Antes yo era diferente, hacía las cosas bien (supuestamente), me esmeraba y me esforzaba a más no poder y conseguía soluciones bastante rápidas. Era todo lo que los demás querían ser. Ahora estoy en pausa. El verano me ha dado duro y con palo, me tiene retenida en mi casa, sin hacer nada, sin la necesidad de salir a buscar joda, cerveza, nada. Estoy contenta, tengo lo que siempre quise tener, la tengo a ella y eso me tiene contenta, me pinta de colores pasteles la mente y me hace querer y desear más de lo que ahora se puede encontrar. A veces estoy triste y no lo puedo ocultar. Como hoy, que caminamos mucho por un parque lleno de niños y ancianos buscando en cada mirada una historia más interesante para contar. Habíamos peleado y nos habíamos amistado. Habíamos dicho te amo y habíamos tratado de besarnos detrás de ese arbol. Y luego era la fusión de caracteres de siempre, yo te quiero, tú me quieres. Una pelea más y caminar desde su casa hasta mi casa deseando que el problema se pueda borrar. Y peleas por teléfono, y recriminaciones en silencio, todos los argumentos para decir no te quiero y luego insistir en que no era cierto. Antes hubiera dicho qué me importa, yo tampoco te quiero. Pero ahora sé que no es cierto. Hay ciertas cosas que uno simplemente no puede negar, a pesar de la rabia, a pesar del fastidio. Y me pregunto todavía por qué para ella es tan fácil negar cada palabra jurada que me dijo el domingo en la cama.
Cuando tenía pocos años y hacía todo lo que el resto esperaba, recuerdo que moría porque llegues temprano a la casa, que salgas del trabajo de inmediato, que corras, que vueles, que compres chocolates, llegues y me beses. Mi vida, corría alrededor de tu macabro horario de trabajo. Era salir del colegio, perder el tiempo, no hacer tareas, no jugar con nadie porque todo el mundo es más grande, no hablar con nadie porque evidentemente en casa no había nadie, no estaba francisco, no estaban mis primos, no estaba la sombra de ningún amigo.
Y esperaba que llegaras, que me abrazaras, que me contaras sobre tu día, que jamás renegaras porque por esa época yo no hacía nada que tú no querías que haga. Era simplemente mi rutina, esperarte, contarte, alegrarme. Cruzar el abismo que separaba tu oficio de mi juicio.
Éramos tú y yo en perfecta conjunción.
Pero ahora todo es una joda, nada te satisface, nada me satisface, las conversaciones se transforman en guerras y las guerras en rencores. Dices, hablas, reclamas. prohibes y yo (irremediablemente) no me puedo quedar con la boca cerrada. No he nacido para quedarme callada. Y lo peor tiene que venir, te odio, me odias y nadie, absolutamente nadie es feliz así.
Algo se muere evidentemente y que no lo quieras reconocer, que no hagas nada por entender me duele más de lo que quieres creer. Pero no te das cuenta, jamás te darás cuenta, y yo ya me cansé de ceder.
Es curioso... pensar que antes rezaba para que llegases temprano y me hablases. Hoy sólo quiero que te retrases y cruzo los dedos para que no me hables.
Algo está mal, mamá, y es una pena que no te dé la gana de escuchar.
Las cosas pasan sin razón alguna, me queda más que claro.
Hoy estoy metida debajo de mi cama, con las persianas y las puertas cerradas, escondida y a oscuras, sin decir nada, sin pensar nada, sin hacer ni sentir nada. No leo, no estudio, no me preocupo más de lo que tengo que afligirme y tan sólo tarareo canciones tristes y precisas que escupe la buena vida.
A ti te presté mi disco hace poco, hace tiempo, y jamás lo devolviste, me pregunto si ahora también estarás escuchando "Después de todo" pero pensando en "Vini,vidi,vinci". Hubiera sido mejor para esta banda sonora, creo yo.
Yo, no cometo errores, los fabrico, los pienso, los develo.
A veces hablo más de la cuenta y cuando me callo es suficientemente tarde como para remediar las dudas en nuestros pechos. Y existen veces en las que no digo nada y sólo toco, y mis manos son los peores interlocutores del universo.
Yo no cometo errores, los planeo, los ejecuto mientras tu inconsciente se pierde con las voces que suelto cuando te veo.
Como cuando vienes y me dices cosas ciertas por teléfono, y timbras y pides que salga por la ventana para verte ahí afuera, pasando por mi calle, yéndote hacia la nada porque por mi calle no pasa nunca nadie.
Como cuando llegas a mi cerebro en medio de un examen y dices por la ventana que me estás esperando en el carro. Y salgo y te digo que estoy bien, miento que me fue bien, no te confieso que dejé de pensar y escribir coherentemente para sacarme un 12 o un 13 y que lo único certero que puse en mi final de mitología y análisis de discursos fue tu nombre en lugar del mío.
Y dices que vayamos a tomar un café, y no pienso en nada más, porque me alegra como mierda verte y ya extrañaba que saliéramos a cualquier lado, que me buscarás tú y me raptaras de mi mundo para formar parte del tuyo, que me dijeras tus planes de año nuevo y navidad y que te confesara que me voy en unos días y no te veré hasta mucho después de año nuevo, que te extrañaré como la conchasumadre y que estaré pendiente de los correos que le mandes a mi estúpida bandeja de entrada. Y me dices que me quede, que nos podemos ir a trujillo a hacer esto y aquello, y pienso en lo divertido y peligroso que debe ser irme contigo a cualquier parte del cielo, recuerdo el cuzco y las horas que estuvimos sin escondernos de tanta gente y la lluvia que me malogró mil veces el pelo, pienso en que soy otra persona y que puedo decir sí me iré contigo hasta el infierno y que se jodan mi mamá, mi papá, francisco y cada uno de mis tíos y primos, pienso en españa y convencerte para que estudies cualquier mierda allá pero conmigo, y luego pienso en esa casa que quiero tener cuando regrese pero contigo. Pienso pienso pienso y todo son errores porque me cago de miedo y al final el café se tambalea en mis manos y sólo digo que me tengo que largar. Simplemente no estar acá, y me preguntas si no te quiero y a pesar de todo esto te digo la verdad.
Algunas veces debería quedarme callada, porque hay ciertas verdades que yo no debería de mencionar. Los errores los fabrico y los pienso solamente después de decir que sí, que te quiero como nunca antes he querido a nadie, y ahora no sé cómo voy a hacer para reinventarme de nuevo.
fue increíblemente agradable, el inicio, porque los comienzos siempre son razonables, y esos besos, y esas conversaciones al teléfono, tanto tiempo invertido en clonarnos el cerebro, los gestos, los mismos deseos. pero las fábulas siempre acaban y te dejan moralejas indescifrables. conclusiones que te parten, como cuando notas que ya los pensamientos están aparte, y los besos y las manos son indiferencia que lastima, que golpea, que te dejan un ojo negro, la conciencia más sucia, el corazón convertido en un hueco. como cuando escuchas que esa persona que más quieres en la vida te dice que algo serio pasa dentro de sus ideas, de sus pensamientos, y hay sólo descocierto, miedo. creer que con caricias y palabras bonitas podrás acabar esa agonía, borrar ciertas heridas, limpiar sin asco sangre contaminada de ideas que persiguen las peores imágenes.
nada desespera más que las esperanzas que crees que se cumpliran, porque jamás regresan a darte tu vuelto.
a mi me dijo que estaba enfermo mucho antes de abrir la boca y no me costó nada hacerme la tonta, la que cree que algunos delirios se apagan con cariño, que pensamientos negros se borran con besos.
hay conclusiones que a veces no acaban y me pregunto si no necesité ser más fuerte, más constante. no dejarte, no largarme sin pensar que ibas a abandonarte.
las peores noticas llegan justo en tu mejor momento. y por eso la droga, estas putas ganas de maldecir al tiempo, a mi cerebro, mis estupidas desiciones que ahora me reclaman que pude hacer algo más que mirar con las manos atadas. nada en el mundo me hará pensar que no te hice daño, sabes? nada en el mundo me quitará tu aliento de la cabeza, mucho menos ahora que sé que jamás en mi vida te volveré a oler. y cuando decías que no iba a cumplir muchas promesas tenías razón, siempre tuviste razón. porque yo no hago el amor, lo deshago. porque siempre creí que más fuerte podías ser tú.
pero a veces suelo equivocarme.
lamento mucho no haber entendido.
al final ni siquiera pude hacer que sueñes bien.
Hoy pensé en ti, sin proponérmelo, sin anotármelo en alguna parte del cuerpo. Pensé en ti sólo por culpa de una canción. Y es que a veces me pasa, a veces cuando estoy sola y suena una de esas cosas que tanto te gustaban, no me queda otra que pensar desmedidamente en ti y en lo que me provocabas, y dirás que es un lujo que no puedo darme, pero la vida me ataca a veces así. Apareces unas veces y otras tantas tus recuerdos se me pierden en la mente porque son demasiado escasos, demasiado malos. Y suena por alguna esquina California y la voz de Mikel me trae a la cabeza tu voz horrenda cantándome como si alguna vez hubieras pisado Los Angeles, cuando los dos sabemos que nunca vas a salir de tu cochina esquina. Y a veces me acuerdo de ti cuando voy por la calle y suena esa salsa asquerosa que bailamos como locos en una de esas fiestas que detestábamos tanto pero a las cuales nunca faltabamos. Me acuerdo de ti así como me viene el nombre de Enrique cuando escucho cualquier canción de U2, so cruel, pero con él no me da nada de pena, porque los recuerdos desaparecen de mi mente cuando son tan amargos, y así mismo, sin importarme puedo volver a escuchar las porquerías de Tatu luego que México desapareciera, sin nada de pena. Igual puedo alegrarme cuando Silvio canta Ojalá y GianCarlo me regresa a la cabeza, y sus besos, sus ojos negros. Y sé que de algunas cosas no me arrepentiré, como escuchar y cantar Im only happy when it rains y acordarme de mi mejor primer beso. Y volver a escuchar cualquiera de The Cure y llorar porque me acuerdo de un chico lindo que se fue para siempre de mi vida, con el corazón destrozado y los peores recuerdos en la mano. Y otra vez Garbage y sentir muchísimo Milk cuando me acuerdo de esto que pasa cada vez que Katie aparece en mi vida.
Y de nuevo me siento sucia, detestable, pero yo... al fin y al cabo siempre yo. Pero esas son otras cosas y no las puedo combinar con lo que siento cuando me vienes a la mente tú.
Tú y Mikel, Esta luz nunca se apagará y los Smiths, y please please let me get what I want this time in my fucking life. Me acuerdo de tus bromas estúpidas, y tus manos enormes acariciándome el pelo. Y me siento de nuevo Christina Rosenvinge y te imagino Loriga, tan raros y a la vez tan perfectos, y sueño que te tengo de nuevo, que me dices que me quieres y que todavía (después de tanto tiempo) te quedan ganas de hacer noches con mi pelo. Te pienso, te pienso y de nuevo me detesto por sentir esto. Por no ser capaz de desprenderme de ciertos recuerdos, de ciertos momentos. Me detesto
Hoy es uno de esos días en los que no hay nada para hacer, no llamadas, no visitas, no reclamos, ni mucho menos gritos que me hagan despertar de este letargo. Nada, un vacío y un espacio. Nada.
He estado todo el día en la computadora trabajando, llenando números largos que significan vidas extrañas, raras y cien por cien desafortunadas. Antes, cuando todo me parecía outstanding, todavía me quedaban las ganas de descubrir nuevas penas ajenas y combatirlas con mi ejército de buen humor. Estaba interesada en lo que hacía, y en lo que vivía, en lo que decía y muchas veces no comprendía. Pero estaba involucrada conmigo y ser Paula me resultaba ventajoso, provechoso, sobre todo cuando el resto me decía que era una chica con muchas cualidades, y sobre todo algo lista, un poquito talentosa, y apenas buenamoza. Punto y aparte.
Nada se necesita más que confiar en una misma, y esa fuerza deja de existir a veces cuando sale el sol en Lima. A mi me funciona así, está shiny happy people, y a mi me pone hiper blue, y de bajón.
Como toda la vida.
Estoy sentada en un escritorio y alrededor hay mil personas que me sonríen, me preguntan ene cosas y me proponen planes para la noche, es virnes, es 24, recién voy a cumplir 19 y come on, girl, let's get out and play.
Y sin embargo... No tengo ganas ni siquiera de terminar de hacer este puto trabajo. Me siento así, en cero. Quiero una chela, quiero una huida, quiero una simple razón para no estar desperdiciando tanto mi vida.
Este juego recién comienza y yo entro en el entretiempo con un marcador en contra. No es irónico.
Ven y cámbiame de lugar, te juro que aquí yo también la estoy pasando realmente mal.
A lo mejor entre tú y yo, podamos encontrar siquiera una solución.
Tú y yo siempre tendremos motivos para pelear, no te das cuenta de eso? Porque los días no pasan en vano y porque siempre encontrarás en todas las cosas que hago, algo malo. Malos proyectos que conduzco de la peor manera cuando no son a tu manera, malas opciones que siempre elijo cuando no escojo tus fucking opciones, y siempre, siempre, malas palabras que digo cuando no pretendo quedarme callada escuchando tus palabras.
Sabes que siempre tendremos razones para pelearnos y para que decidas arrancarme las llaves del carro y decirme una y otra vez que no soy todo lo que esperabas que sea. Porque mis justificaciones siempre son inmaduras y mis excusas son simples ganas de querer hacer de mi vida una porquería. Qué esperas que diga? Qué esperás que crea? Qué esperas que haga?
Cuál de tus vidas esperas que viva?
Porque todo lo que puedo decir y sentir, para ti está mal y todo lo que yo no escojo siempre tiene que ser la mejor opción.
Y si te dijera que no quiero mejores opciones?
Qué pasa si te digo que estoy harta de estar bajo un microscopio y verme forzada a satisfacer a todo el jodido mundo. Qué pasa si digo que no quiero, ni anhelo nada con tal de estar un poco más tranquila y no tener tanta presión ni tantos ojos encima.
Qué pasaría si simplemente reconociera que ya me cansé de ser tu hijita perfecta y admitiera que sí, que soy un maldito fracaso y que tampoco me interesa tanto porque así me siento un poco más viva.
Qué dirías, qué pensarías. Te darías cuenta que me hace daño pelearme siempre contigo por las mismas malditas cosas? Te darías cuenta que no puedes pretender que tome las decisiones que tú no tomaste cuando tuviste 18 años? Y si se supone que somos amigas, por qué siempre tengo que tener la sensación de estar compitiendo para satisfacer y completar todas las metas que no pudiste concretar cuando tenías mi edad.
Y ya estoy cansada de intentar explicar, que somos diferentes, que lo que tú pides no es lo que yo quiero hacer con mi vida.
Estoy cansada de pedir que me dejes espacio, que me escuches, que me entiendas.
Acaso no te das cuenta? Sólo necesito que me entiendas.
Empecemos el sábado con algo de verdad, o el viernes, qué más da.
Tengo pedacitos de nostalgia dentro del cuerpo, flotando en mi estómago, diluyéndose en mi boca y coagulándose en mis ojos. Y la pregunta de mi madrugada es por qué... por qué no soy como antes y dejo de fingir que soy normal para que todos me entiendan y me regalen sonrisas que sean verdaderas.
No quiero más depresión, no puedo gastarme mis minutos pensando en buscarme fortaleza para poder asimilar golpes que de la nada me traen cuesta abajo y me dejan más sola que una piedra.
"I know the answer but Im afraid to say it aloud", hoy en manly beach me tope con el graffiti perfecto y me puse a sentir y no a pensar. Sentir... puro vacío que se queda en mi boca sin poder salir.
Bolitas de nostalgia que me hacen nudos las venas y me ruegan que me escape de mi.
Quién me entiende?
Tienes confrontaciones de divinidades, Paula. ¿Lo sabías? Las manos me sudan cuando pienso así. Cuando vivo aquí, un mundo al que no le agrado.
¿Y tú te diste cuenta, estúpido? Qué risa volver a verte, qué divertido encontrarte por la calle y saltarte por la espalda para ver tu reacción.
¿Qué demonios piensas que haces, loca de mierda? Y yo sonreí. Cómo me gustas, enajenado. Cómo me gustas cuando estoy drogada y embriagada de este ilógico éxito que tiene mi cara de enferma entre la muchedumbre.
Pero tienes un conflicto de divinidades, ¿sabías? Loca de mierda.
Pero la gente se ríe. No lo cree.
Anduve desangrándome con un lapiz sin punta al mismo tiempo que pensaba en marcharme, soledad. Por esa época los besos eran los mismos... los dientes, sabían diferente.
Ahora la piel quema, porque el humo no termina de salir de mis pulmones. Y toso. Así, para que duelan los circuitos. Mis ojos rojos, entorpecidos, mis piernas firmes, temblorosas.
Ya ni siquiera te recuerdo, veleidad.
Y a veces me río cuando entro al baño y una mujer me mira con esos ojos oscuros y la piel arrugada.
Odio vivir en esta ciudad. Pero no podría sentir todo lo que siento más si no es en castellano.
¿Tú no eres Paula H, Muchacha traviesa? Y yo me río, la sangre hierve en mis venas y yo sólo pienso en ti, muchacha traviesa. Puedo escribirte cien cosas mejores que esta.
La vieja me mira asustada, No te acerques, loca, enferma, a dónde va parar el mundo. Me río de nuevo.
Y tú… puedes hacer lo que mierda quieras.
A partir de hoy ya no me interesas.
Hoy no es un día para morirse, ni para desmayarse. Sólo es una larga mañana para asfixiarse con el olor a azufre de tu propio infierno.
Tu lengua, como la de todo aquel que me lamió una noche de luna llena, tendrá ese envenenante sabor ácido de la tragedia.
Tú piensas y ya no recuerdas, y yo recuerdo pero ya no pienso. Tu lógica es la que nos aparta y mis anhelos se quedan ya demasiado lejos.
Como dije:
Hoy no es un día para morirse.
Para vivir, tampoco.
No basta con pensar que pasará, porque hay ciertos enemigos que viven contigo, bien adentro y en cualquier momento volverán, te guerrearán una nueva guerra y sólo quedará rezar para no caer desbaratados y que te dejen hecha trizas atrás.
Pero no vale cuando te pones triste. Deberías estar contenta, esos "white stripes" te tocan al fin una canción como símbolo de tregua.
Y sin embargo...
Incertidumbre va e incertidumbre viene.
Un maldito invierno (infierno) que mes a mes te volverá a asustar, porque de algo estuvieron seguros el doctor, tu mamá, francisco, jéssica, giana y tu mejor amigo:
Daniel F y su gente aquí se quedan.
Aprende de una vez a convivir, muchachita traviesa.
Creo que no están saliendo las cosas bien.
Todo el mundo tiene los mejores recuerdos de sus 17-18-19. Alcohol, sexo, drogas y harto qué contar. Y yo por supuesto: Parálisis Mental.
A los 17 han hecho tantas cosas, han ido y amanecido en diversos lugares a los que yo nunca podré entrar, y me estaba preguntando si ya no hay espacio para volver atrás.
Yo la vivo y la aprovecho, saben? Me divierto, salgo, bailo, sudo, tiro, la juego por diversos sitios y me stoneo porque quiero. Pero aún así... siento que no es suficiente.
Para mi, el tiempo para jugar a vivir se pierde bastante rápido. Se va.
Hay tantas cosas que sé que no podré hacer. Por ejemplo pensar que no podré llegar a los 60, me aterra. No hijos, no amante, no nada.
Porque hay que ser claros en lo que se explica. A mi, cuando me hicieron y me dieron tantas cosas para poder desenvolverme en este mundo, y cuando todos pensaban que ser una chica como yo era lo mejor que me podía suceder, los números se confabularon para decirme stop chica y enseñarme que aún siendo como soy, teniendo tantos números en el cerebro, tanta destreza para dormir en clases y aún así seguir saliendo adelante. Sabiendo que lo he visto todo y que lo quiero todo en esta vida. Me dijeron No. Tú no.
¿Y ante eso qué se puede hacer?
Estoy enferma. Esa es la verdad. Y cuando tenga 21 y me pregunten si mis 17 fueron los mejores, diré que no. Que me deshice en una cama de hospital y luego varias agujas donde no debían de estar, allá atrás donde siempre duele más, luego mi mamá llorando incluso en medio de un sueño, luego las terapias, luego luego luego.
Cuando todo empieza a marchar bien, entonces es momento para que empieces a sospechar.
Esa frase jamás la voy a olvidar.
Ahora estoy en suspenso. De nuevo la fiebre, el invierno siempre saca lo peor de esto, los huesos, la falta de peso, anemia anemia anemia. glóbulos blancos de mierda que se aparean.
Hoy me hacen un par de análisis, como siempre. Y sin embargo...
El dolor más grande de todo el proceso es ir siempre al hospital acompañada de tu mamá.
Bajé un toque a recorrer marquitos y a no encontré ni un alma que valga la pena, solo un desfile de tarados y renegados sociales de los que mejor ni hablo porque por ahi me apedrean la jato. En fin. Fui a recoger un certificado y me la pasé con Goyo jugando Golpe y comiendo hartas galletas de agua marca Chaplin, y hablando estupideces.
No gané ni media partida.
Supongo que allí se murió mi suerte. O sea, mi día fue una autentica mierda. No fue mejor que ayer y seguramente no será peor que mañana. Me peleé con medio mundo y mi primera clase de la tarde fue con prueba de inicio, un desastre total del que no me quiero acordar. Al fin y al cabo que las cosas siempre mejoran, no?
Quisiera meterle un balazo al optimismo.
Lo neutro de la situación es que tengo mala memoria para las discordias. Eso es todo,
Son las 4 y tengo clase. Así que chau.
Ag, no puedo ni siquiera poner una idea detrás de otra sin agotarme en el intento.
No puedo pensar coherentemente y menos actuar. Siempre me sucede, a estas alturas de la vida, del ciclo, del partido.
Me caigo al suelo y pienso que no hay más motivos para levantarse, no los encuentro. Nada por ahora, para mi, vale la pena el intento.
Pienso que debería tomar antidepresivos o una mierda similar, no sé, vitaminas, algo que me ayude a controlar y sacar fuerzas de donde sea para seguir con mis proyectos de una forma normal.
Normal, normal, normal. Pero Paula no es una chica normal, lo saben... lo sé cuando me miro al espejo y recuerdo lo que estoy haciendo. Pecado, daño, juego insulso que lo único que trae es llanto. Como decir Te quiero y nada más sentir puro vacío en el pecho. No puedo, no puedo, no puedo. Y sobre todo hoy, no me encuentro.
Si pido ayuda... si me reinvento... seguiré siendo yo por dentro y es por eso que ya no vale la pena ni siquiera el intento.
Necesito ideas para poder planear las mías, para hallar una fucking salida y empezar, empezar, empezar, otra vez, siempre y para siempre, desde cero.
Porque no entiendo nada.
Primero mi pequeño hermano me borra de su mundo, después la novia del pequeño hermano me arranca de su lista, luego mi profe de cosmo me saca del salón por faltarle disque el respeto por cuestionar tres teorías de (AntropoX), y si no salía miss H dejaba de dictar la clase -NO HABIA MAS OPCION-.
A mi mejor amigo no lo dejan candidatear para la REA. Me censuraron un proyecto de ayuda social en Grade y para colmo me viene la fucking regla.
¿Quiere decir que Mayo no es el mes en el que comenzará a cambiar mi vida?
Maldito pakatnamu, yo creyéndome las idioteces que me pronosticaba cada sábado, sin entender que no era la suerte la que me sonreía, sino que al contrario, andaba burlándose en mi cara y yo ni enterada.
Y por qué siempre parece que cuando una puerta se te cierra tras la espalda, las demás se empeñan en hacerlo sobre todo en tu cara???
By the way :::.. Choqué mi VW en Pezet y no pude darme a la fuga.
Ya ni eso soy capaz de hacer.
Hay que darle un giro a la situación a partir del día de hoy.
Ya no tengo ganas de hablar, ni de nada más que no sea dormirme y despertar bien y super tarde, cansada, agotada, como si todo lo que se sueña te dejara trapo. A pesar del Supradim las cosas a mi me pesan demasiado y no sólo es el sindrome after semana santa, es algo más y lo peor es que no sé qué puede ser.
Perdí una entrevista para colaborar en una revista de antro, no había dinero de por medio, así que demasiadas bocas dirán "¿y eso qué mierda tiene de fatal?" Lo que sucede es que yo no suelo ser así. Tampoco soy la más responsable del mundo, pero nunca le doy la espalda a las cosas que me importan. Lo peor fue decirselo a mi mamá y soportar su análisis psicológico sobre mi falta de interés por mi vida. Un bla, un ble y un blum que terminó por distanciarnos más de lo que ya estamos. No sé qué nos pasa, y si es tan malo no creo tener las fuerzas para enfrentarlo.
Me dijo entre todos las críticas "si tanto te gusta que las cosas salgan como tú quieres... empieza por hacerlas tú misma!".
A lo mejor tuvo toda la razón del mundo, si conmigo no funciona la desahuevina por lo menos funca la exaltacion materna, ahora sólo diganme cómo demonios hago para no olvidarlo.
Y a pesar de todo, no tengo ganas de escribir.
No se siente nada bien. Por ahora no quisiera ni siquiera existir. Sólo este segundo. Desaparecer y poder observarlo desde una óptica mejor, saber que le haces falta, o darte cuenta que haces lo correcto. Dejarlo morir, salvarlo, o simplemente matarlo.
Sólo saber si todo va a cambiar y dejaré de sentir lo que siento. Mea culpa.
Después, mi vida volverá a ser la misma. Perdiciones, negociaciones, llantos nulos y voracidad sin uñas para no sacarle sangre a nadie.
Nunca fui buena para tomar decisiones, siempre me quiebro, siempre pasa algo que me hace retractarme de mis principios y me obliga a caer otra vez en lo mismo. Debería tener sólo valor para huir y jamás para regresar. Definiría mi problema sabiendo que soy una cobarde y no la mujer de sentimientos perecederos que siente que falla y no avanza, nunca avanza.
Qué diferente sería mi historia si no me arrepintiera de decir o pensar o simplemente de ser.
Siento que recién me he despertado de un sueño infantil y tuviera los ojos llenos de legañas, esas que no te dejan parpadear bien y duelen. Te demuestran que estabas soñando y que tu realidad es este dolor al abrir los ojos.
Por aquí andan 2 de mis mejores amigas, durmiendo aún, sintiendo que el mundo recién empieza a absorberlas, viviendo y disfrutando como tiene que ser una chica a los 18; a ellas les funciona en buena una salida con alcohol, música, chicos lindos que pretenden colarse a nuestras vidas, y a mi sólo ha conseguido ponerme así. De más. Supongo que ya no hay más vuelta que darle, mi daño está hecho y por esta madrugada seguirá así, igual de mal. Ya ni siquiera el olor a rancio de la marihuana podría levantarme. Y encima los ojos me duelen, me hacen daño. Debe ser por las ganas inmundas que tengo de llorar.
Es como si detrás de tu mirada alguien te reclamara despacito Qué es lo que te pasa. No es que sea fatal, cualquiera que lea esta mierda pensará que soy una loca delirante, de esas que se meten toneladas de pastillas, kilómetros de mierdas parecidas en el desayuno para aguantar una clase a las 7:00 de la mañana. Pero no.
Una trago, una línea, una cachetada que se te incrusta directo en el cerebro no te quita del todo el desgano, el desamor, esta puta apatía. Te destapa las sienes, el pulmón, el aire frío te penetra mejor y todo es glacial desde tu boca hasta el cerebro. Pero nada más. Pero nada menos.
Te gustaba sentir sonrisas y gritos en slow motion? Vivir sin querer, sentir sin poseer, tragar para luego devolver, con creces. Corriendo, gimiendo, sudando y jamás sintiendo.
Rutina de la que sales como hecha mierda y no te importa tanto. Puedes comerte todo el pastel y cagarte en ti misma sin sentir remordimiento, sin sentir asco. Puedes cometer un crimen y no sentir ni un poquito de pena. Culpa sí, he dicho que la culpa no desaparece. Al final, puedes bajar, estrellarte en el suelo, hacerte añicos y darte cuenta de que no cabes en el mismo cuerpo contigo y la otra chiquilla que no se respeta. Debes deshacerte de una de ellas.
No es fácil y a mi siempre las despedidas me han hecho mierda, me han hecho trizas, me harán por siempre daño. Sobre todo cuando te das cuenta que el cuerpo que acabas de desalojar es el mismo que mataste cuando la euforia te chorreaba por la frente. Ayer, Hoy, Siempre.
No hay crimenes puros, excepto cuando te matas a ti mismo. Y sabes que de todas maneras nadie vendrá a llorar a esta tumba. Ni siquiera tú, porque no existes.
Y ojalá que alguien te avise el dia y la hora en que resucitarás, a ver si esta vez pones atención y lo haces todo como debió de ser, pobre princesita en decadencia.
Nunca quise ser la mala de la película, pero no habían más papeles disponibles por ahí, y todos los buenos ya estaban tomados. Era preferible ser la mala a ser simplemente un extra o parte del decorado. Entonces las ambiciones únicamente me llevaron a elegir caminos insospechados y para el resto, quizá, algo inapropiados. Era fácil, después de todo. Advertir que eres malo para jugar de a dos, o que eras malo para jugar de a uno. Calibrar salidas que efecten al protagonista de la historia, invertir frases para hacer mella en los corazones de los espectadores, y perpetuar siempre el fin que debe conseguir tu personaje.
Porque el malo siempre pierde, pero al principio la pasa genial. Eso no lo podemos negar.
Cuando mi interpretación en la película perece, cuando ya no hay más remedio que poner un FIN. Hay que virar hacia otro lado. Buscar más oportunidades. Por ejemplo, un casting en la vida de alguien más que te puede interesar. Ojos lindos, color apetecible.
Y hacer las cosas bien por primera vez, a veces, cuesta muchísimo. Porque lo único que sabes es como ser mala y tu resume (c.v.) tiene 700 páginas, pero en cada obra tu papel fue siempre el mismo. No puedes quitarle al tigre sus rayas sólo porque te da la gana, Paula.
Así que hay que admitirlo, quizá seas la mejor actriz del momento, la que acapara las portadas, de la que todos hablan y con la que todo el mundo sueña. Pero chica blue, tienes que comprender que en el corazón de tus protagonistas importantes siempre serás recordada como esa que siempre fuiste y la que siempre serás, como la mala de la película, la mala de sus vidas.
And please make me a favor and tell me you don't mind.
Tengo miedo. Estuve pensando en cuál es el motivo para hacer lo que hago. Me siento tan inmensamente culpable de jugar a esto, y ahora no sé cómo hacer para que acabe. Cómo detenerlo. Me cuesta mucho decir la verdad, desde que era chica y de casualidad maté al pollito de mi hermano. Supongo que por eso me odió durante tanto tiempo. A lo mejor soy mala o una aprendriz de mala, que a la hora del sadismo simplemente advierte que lo que está haciendo es enteramente incorrecto.
Mi mamá solía decir que tengo la virtud de conseguir lo que quiero. Quisiera que sea falso. Quisiera no desear, ni retarme a conseguir nada que en el fondo no quiero tener. No debo tener.
¿Acaso la gente no entiende? Una chica como yo no puede ser demasiado buena. Menos perfecta.
Tampoco real. Porque cuando me miro al espejo reconozco que por más sonrisas que me lance, hay algo falso en mi mirada. Lo impuro no desaparece. Lo peor es que el resto ve lo que quiere ver. Y lo que yo entrego a pesar de ser un juego lleno de hipocresias y mentiras, les resulta demasiado perfecto.
Hay que matarla, definitivamente. Esta reina se tiene que morir. Ya no quiero seguirle haciendo daño a nadie.
Hoy el cerebro me tironea para la derecha, la izquierda, parálisis mental. Ayer escribí, hoy escribo y mañana escribiré otra mierda como ésta. Sin sacar de mis bolsillos todos mis secretos porque deletrearlos me da más miedo, esconderlos y mostrarlos a solas tampoco me termina de satisfacer. Por eso yo... Parálsis mental.
Estar a solas y sentir que no estoy sola. UFFF es una sensación fenomenal, probarlo todo, vivirlo todo, tener 18 y nunca mirar atrás. Sin embargo yo… Parálisis mental.
¿Y qué siente, Paula? Un hueco que hay que llenar con derrota.
Y lo que está sintiendo Paula no son más que dudas y pena. Deliro y Alcohol. Necesito una mano que me perfore la cara de una cachetada, que me despierte del delirio, necesito volver a creer que puedo salir sin sentir las huellas de nadie impidiéndome avanzar.
Parálisis mental... porque 48 horas no son suficientes y no me encuentro.
Todo es vacío, expiación. Un interminable buscar en donde tú tampoco estás.
De lo que se trata esta madrugada es de lanzar lo primero que se me viene a la mente, así, de porrazo, ¿pero qué se supone que es? .... .... .... Hace tiempo que no pienso con coherencia, estoy funcionando con las baterías de recarga porque creo que este año no es el mio. No lo es ni en su más mínima expresión. Entre pensar en el futuro y preocuparme por el presente, ya tengo suficientes conflictos como para analizar también mis lapsos de austeridad mental. Supongo que es el derecho de mis neuronas para pedir un alto al fuego. Pensar a estas horas de la madrugada me crispa, pero ese era un cuento que sólo me interesaba a mi, porque al final de cuentas todo el mundo se muere solo. Y no me da ni la mas mínima pena.
Alguien había dicho "Tú lo haces todo de manera que parezca real" y yo ecribí un poema. Eran como las 3 de la mañana y Gonzalo todavía quería seguir tomando "Debemos buscar un select y comprar más four packs", nos rogaba y el carro del Yogui giraba x la Javier Prado, entraba en Las Flores, paraba en KFC y yo pensaba "quiero irme a mi casa".
En esa fiesta alguien quería meterme a la cama, como siempre. Yo quería encontrar un buen motivo por el cual aceptar y dejar de pensar que sigo perdida. Ninguno tuvo suerte, menos yo.
Lo que me quedó del sabor de sus besos fueron sus manos en mi cintura, olía delicioso y sabía a ron. "Mi tipo de chico", pensé la primera vez que lo vi, pero luego cuando me dijo que yo podía ser la mujer de su vida, se echó a perder. La gente no debería mentir tan deescaradamente. Ahora él no está más y yo sigo buscando por los mismos rincones a alguien que me diga que soy una princesa.
Volviendo a la fiesta, Gonzalo me prohibió que hable con cualquier tipo que no sea él, o Yogui o Efraín. Tres tristes tigres que confundieron el cuento y ahora estaban escoltando a una princesa en decadencia.
¿De quién era la fiesta? No sé, tampoco es que me interese, sólo sé que estuve y bebí más que todos juntos y que después MariaElena me invitó un poquito de eso que hace que no te emborraches y todo estuvo normal.
Que alguien me diga si la pasé bien o si me divertí, que me digan que estuve feliz, sonriendo, bailando, queriendo volver. Si me dijeran que jamás me vieron tan contenta a lo mejor la proxima vez haga algo más que hablar de mi vida.
Es curioso como tus amigos te cuidan tanto, como sienten que los necesitas. Quizá hasta ahora es lo único bueno de estos 18. Identificarse en un espejo ajeno es tan díficil, pero aquí todos padecemos de lo mismo.
Y estoy segura que cuando empece a llorar uno de ellos tuvo la genial idea de sacarme a bailar.
De repente esa es la explicación para tantas interrogantes que se quedaron en el aire esta mañana. Con los ojos abiertos desde haca muchisimo tiempo. Después de todo nunca me gustó resolver exámenes psicológicos.
¿Por qué funcionaremos así? O por lo menos ¿Por qué tengo que funcionar de ésta manera? Cuando más busco explicaciones menos consigo comprenderme.
Hoy estuve tirada en la alfombra de una casa ajena tratando de evitar temas complicados, y no dejaba de pensar en eso: A veces cuando más me necesito, pongo inmejorable empeño para darme la espalda, lo malo es que también funciona contra terceros. No sé por qué soy así. Pero tampoco es que quiera resolverme el misterio y llegar al meollo de mi locura, eso me da aún más miedo. Tal vez esta es la razón por la que nunca limpio debajo de mi cama, para no tener que encontrarme con la otra Paula que perdí hace un par de años al entrar intempestibamente a la adolescencia.
De todas formas no siento arrepentimiento, no me embarga ese pesar maléfico que me recubre las ideas cada vez que digo alguna estupidez y destrozo todas las esperanzas que los nobles ponen sobre mi. Ahora sólo hay un vacío inexplicable y más flojera que empeño por remediar la situación. Aquí radica mi angustia.
Cada día siento que mis diferencias con el mundo se acentúan más y ya falta poco para que no pueda reconocerme en ningún espejo. Sin embargo no quiero, pero me cuesta hacer algo al respecto. Como siempre que me pierdo en estas cuestiones, llego a la conclusión esporádica de que yo jamás tengo la razón. Recién ahora recapacito.
Las ganas que le eché para largarme me faltaron para decirle que lo quiero. Pero esa es ya otra parte de mi historia.
He estado rebotando de la ira desde la mañana, desde ayer, creo que desde mi otra vida. Tengo mil ganas de gritar y matar a alguien, me divertiría mucho arrancando viceras, sintiendo la viscocidad de la sangre resbalar por las yemas de mis dedos, viendo el terror en los ojos de una victima que se tendría que parecer irremediablemente a mi misma. Aquello fue un sueño que jamás concluí de soñar, por algunas noches pensé que era lo mejor, al final nunca me terminaba de matar y por alguna razón estúpida tenía la esperanza que al despertarme todas las sensaciones de culpabilidad y dolor espiritual desaparecerían. Nunca se consigue todo lo que se quiere. Debieron decirme eso cuando cumplí 8 años y me ahorrarían un montón de problemas.
¿Les había dicho que este año era para mi?, creo que me equivoqué, el planeta se ha atravezado en mi contra y todo parece siempre ir peor de lo que está. A mi me duele, me jode, me revienta, me crispa, me mata. Quien sabe si llegaré a acostumbrarme a que toda mi vida marche de esta manera.Estar tan arriba para después acabar refundida en el abismo de siempre.
Me dijeron que debía hacer algo para cambiar este destino que se niega a ceder aunque sea un segundito a mi favor. La verdad de las verdades es que no me da la gana de hacer algo. Estoy demasiado cedada como para mover un dedo. Me siento tremendamente mal y no tengo fuerzas para mandarme a la misma mierda. Siempre voy a regresar al mismo agujero.
Si tan sólo Sísifo pudiera mandar todo a la mierda y fumarse un troncho mientras la roca se va directo al infierno... yo podría estar bien. Cómo odio las paradojas.
Hoy como en toda mi vida, no tuve a quien decirle que me comprendiera.
No tengo ganas de compartir nada con nadie. Sólo por hoy. Quizá mañana ya vuelva a ser la misma de siempre. Agitadora social sin nada que perder excepto el prestigio. Nada mas. Pero hoy, pretendo dedicarme a mi misma y no pensar en nadie, absolutamente en nadie. Han pasado demasiados años desde la última vez que fui integramente egoista con el mundo. Tantos años, que casi llego a pensar que en verdad he estado compenetrada con la gente que me rodea. Casualidad de casualidades.
Sin embargo siempre me he sentido un poco sola, no del todo, pero si un poco, lo suficiente como para no tener ganas de hacerlo otra vez. No sé si estoy triste o melancólica, la diferencia entre las dos palabras es que la primera puede evitarse, la segunda es inherente a tu estado emocional. La marca de nacimiento que no se puede borrar, aunque pasen muchos años y muchas cosas buenas. A mi siempre me ataca por la espalda la puta melancolía, a veces sin darme cuenta, sobre todo cuando estoy sin nadie, no debería pensar en nada más que en mi, sería bueno que por esta vez no me dedique a divagar tratando de recuperar momentos perdidos, sería bueno que esta vez sólo se cumplieran mis deseos y lo demás se pierda para siempre en mi cerebro. Como oido ser tan vulnerable, como odio ser tan de este mundo.
Qué frío, qué flojera, qué todo. Hace unos minutos quería comérmelo todo sin saborear, ganas de saltar y gritar y darte un beso. Ahora nada, ahora ni siquiera ansiedad.
Me llaman la atención mis cambios de ánimo. Dos caras de una misma moneda que se intercalan demasiadas veces en un mismo día. A veces estoy coloreada en el cielo, subida en una nube pensando en los 4 colores de mi mente, y de repente me caigo, bajo en picada y plop! me estrello contra la misma realidad de todos los días. Muy blue. Sólo para darme cuenta que la vida es una mierda, ya ni sé qué es real y qué no. Supongo que siempre he estado en medio de la desesperación y la alegría. En un limbo donde mis sueños no se cumplen, o tan sólo parecen empezar a desenvolverse para después estancarse. Odio las cosas a medias.
Ahora no tengo ganas de seguir adelante, ni de retroceder, ni siquiera añoro un estado pasado donde diría que verdaderamente fui feliz. No, no existen etapas en las que puedas decir yo ese día fui feliz, con sus 24 horas fui feliz. A mi no me ha pasado, supongo que por eso me parece tan extraño.
Qué feo es estar aquí, sin más ilusiones que tus viejas ilusiones, sin más esperanzas que tus estúpidas esperanzas, sin más corazón que tu insípido y abatido corazón. Qué feo es estar, simplemente estar.
Por lo visto hoy no es el día en el que comienza el resto de mi vida.
De todas maneras no tenía a quién mierda escribir.