdido o que se había golpeado la cabeza con algo sostenía entre sus brazos temblorosos al bebé mientras lo examinaba.

Las leyendas sobre seres anfibios o lejanamente antropomorfos surgidos del mar formarían parte durante largos años de compendio de narraciones fantásticas de Providence y alimentarían la imaginación de uno de su más ilustres y extravagantes vecinos, nacido la primera noche en la que se avistó un "ser extraño" rondando por el lugar.

Whipple Van Buren le dijo a su mujer que no perdiera de vista al médico y al bebé, besó la sudorosa frente de su hija y acompañó al médico improvisado, Alejo Konstantin, hasta la puerta, donde le obsequió con un ejemplar de incalculable valor del Initia Morbus Resplandore, obra magna del reconocido filósofo del siglo XIII, Erasmus Dee (Van Buren poseía una estupenda colección de más de dos mil libros, algunos de ellos ejemplares únicos o piezas que, según el propio Alejo, se creían perdidas desde los tiempos de la Biblioteca de Alejandría). Alejo aceptó el regalo pero recomendó a Van Buren que la próxima vez, si el médico volvía a fallar, acudiera a alguien más dotado que él para la práctica médica; que sí, que había estudiado medicina forense en la policía británica, que casualmente contaba con instrumental apropiado, pero que los partos no eran su fuerte, sino las autopsias. Le habló de un doctor retirado aunque en plenas facultades que había dirigido un hospital en Boston y que vivía a tres calles de allí, y de una enfermera con amplios conocimientos de medicina general que habitaba una casa pareada cinco manzanas al sur.

Alejo Konstantin “El Cuervo”, como siempre, conocía el historial del entorno de amistades, profesional, familiar, religioso y político de sus vecinos en un radio de quince manzanas alrededor de su residencia habitual en cualquier ciudad del mundo en la que se estableciera. Estaba ansioso de que se inventaran los micrófonos direccionales y las minicámaras para que el control del entorno fuera TOTAL.

Lo que no le dijo al feliz abuelo es que ya guardaba en su poder una copia mejor conservada del libro, primera edición, marzo de 1276, firmada y dedicada de puño y letra por Erasmus Dee. Ni que el instrumental utilizado en el parto había pertenecido a otro amigo suyo, Hipócrates, al que conoció trescientos cincuenta y pico años antes de Cristo en Grecia.


Después de haberse lavado las manos y de haber sustituido la ropa de calle por un cómodo pijama, El Cuervo se prepara una taza de café y un sandwich de mantequilla y mermelada. No come habitualmente, pero desde hace un par de siglos, por fin, ha empezado a desarrollar los sentidos del olfato y el gusto de su cuerpo humano. Tantas comidas de negocios fingiendo disfrutar de manjares terrestres le han obligado a gastar una cantidad ingente de energía en crearse las terminales nerviosas necesarias. El azúcar, los dulces en general, le encantan. Y ese brebaje nuevo, la Coca-Cola, casi le causa adicción. El Cuervo ya está pensando en tácticas de distribución a nivel internacional diseñadas para la bebida en cuestión y, aunque será difícil, piensa ya en conseguir que se llegue a con sumir acompañando las comidas o como refresco apto para mezclar con licores.
POUM-POUM-POUM.
Golpean la puerta. ¡La puerta de entrada! Si alguien ha llegado hasta ella sin perder el conocimiento y con fuerzas suficientes para dar unos golpes, significa que no es de este mundo.
POUM-POUM-POUM.
El Cuervo sospecha quién es su visitante y con total tanquilidad, abre la puerta y deja pasar a...
KILLER: ¡Vaya mierda de sistema de seguridad, fenicius!
...que no es el Killer plantado en una maceta, el que nos encontramos en Londres hace poco, sino una especie de cuerpo humanoide magullado, sucio, con rasgos perrunos. Supongo que la descripción correcta sería: Snoopy con el cuerpo de Arnold Schwarzengger en proceso de regeneración tras haber sido arrollado por un tren de mercancías y bañado en una especie de secreción asquerosa, una mezcla del pegamento baboso que desprenden los huevos de alien cuando se abren y la salivación de un fan Sarah Michelle Gelar al principio de cada capítulo de Buffy (o mientras escriben en un foro defendiendo la serie ante los escépticos).
CUERVO (comprueba que la calle esté vacía, que nadie ha visto entrar a su excompañero de clase y cierra la puerta): No tienes buen aspecto. Chico, ¿te ha pasado un carruaje por encima?
KILLER (desenvuelve algunos de los harapos que le sirven como manoplas y se avalanza sobre el sandwich que había preparado su anfitrión; el fenicius adquiere la mayor parte de su energía del proceso de ventas a nivel global o con el comercio minorista, pero un guerrero debe recomponerse asimilando alimentos): ¡Me han atropellado cerca de la costa! ¡Maldita asquerosa manía de conducir con vehículos terrestres!

Alejo, comprendiendo ahora el incidente del médico de la familia Van Buren, acompaña a Killer hasta la biblioteca y le cede su sillón favorito, aunque antes coloca bajo su trasero una toalla. Además de ser extremadamente limpio y ordenado, El Cuervo es muy cuidadoso con sus pertenencias. Los guerreros como Killer no retienen propiedades, salvo las armas que deban utilizar en cada contienda, los uniformes que no se caigan a trozos y los recuerdos pertenecientes a víctimas o enemigos caídos, a modo de trofeo: partes del cuerpo, fragmentos de naves derribadas, dientes postizos de meta-acero... En cambio, el fenicius ha adquirido la costumbre humana de guardar trastos viejos o de conservar cosas de valor sentimental, aunque sean inanimadas. Aunque suene inverosímil, con el paso del tiempo, algunos objetos ganan valor para algunos humanos, sobre todo si son muy antiguos y están bien conservados. Por eso, Alejo guarda de todo en almacenes de su propiedad, en distintas ciudades del mundo: una primera edición de un libro de hoy es sustento para el mañana, sobre todo si un coleccionista está dispuesto a pagar por él en una casa de subastas (su contable escocés se encarga de los eventos y gestiona el dinero).

El guerrero rezuma líquidos viscosos y sus heridas desprenden un desagradable olor a Gettysburg después de regar el campo de batalla de sangre y otras cosas más sólidas…

KILLER: Nos han dado por saco, Cuervo. Había pactado un reparto equitativo de terreno con los marcianos y, maldita sea, toda la operación se ha ido al carajo.

ALEJO
(algo más tranquilo): ¿Y eso?

KILLER (rabioso, mucho, mogollón, susurrando entre pedazos de dientes): Han jugado sucio, y eso, en nuestro caso, es decir mucho. A las setenta y dos horas de aterrizar en la campiña inglesa, casi sin haber tenido tiempo ni de desintegrar unas cuantas vacas, golfistas y repartidores de leche, sin haber tenido la oportunidad de entrar en un típico Pub inglés antes de comenzar la invasión…
…los macianos comenzaron a estornudar, a toser, a ponerse pálidos, a subirles la temperatura, a perder el conocimiento, a entrar en coma y… ¡¡¡…y a morirse en manadas enteras!!! ¡¡Una de sus naves se me cayó encima!! ¡Ha sido el intento de invasión más corto de la historia! Era como un constipado común que se convertía en una enfermedad rara que te cagas africana en cuestión de minutos...

ALEJO: ¿Cómo es posible?

KILLER (agarrando a Alejo de las solapas): Armas biológicas, fenicius, ¡¡los humanos disponen de armas biológicas!!

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***

Escrito por Cels McClane a las Marzo 23, 2005 11:51 AM
Comentarios

Bueno, bueno. La verdad es que esto promete. McClane, me está encantando esto de la novela... Además si estos son los descartes, la novela va a ser una pasada. Ánimo y a por ellos, que son pocos y cobardes :-)

P.D. Enhorabuena por tu descubrimiento arqueológico. Yo me muero por una copia de Único, el pequeño unicornio en DVD... Ojalá salga alguna vez :-)

Escrito por: Tannhauser a las Marzo 23, 2005 12:26 PM

Eh!! qué guay!! he sido el primero en comentar :-)

Escrito por: Tannhauser a las Marzo 23, 2005 12:27 PM

Dios, si eso se supone que lo haces a todo trapo.... que harias con más tiempo(...un poco del rencor del fan insaciable si...).
Sigue asi, sinceramente con lo poco mostrado, está quedando una obra de leer todas las veces que se pueda en la vida de un inmortal

Escrito por: Worve a las Marzo 23, 2005 12:49 PM

Se nota que estas metiendo ilusion en el tema Cels!ya lo espero impacientemente...

Escrito por: JELLBOY a las Marzo 23, 2005 01:33 PM

Muy, muy bien. Cada vez tengo más ganas de saber que te guardas en el tintero (o en tú disco duro).

Animo y a escribir!!

Escrito por: parkerwebhead a las Marzo 23, 2005 02:21 PM

Hola Cels! Fantastica la novela. Me he leido todo lo colgado y me encanta. ¡Sigue asi!

Soy Agustin, del documental. No quiero ser pesado... pero necesitamos una confirmacion... Un simple si o no nos vale.

Un saludo y gracias!

Escrito por: Agustín a las Marzo 23, 2005 02:30 PM

Me sé de alguien que va a sentirse identificado (o mejor dicho, identificada) con lo de Buffy... ;O)

Ánimo con la novela. A ver qué es tan importante como para dejar todos estos descartes fuera...

Escrito por: Shimart a las Marzo 23, 2005 04:09 PM

Mmm. Está muy bien, pero tengo una duda, Alejo tiene sofisticados sistemas de ultrasonidos y de borrado de memoria en sus sistema de seguridad, pero ¿no tiene unos pobres microfonos direccionales y un par de minicámaras? Como diria Mr Splock, "no es lógico".
En cualquier caso, sigue adelante, me están gustando bastante los descartes y seguro que la novela estará genial.

Escrito por: Pifia a las Marzo 23, 2005 04:17 PM

Armas bactereológicas? Lo de los marcianos me recuerda a "Mars Attack" (Película que nunca he visto terminar del todo, por cierto). Promete, promete mucho, sigue así =)

Escrito por: Koopa_Conan a las Marzo 23, 2005 08:21 PM

Dios mio, koopa... esa me ha dolido.. xDD
Espero que al menos cuando salga "La guerra de los mundos" de Spielberg vayas a verla... Tiene buena pinta...
Don Cels, creame, me siento mucho más agusto... Te envié un escaneado con la firma de la que hací mención, pero con lo ocupado que estas rediseñando una novela que, segun algunos de los últimos comics de FH ya existe, seguramente no lo has visto... Lo único que temía es que fuera cierta la firma y por alguna extraña razón alguien te la hubiera perdido por ahí... pero si aunque sea real no tiene ningún valor para tí, con tu permiso, me quedo este FH AOP6T que es uno de los pocos (2, para ser exactos...) originales que tengo de los comics recopilados en los CLASSICS...

Gracias por solventar mi duda... Con lo que molaba la PaP...xDDDD ahora ya no puedo hacerla... :(

El texto en tu linea, bastante bien escrito, la verdad... yo te sigo viendo como director de cine, escribiendo y dirigiendo... ¿No te lo has planteado nunca? A mi me encantan tus planos....

Escrito por: ERIO a las Marzo 23, 2005 11:53 PM

Puede que Alejo solo disponga de acceso a tecnología de caracter ofensivo (aunque sea mínimo), y no de otra mas enfocada a recopilación de datos, vigilancia...., que quizá se consideró innecesaria para un planeta tan poco desarrollado por parte de los invasores.

Escrito por: Logan-X a las Marzo 23, 2005 11:53 PM

Ay, ay, ay, señor Piñol... armas biológicas... alguien se ha leído la segunda parte de "The League of Extraordinary Gentlemen" por aquí, ¿me equivoco?. Estoy seguro que Mr. Alan Moore (a quien ya tardan en nombrar Sir) se sentirá muy orgulloso de ser incluído en el humor referencial de Fanhunter. Ya tardaba en incluir algún guiño a La Liga, hombre. Aunque sea en los descartes.

Por cierto, aunque no venga a cuento: he disfrutado como un enano con el segundo número de FH The Final Conflict. Si sigue en la misma línea, tendré que irlos pillando todos. La parte mala es que no tengo unos gustos, digamos, representativos en lo tocante a comercial... :)

Escrito por: El Jose a las Marzo 25, 2005 10:51 AM

La liga... mars attacks... pero qué listos. Id un poquito más atrás, anda. Si es que hasta os han dado la pista por ahí arriba.

Esto debe ser como lo de "los de la peli de constantine te han plagiado", no?

Escrito por: angua a las Marzo 25, 2005 12:50 PM

Reconcozco que no sé de qué estás hablando, Angua, pero has conseguido que me pique mucho la curiosidad... y pido disculpas si a algien le ha parecido que "voy de listo". Sólo me parecía que Cels estaba haciendo un guiño a los fans de La Liga. Si la idea del arma bacteriológica existía anteriormente, no tengo ni idea de dónde ni cuándo apareció.

¿Dónde se mete MULDER cuando lo necesitas?. Brrrr...

Escrito por: El Jose a las Marzo 25, 2005 05:10 PM

sobre tesoros arqueológicos:
apoyo la petición de Tannhauser - "Úuuuunicooooooo!"

Escrito por: SoWhat a las Marzo 26, 2005 01:57 PM

Chicos, buscáos una peli en blanco y negro llamada "La guerra de los mundos", y el libro titulado igual, y la grabación de la transmisión radiofónica de Orson Welles leyendo el libro y haciendo que la gente se creyera que de verdad de la buena habían llegado los marcianos y estaban invadiendo la tierra.

Lo de Spielberg no es más que un remake.

Escrito por: Urui a las Marzo 28, 2005 10:14 AM
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