En situaciones como esa hubiera querido retroceder el tiempo, volver a tener los 17 que tenía antes que todo estallara y simplemente salir a la calle a prender un troncho, fumar 2, 3 toques y regresar, con lentes y fingiendo ser más nerd de lo que soy, y simplemente hablar de lo que el idiota creía que prestaba atención. Decir por ejemplo ¡qué interesante!, y añadir que no estaba de acuerdo con ciertos puntos flojos de su teoría insulsa sobre el ketchup. Pensar que hay tanta gente que contiene información desechable, y que ese huevón estaba orgulloso de ser uno de ellos. Y lo peor es que era el nuevo enamorado de mi prima y tendría que tolerarlo mil veces más a su lado.
Pensar: si se casan este imbécil irá a mi casa, al bautizo de mis hijos, a la celebración de mis 50 años, al festejo por el ingreso a la universidad de mi hija mayor, y lo peor es que le dirá "sobrina" y ella "tío". Y no podré impedirlo.
Miraba a Giana y pensaba, qué estás haciendo? de dónde sacas seres como estos? Y ella totalmente nublada, miraba con eso que debe ser orgullo o amor, y me sonreía en la más esperanzada. Tan ilusa, tan tierna que provocaba vergüenza ajena.
Ella y Malú tienen la mala costumbre de presentarme siempre a esos candidatos que tienen la mayor posibilidad de ganar, y cuando me advierten que no los haga mierda es porque los quieren de verdad y planean que pasen cosas serias. Y yo, que las adoro, no los hago mierda y me esfuerzo en quererlos, en comprender los cómo, los cuándo y los por qué. Porque cuando no me caen bien puedo ser realmente una m i e r d a elevada a su máxima potencia.
Pero ayer, ayer era un punto aparte. El tipo era simplemente detestable y la manera en que hablaba, su voz, su tino, sus ideas, todo me enervaba, me molestaba. Muy fake, sin dominio de escena y lo peor del cuadro era que no estaba ni siquiera cuero como para decir que el martirio valía la pena. Y yo, sin wiro, sin un escape que me haga blindar los oídos para no oírlo, me la pasé chupando y chupando. Sin mencionar nada porque el huevón se identificaba con todo lo que en la mesa de al lado, en el otro lado del ártico, alguien mencionaba. Y cuando fuimos al baño (porque las mujeres siempre vamos al baño de a dos en dos) Giana me preguntó con sus ojitos embelesados qué me parecía y no tuve suficiente estómago para mentirle y decirle que estaba lindo, ni siquiera interesante. Le dije la verdad y automáticamente ella cambió de actitud. Le reseteé el cerebro en menos de un minuto y cuando regresamos a la mesa ya éramos dos que empezamos a ignorarlo y luego a joderlo harto. Pagó la cuenta y al momento de devolvernos a nuestras casas, ella dijo "me voy con Paula". Fin de la noche, se trepó a mi carro y no dijo nada, mientras yo pensaba que era imposible ejercer tanta influencia sobre Giana.
Él dijo que fácil todavía hacía 200 planchas conmigo sentada en su espalda porque sigo flaca y se rió como quien ha dicho algo divertido. Y yo ¡guaj! nunca me río cuando un huevón cree que bromea o coquetea o juega y en realidad da pena.
Dije "ah qué bien" y me largué.
Antes, cuando tenía 12 años y lo amaba como nunca amé a nadie hasta que apareció enrique y luego gian y luego ursula y luego guillermo y luego ... y luego ..., yo me sentaba, me echaba y estaba feliz en su espalda mientras él hacía una, diez, cien planchas, y lo escuchaba contar con su voz gruesota "uno, dos, tres" y sentía que eso era lo mejor que podía pasarme en la vida porque era muy lindo, y tierno y cuero. Y vivía enamorada de sus ojos negros, de sus pestañotas y su nariz diminuta, de sus manotas torpes que nunca me ganaban jugando gallito o que me sacaban conejo del cuerpo porque yo siempre bajaba pidiendo que me abrace y me haga crash boom zap la columna vertebral. Y moría cuando llegaba los domingos a la casa con uniforme (ufff tan lindo) a buscar a Francisco, y yo caía del segundo piso y muerta de amor encontraban a la cojuda desnucada en el jardín o en un rincón. Y él siempre Paulita por aquí, Pau por allá. Y todo lindo, soñando que me casaría algún día con él y que aprendería a cocinar rico porque lo que más le gustaba era comer.
Pero de la nada, chau. Se fue a no sé donde y no volvió más. Y yo viuda de 12 años esperando que regrese a sacarme un último conejo del cuello.
Hasta ayer. Que apareció y cuando dijeron Mauricio, yo alucinada con verlo tal cual como se había ido, lindo, cuero, tierno, pero no.
Era un tipo que parecía mil mayor que mi hermano y se le notaba recontra casado, de esos libidinosos que esconden el aro y se la pasan hablando inutilidades para ver si pescan algo. Y yo aterrada porque de la nada mandaron a la mierda mis ilusiones de niña pequeña, y encima el mastodonte me decía que quería hacer planchas conmigo de nuevo en su espalda y Paulita por aquí, Pau para allá y te saco un conejito o juguemos gallito. Hasta que vino Ernesto a arrancarme de ese sitio y preguntar (con cara de le voy a sacar la mierda a ese mierda) "quién es?", y me resultaba tan macabro decir "fue mi primer amor" que tuve que resetearme el cerebro y los recuerdos y decir tan sólo que era un borracho de mierda. Qué mierda.
Acabo de llegar, son las 4 de la mañana y 2 minutos y yo acabo de estacionar el carro. Mi mamá, claro, está despierta, mira tele y espera. Como siempre, como tiene que ser. Pregunta qué hice, de dónde vengo, qué tal el cumpleaños y yo digo que "paja". Nada más que "paja".
Pero no estuve en ningún cumpleaños. Ni en ninguna parte. Y lo sabes porque eres mi madre pero ya no dices ni media palabra y me mandas a la cama.
¿Y yo? Nada. Puntos suspensivos... y nada.
Di vueltas, comí como mierda y después paré en casa de Karla para decirle que tenía puras ganas de chupar, de emborracharme y después olvidarme que debo ser una señorita o lo que sea que el resto quiera. Y ella, como buena amiga que es, me dijo "anda a tu casa y amarrate la pata a los pies de la cama". Te quiero Karla. Justamente por eso, porque cuando quiero estar contigo y contarte mil secretos, te vuelves la mierda que eras en segundo de secundaria y me mandas a la mierda diciendo que soy una cojuda y me hago bolas por las puras. Te amo porque a veces me cagas tanto y ni siquiera te enteras. Supongo que eso sí es amistad de verdad.
También pasé por casa de Mariana y tampoco estaba. Había ido a la universidad, y a las 10 de la noche no regresaba. Qué cagada. Su celular apagado, porque seguramente estaba encerrada con un idiota en algún antro y no le daba la gana de aparecer, de ver, de existir y decirme que me deje de huevadas de una buena vez.
Y di muchas vueltas porque no tenía nada más qué hacer, pasé por el starbucks y me tomé un café para ponerme más pilas y me encontré con amigas que no veía desde el colegio y todo fue "ponerme al día" con cara de "te odio maldita" y después largarme, decirle al puta-su-madre del valet que no me traiga el carro porque sólo quiero ir a wong a llamar por teléfono (porque no tengo celular para que nadie me lo vuelva a robar) y sólo preguntar si en alguna parte del mundo estaba Oliver dispuesto a recogerme de esta mierda de noche y llevarme a algún lado a que le llore que soy una cojuda y que extraño algo que no defino bien y que me muero porque sea diciembre y treparme en un maldito avión que me lleve fuera de esta lima que me mata cada jueves que salgo de clases y te veo a ti estacionada en la cafeta de artes sacando plan con un idiota que alguna vez me dijo que quería algo conmigo y que ahora "definitivamente" quiere algo contigo y me muero de la pica, y de la envidia, y no sé a quién odio más, si a ti o a él porque ya no me quiere o ya no me mira con deseo o ya no le parezco interesante ni siquiera para corromper. Y te detesto a ti porque sabes que me jode que hagas eso, y que te cuadres frente a mi facultad para decirme desde lejos "devuelveme el white ape que dejé en tu carro" y ni siquiera quieras ir a buscarlo, sino que mires tu reloj y digas "mejor me lo das otro día" y "chau" y "te quiero", pero muy lejos y mandando beso como si las huevas y riendo porque sabes que esta mierda es una mierda pero yo salgo perdiendo. Porque me da pica, celos o lo que sea. Y recién me entero que Diana tenía razón, que soy una mocosa, una chibola estúpida y que sí, que estoy recontra cagada porque "esto" definitivamente no debería estar ocurriendo.
Cuando tenía 16 años creía que lo tenía todo. Es cierto. 16 es un buen número, una buena época. Acababa de ingresar a la universidad y un culo de gente creía que era interesante. Preguntaban, me golpeaban con el borrador de sus lápices portaminas y me decían "qué tierna la niñita", no era tan niñita, pero tampoco esperaba que lo supieran. En clases todo iba bien, mis amigos eran una tira de chibolos perdidos, sombras con voz que nunca nadie escucha y de repente el chico malo apareció por primera vez en mi vida. Y era tan lindo, tan perfecto, tan demedidamente negro. Andaba solo por los rincones y fumaba cigarros baratos que nunca convidaba a nadie. Me detestaba porque según él yo era una niñita de mierda y yo lo odiaba porque se juraba la gran cagada. En clases todo era guerra, si él decía huevadas acerca de Kant yo hablaba tonterías sobre Hegel, si él defendía a Camus, yo protegía a Sartre. Odiaba a Kurosawa sólo proque yo dije una vez que me gustaba, y yo detesté con toda el alma a Groucho cuando supe que en clase de Cine había dicho que era el mejor creador de mitos cómicos cinematográficos de todos los tiempos. Y un día, de la nada, me dijo que quería tomar un café. Y en lugar de impresionarnos con toda la basura que coleccionábamos en el cerebro, fuimos sinceros. Le conté esos secretos que ningún chico debería saber, y él me contó todo aquello que le causaba escalofríos. Dijo que después de todo no era tan odiosa y yo le dije que no me parecía tan posero. Hablamos y hablamos y por primera vez en ese ciclo nos conocimos. Nos hicimos amigos.
Aún peleábamos en clase porque algunas costumbres son difíciles de desterrar, pero después de todas esas pequeñas guerras terminábamos igual. Tumbados en algún jardín de la universidad buscando ovnis escondidos en el estacionamiento, trazando ideas para robarnos un par de proyectores, buscando soluciones para esos problemas que ya no eran tan serios. Y todo era tan real, tan subliminal que pensé que estaba enamorada.
Hasta que una de esas tardes inmensas nos decidimos por darnos un beso y ya nada fue igual. Empezamos de enamorados pero dejamos de ser amigos. Cagamos el sentimiento y llenamos el vacío con derechos de pertenencia que nos sofocaban las ideas. Nos hicimos mierda antes del mes y decidimos que esa historia se iba directo al tacho. Junto con mis ideas, sus ideas y los recuerdos de antes que ya no importaban. Siempre me dije que nunca más lo extrañaría, pero lo curioso es que hoy me desperté pensando en él más de la cuenta y me jode que ciertas ideas no abandonen nunca mi cabeza.
Ayer me llamó en la noche y mi mundo, mis ideas y mis conjuros colapsaron, se me rompió el libreto y quedé rebobinada a ceros.
Llamó y dijo que no podía dormir, que por alguna razón le dolían los párpados cuando cerraba los ojos y que quería conversar de algo más que no sea verdad. Yo, aún vestida, con ropa de calle, un jean, una polera y una bincha, dije que sí, que se quede al otro lado del auricular, que me daba igual, era tarde, la 1 y pico y acaba de llegar. Sin hambre, sin ganas de ver tele, sólo tirarme en la cama y dormir sin taparme, sin desvestirme, dormir así, hecha un trapo, un asco, que mi mamá se despierte a las 3 para ir al baño y me quite la correa, las skechers, que me desate el bra y me diga que está cansada de la misma rutina y yo sólo dormir, sólo cerrar los ojos, porque a veces necesito atención, cariño y muchos cuidados. Soy frágil, demasiado. Y mis etiquetas de Manéjese con cuidado se me han despegado. Y ayer cuando llamó estaba pensando también en llamar yo, pero no se me ocurría una excusa que no suene cojuda, y de pronto el celular. Pensé que quizá no estaba tan mal.
Hablamos mucho, quizá demasiado. Nunca tanto desde que nos conocimos y me contó todo aquello que nunca quiere contar, dijo
demasiadas cosas y yo callé muchas más. Así hasta que dieron las 3 y sus minutos no acababan, mis ideas se aglomeraban y a veces nuestros silencios se quedaban vacíos de sentimientos. Y me pregunté, si eso era amor, por qué tanto desgano, tanta pereza de sostener el teléfono con la mano, por qué tantas frases lanzadas para distraernos y tanto esfuerzo por salir corriendo, colgar, quitarme los zapatos, meterme en la cama y soñar. Simplemente dejar de hablar.
Resfriada, con dolor de espalda, dolor de mente y muchas cosas que callar. Llegue a mi casa.
Muy de noche, vomitada de un avión al que no debí de subir tan tarde, con una historia que no es la adecuada para contar, con la resaca de muchas clases de trago, colores en mi mente, discotecas y ese pub lleno de gringos con los cuales no hablé ni media palabra, porque YO NO HABLO INGLES, SORRY.
Y canciones criollas en el aire, el primer día mucha comida y paseos por las calles, pensar y pasarla tan bien. Sólo sentir. Y por las noches bailar y sudarlo todo en una pista de baile, ese fulano que pretendía hacerse al interesante, ese sujeto que nunca me movió el piso pero que hacía grandes intentos, nunca se quedó conmigo. Y más noche, más madrugada, alguien vomitando en la plaza de armas y de pronto un amanecer raro, callado, con miradas contenidas y esas sonrisas que nunca se descartan a la distancia. Tantas interrogantes en mi cabeza, tantas ganas de gritar que se mueran, que se vayan a la misma mierda, tantas ganas de reducir mis pensamientos y no sacar conclusiones. Era una ciudad despierta, llena de ojos de colores diferentes y mentes intranquilas, era cero monotonía, mucha adrenalina, eran dedos que buscan otros dedos, piel que muere por rozar con piel y sonrisas complices en medio de bruma con sabor a cerveza, tequila y sal.
Sabor a lluvia repentina
a tierra mojada
a chistes malos
a nuevos amigos
a katie mordiendome la espalda
a piedra encajada sobre una piedra que ya carga demasiados problemas,
un conflicto y un dilema
Al final, todas las grandes historias acaban llegando a Lima,
nunca tan mal.
Al principio me iba a ir con Alexandra y ese par insoportable de primas que siempre nos encaja. El plan era partir hoy, llegar hoy y esperar en el hotel del tío de David a que lleguen supuestamente los cien que dijeron "¿Al Cuzco? Ahí nos vemos!". Pero los planes cambian, verdad? Y aparecen nuevas responsabilidades, aparecen ciertos controles de lecturas que nunca leíste y de los que no puedes evadirte porque las 2 únicas notas que dejan que elimines, tú hace rato ya las eliminaste.
Sooooooo? No queda otra más que quedarte, hacer hora, hacer horas, hacer tiempo, leer tus lecturas y pretender que te sirven para algo más que para fanfarronear sobre tu postura insulsa sobre la filosofía gadameriana (que seguro jamás entendiste o ni sabías que existe) en una reunión donde a nadie le interesa que sepas cosas tan desechables. Y en fin... blip blip blip.
Me quedo.
Y mi anhelo de volver a tomar sol en las escaleras de la catedral se pospone un toque más. Hasta el viernes a las 6, y si llueve qué joda, seguramente ni Alexandra ni sus primas insoportables me querrán ir a recoger.
Guaj!
Hoy no tengo nada qué decir, nada qué contar. Sólo un huevo de encargos que entregar y nada de sol que me pueda quemar. Detesto la esquizofrenia del clima de lima. Es una cosa que me puede bajonear sin motivo, sin razón, sin puta circunstancia. Sólo porque sí, porque le dio la gana. Y hoy por mi casa todo era niebla, nubes negras y nada de luz que no se apague con un interruptor. A veces, esas corrientes que todo lo inundan con frío me tuercen los planes y también los ideales, me hacen salir enojada de la cama, molesta de la ducha, defraudada de mi casa. Y llegar hasta este escritorio donde pienso que siempre es mucho mejor ser una persona distinta, no me hace menos complicado el día. Hoy no tengo ideas que hilbanar, nada de notas que destrozar. Estoy yo, un sol que no calienta y puras ganas de querer agarrarme del cuello y lanzarme por esa ventana. Qué lástima que apenas estemos en un segundo piso, hay cerebros y complicaciones que necesitan demasiada altura para tomarse un respiro.
No tengo nada qué decir, ni mucho menos qué pensar. Estoy en blanco, sin negro y sin palabras. Sólo un espacio.
Y siempre quise ser una hoja en blanco, una hoja A4, con poco espacio para escribir y completamente afín a los demás. Que no me hagan menos, ni que me hagan más, porque todo el mundo, a la hora de sacar fotocopias acepta una A4 entre sus demás hojas tamaño oficio, sin problemas, sin verguenza.
Y ser diferente entre tanta gente pero contener lo mismo al fin y al cabo es un poco gratificante.
Pero hoy, nada. Hoy un vacío y bastante letargo.
Hoy no soy una hoja bond. Hoy soy un blog borrador y me garabateo finales que no le satisfagan a nadie, ni siquiera a mí.
Pero que conste que no estoy blue. Sólo es el bajón acostumbrado del mes de Octubre, porque empieza otro más, porque cuando se acerca navidad hay más trabajo, le pinto una rayita más a mi pared y le pongo una vela más a mi torta de cumpleaños.
En dos semanas cumplo 19 años. 19, 19, 19... me da pena esto de dejar de ser una teenager. Pero qué chux, si una no es madura, al menos puede objetar que ya es 1 años más grande que cualquier mayor de edad.
Era una canción rara y este niño viene con todo el valor del mundo a sacarme a bailar cuando nadie más esta bailando. Y yo, Ah??? Pero Bebecito hermoso me sonríe con hoyitos en los cachetitos rasaditos y me dice como si fuera bien natural inaugurar una pista de baile en el rincón más rochoso de una casa llena de familiares. Se burla y dice "No seas rochosa", me jala en la más confianzuda, y yo desarmada totalmente me dejo jalar, llevar, y empezamos a bailar como si las huevas, sin que nos importe que allá nos digan "Buena Paula", "Buena Javi", y que alguno de los dos se rompa la espalda.
Y él baila tan quedito y tan lindo que yo pienso que el chiquito es medio cabro y me asusto de mi facilidad para encontrarle el lado gay a todos los hombres que se me acercan últimamente; pero bailo también, me acerco, él se acerca, me canta con su vocecita de I Love DisneyWorld, esa canción tan rara, y yo sonrío bien pedófila, más depravada que nunca, y canto también, me alucino profesora norteamericana viendole el lado varonil a mi alumnito teen en plena clase de infatuation.
Lo miro de esa manera en la que una mira cuando ya es tarde y ha tomado demasiada agua con cebada, y fumo justamente de esa manera en la que todas fumamos para hacernos más comestibles de lo que pensamos. Y Bebecito hermoso, con sus ojitos oscuros me sonríe más, me agarra de la cintura y me dice que soy recontra linda y yo espero que su manera de besar sea mil veces mejor que su manera de afanar, pero me río en buena, en relax total, diciendo sin decir, tú no estás tan mal. Y baila, bailo, nos miran por allá y qué importa, seguimos apenas y me pregunta qué hago por la vida, qué estudio, qué pienso, qué respiro y me digo que es lindo porque se le nota interasado, quiere saber de mi vida y ya por eso es más que perfecto; y le comento que estudio antro, que ya trabajo, que soy libra y ya se viene mi santo. Y él abre los ojos -gigantescos y color café- como nos gustan a las mujeres de ojos de color raro, y yo alucino que me preguntará si lo invitaré a mi santo y Sí, Bebecito hermoso, estás muy invitado. Bailarás, te presentaré a mi mamá, a mi hermano, en un par de semanas más serás mi enamorado, mi novio, mi fiance, mi esposo y luego tendremos 2 hijas lindas que se parecerán irremediablemente a ti y pensarán como alguien más excepto como nosotros dos... y te prometo que seremos felices para siempre pero sigue mirándome de estaa friking manera.
Y él abre su boquita perfecta y dice "cuando salga del colegio quiero ser ingeniero" y plop, murió el deseo. Acabó la canción, y mejor te arrancas chibolo, porque hasta allí llegó mi alucinación de amor.
Y regreso a mi sitio en la más desubicada pensando que esto de chupar con los amigos de tu prima menor termina siempre poniendo en tela de juicio ciertas convicciones.
P y P juntos parecen una linda pareja, se quieren, se miman, se miran y juegan a confundir a todo el mundo, dice P "mi amor" cuando quiere, y P responde "mi vida" demasiadas veces. Juegan a que son y no son, bailan y se besan de vez en cuando pero sin mucho morbo, sólo ese roce de su labio con tu labio y caricias por una cara identificable, pero contagian la sensación de ser parte el uno del otro.
Están, caminan, miran, cantan, se dicen, secretean. Se vuelven a mirar. Y en una de esas sonrisas perdidas, regadas por uno sin darse siquiera cuenta. P descubre que a lo mejor sí es amor todo este juego, que a lo mejor sí te quiero, que a lo mejor sí me estoy interesando. Y P también reconoce que siente ganas de querer ser como el resto. Y hay tanta gente alrededor, y tanto alcohol, que se besan diferente y se contagian algo más que diversión, un poco más de confusión para ellos, y una pizca de certeza para los terceros que opinan que P y P son la mejor mezcla, la mejor pareja.
Pero son muy similares, ¿te diste cuenta? Demasiado iguales, pero no importa, porque es bueno, guapo, atento y más inteligente que el resto. Y pasa mucho tiempo, suficientes horas para que P analice, que P es tan parecido a ella que casi puede reconocerse en ciertas actitudes, en ciertas palabras, en esas risas, en la forma como toma el mismo mocacchino con splenda.
Y ata cabos, y revisa sus notas, y saca cuentas, suma, resta, divide y se da cuenta. "Son demasiado iguales", al fin te diste cuenta.
Y no era tan cierto que P con P podían ser una buena mezcla, mucho menos la mejor pareja.
Ha sido más de una semana para mí. Más de un montón de horas durmiendo en una cama ajena, y más vacío del que supuse. Tantísimo tiempo desperdiciado que he tenido en las manos, y pleitos, más pleitos, una que otra pelea fiera.
Hoy, después de tanto ir y venir y demasiado capricho, Francisco me regresó a mi casa y no me dijo absolutamente nada. Si hice bien, si hago mal, si seguiré echando a perder las cosas que nos ha tomado tanto tiempo encaminar. Y yo... yo con la boca siempre cerrada y ya casi nada de orgullo, ni enojo, ni nada. He vuelto a mi espacio, he mirado a mi perro más horas de las necesarias y me tragué todos los residuos que quedaban en el refrigerador como muestra de que estando aquí es la única manera en la que puedo volver a ser yo. Mala, buena, engreída, estúpida, psicópata, testaruda, orgullosa, caprichosa, demasiado cínica a veces y la mayoría muy irresponsable.
Me dormí un par de horas desacostumbradas en mi cama tan fría, y me dije que cuando despierte, esta vez, lo haría todo diferente.
Y ahora...
Sigo siendo yo, el mismo reflejo en el espejo de mi baño, mi mismo pelo enmarañado. Mis mismas ideas sueltas, las ganas de volver a bañarme con la música a todo volumen y sobre todo el mismo desconcierto de saber que mis impulsos son siempre incorrectos.
He vuelto a mi espacio, sin decir nada, sin suponer nada. Sólo esperando que sean las 8 y mi mamá regresé a la casa para decirle de una vez por todas que la de error siempre fui yo.
PD: No podremos chupar para celebrar tu galardón, pero al menos será una buena conversa.
Me duele la mitra, hoy ha sido el día más pesado de toooooooda mi fucking existencia.
Y simplemente ya no pude más, y viré, de la universidad, de la vida, de las prácticas ilógicas en la segunda clase del peor curso del universo.
Quién demonios entiende a los profesores.
Tuve líos por todos lados, mi vieja que está insoportable, me peleé con mi hermano, con Oliver, con el chibolo que no entendía que NO QUERÍA QUE ME LIMPIE LA LUNA, y con ese taxista rechux que me cerró el paso en la esquina. Qué joda tan profunda.
Lo único bueno del día fue el almuerzo con un par de amigas del colegio, y no, no eran ni KARLA ni tampoco MARIANA. Sino mis verdaderas mejores amigas!!!!! Esas que siempre se quedan con la boca callada y que preguntan si entre Oliver y yo ya no pasa nada. Ah????
Y bueno... me tragué todo lo que pude y me tomé suficientes vasos de cerveza como para poder manejar later y llegar sin roches a mi casa.
Y pensaba, si lo de ante ayer fue el inicio de lo mejor, por qué hoy resultó ser casi lo peor?
El chimba tenía razón, no? Falta harrrrrrta constancia.
Estoy un poco mareada, pero al fin en casa. Es curioso cómo hace un par de días no quería moverme de allí, y ahora que estoy de regreso, me siento bastante más tranquila que antes de mi partida.
Cosas nuevas, sentimientos nuevos, decisiones que tomé en el avión y que ahora definitivamente voy a obedecer.
Tiré a la basura todos los pesos ridículos que cargaba en mis hombros. Y lo demás, no me debe de importar mucho. El lunes me emparejo con mi vida, por el día de hoy, sólo quiero dormir mil horas, dejar de pensar en cosas idiotas, y simplemente esperar que se me pase el efecto del jet lag.
Otra vez vivo, pienso, y siento en peruano.
A ver quién se anima y me hace una fiesta de bienvenida.
Ya estoy de nuevo en Lima.
well,well
Nostalgia, tedio, depresión, américa, oceanía, donde sea y lo que sea, me persigue y me pone zancadillas. Frío, frío y más frío.
Y nada más.
Bastante temprano como para andar hablando de cosas que no son interesantes para nadie, ni siquiera para mi. Pero hay sensaciones que una no puede andar ocultándole a nadie.
Estar lejos definitivamente es "mejorar tus opciones", y verlo todo completamente diferente. Hablar de las minucias que no siempre dices en público, y desmarañar mis manías que decía estaban caducas, cuando en realidad andaban esperando el momento perfecto para aflorar y desconfigurarlo todo de nuevo.
Hablaba también de eso que a veces llamo "amor" o "whatever", y mi colección de frases robadas de canciones no tan célebres.
Eso significa que no tengo más neuronas para andar reparando en nada, pero no en nadie.
Simplemente estoy cansada, de sentir(me), de seguir(me), de vivir(me), pero nunca, nunca, nunca, de esperar(te).
Do you understand?
If you finish all my sentences I think I love you.
What is your name again? it dosen't matter
I'm guessing your thoughts again and I love the way.
Cuando tenía 12 años Alanis movía mi mundo.
Hoy no lo mueve nadie, ya es hora que empiecen a buscarme.
Mi domingo pasó sin novedades, tranquilo, en casa de mi tía como siempre viendo el partido, hinchando para ver penales y sin importarme mucho quien gane.
Nada fuera de lo normal, raje y planes para el viaje y claro una lista enorme de cosas que tengo que traerle a mis primas que dicen por enésima vez que van a extrañarme.
Siempre me he ido para estas fechas, desde que era chiquita y no sabía lo que implicaba treparme a dos aviones y aguantar el jet lag que a mi me mata. Siempre me he largado, pero desde hace un año me he venido quedando, en lugar de zafar, la gente que vivía lejos llegaba y me acompañaba. Supongo que la costumbre de estar inmóvil en mi tierra se va agotando. Me gusta salir y respirar aires distintos. Es lo bueno de ciertos cambios, perspectivas diferentes y sobre todo, otro ambiente.
Voy a probar si en verdad sirve la doble banda de TIM y jugar a que estoy cerca, al menos a 8 números de distancia y algunas veces detrás de una pantalla. Igual nunca me despego.
Decía que ya me quería ir y no sé por qué demonios a esta hora de la noche me da mi arranque de pena.
Mi mamá se queda, al final de cuentas, ella se queda y yo me voy, como siempre tuvo que ser, me quito by myself.
Hoy estoy feliz, feliz, feliz como una lombriz.
Quién sabe por qué, la cosa es que desde que me desperté todo fue muy brillante y no me importo el friecito ni el gris febril de lima para salir a hacer unas cuantas carreritas y sudar toda la mala onda que traigo dentro, hace tanto que no corría. Esas cosas se extrañan.
En fin. estuve de volada en la chamba, imprimiento mis planillas de evaluación para "ese" proyecto de investigación social que haré a partir de la proxima semana y todo bien.
Mmmm, Katie vino a almorzar conmigo, unas horitas porque está ocupada haciendo planes para fugar por fiestas patrias, pero fue suficiente para alegrarme un tantito y hacerme olvidar que me volvieron a robar. Sí, me volvieron a sacar la cartera del carro y me dejaron salpicada de vidrios y una bujía vieja y sucia con la que me rompieron la luna.
Pero para la tarde ya todo estaba olvidado, mi mamá y yo nos lanzamos a ver peliculas en medio de una orgía de helados de sabores que no terminamos de comer porque las manos se nos habían congelado. Y no me dijo que soy un sonsa, ni una irresponsable por manejar con el bolso en el asiento de adelante.
Estuvo muy bien, sentir que todavía podía acurrucarme en su pecho y que ella me hiciera piojito en la cabeza diciéndome que me quiere bien, que me quiere mil, que nunca jamás me voy a morir, y que me compraría otra cartera, otro celular y una nueva PAD.
Todo el día fue perfecto, y aún sigo sonriendo.
Sólo espero que no me pase la factura el tiempo, porque es raro que durante toda la mañana y la tarde a esta Paula no la haya atormentado absolutamente nada.
Y ya, espero la reuna-semillera. Que no salgo de Lima sin haberme intoxicado al menos una vez con el Campanario Sour de Cecica, y sin que Manuelón me ponga la bajada en El Pollón.
Volví, aunque fácil nadie me extrañó... pero igual regresé, estoy aquí luego de dos semanas de exámenes y presentación de trabajos atrasados y ponerme al día con las amigas y hacerle un tiempito en mi agenda a mi madre y a mi hermano y la pequeña Paulita que cada día está más grande y pesa como los mil demonios. Y bueno, ya me cansé de repartir pedazos de mi misma para todo el mundo y quedarme con el centro de la torta y el cartelito que dice "Feliz Día".
Todo la semana pasada me dediqué a estudiar (algo nuevo en mi itinerario) y creo que vencí la pereza y la irresponsabilidad, porque dejé de ver tele y empecé a resaltar separatas y a llamar como loca a mis amigos para que me consigan cuadernos decentes de los cuales estudiar. Igual lo hice y creo que no hay que lamentarse de nada. En la chamba me dieron mi semanón libre y como salió sol en la fucking lima, me fugué a remonse con la familia de mi hermano y no me gané con ningún marino que valga la pena.
Hasta el viernes que salí a perderme (bueno, jueves en el shell de la Unife con sus chelas y sus pirañones de chacarilla del estanque en sus súper cañas) y nada más.
Todo tranquilo, todo legal.
Ayer me largué a un antro a huevear con Mariana que está estrenando nuevo enamorado y Karla con el gil con el que atraca pero nunca engancha, ¿y yo? pues sola y dedicada al chopp y a mandar a la misma mierda a todos esos enajenados que creían que podían hablar conmigo. What??? Eso mismo.
Y hoy domingo recién me despierto, 11:30 y con dolor de cabeza. Estoy viendo televisión y quizá más tarde me decida a recuperar mi mañana perdida.
Que pasen los días porque ya me quiero ir a Argentina a gran putear a alguno de los hijos de puta que nos sacaron de la Copa América y traerme como cancha de vino Catena.
No tengo nada que decir, estoy vacía, en blanco, quién sabe por qué. A lo mejor es por tantas horas mirando y no entendiendo fotocopias o simplemente porque detesto seguir en exámenes finales.
No hay nada mejor que hacer, este domingo me la pasé viendo películas viejas con mis primas, tragando como cerdas, soñando que se puede y viviendo muy a medias.
En alguna parte hubo un cumpleaños y mi mamá y mi hermano se quitaron. Libertad al fin en su máxima expresión, pero igual no tuve las ganas de salir, llenar el tanque de gasolina y perderme por ahí.
Me quede en mi casa, en mi cama hasta que me dolió la espalda y ahora recién abro bien mi cerebro porque la última de mis hermanas se acaba de ir. Me quedé sin ganas ni motivos para pretender perder el tiempo. Y mientras me trago el sétimo SORRENTO (Edición Limitada) que D'Onofrio se dignó por fin a re-lanzar, leo un poco de noticias pasadas, y me burlo porque en El Dominical se olvidaron de Brando y le hicieron homenaje a Brandon, (¿el perro de mi vecina?)
Bue, mejor me quito.
Por qué demonios no pasan los partidos de la Copa América en directo?
Lo peor que me pudo pasar hoy fue perder mi tiempo cambiando de canales, esperando el futbol, y tropezarme con novelas de mierda en el 4, con argentinos sin talento en el 2 y partidos antiguos de las gallinas en el 3 (yo soy grone, si es que no lo sabían).
O sea???
Y el futbol? Y el chasqui? Y Toledo con camiseta blanquirroja? Y Tania Libertad deformando el himno nacional?
No puede ser.
Tantos comerciales he visto desde enero diciendo que transmitirían los partidos en directo para darme con esto.
Detesto la televisión nacional. América CacaVisión en especial.
Y ya qué me importa... no iré al estadio y mucho menos oiré los partidos en la radio. Me da lo msimo a partir de acá.
Qué demonios, no me importa, quéjense, me da lo mismo. Igual estoy loca y enojada y rabiosa.
Lo peor es que mi mamá sigue de vacaciones y no la soporto, me quiero ir a donde sea pero pronto.
Ya falta poco. Necesito vacaciones, me falta aún markitos, unos cuantos exámenes y me quito.
Muy buena la fascinación para una noche, estar con tres de tus amigos hombres y sólo escuchar sobre motores de 8 filtros, vamos a pichicatear tu carro, detesto a los cholos que le ponen neon a su auto. Y tu copiloto diciendo que quiere arreglarle el tubo de escape a su eclipse para que suene y truene recontra fuerte. Y yo... what????
La nota era que no haríamos nada que no sea tranquilo porque a mi mamá ya se lo habíamos prometido. Y Oliver es de los niños que cumplen su promesa. Al menos era...
Estuvimos en la más normal, dando vueltas por todos lados, el trigal y de la nada el muy pendejo me dice "vamos a frutales". Y ahí debí haberlo sospechado... Patrick y Huguito estaban por ahí hueveando con el carro más aparatoso del universo, y al tiro nos convencieron para ir a Montefiori a ver a los demás carros. Iban a correr también David y Marco.
En fin... en piques he estado millones de veces, no hay tanta novedad. He visto a mis amigos correr, ganar, perder, chupar, sacarse el ancho y nada más.
Y ayer también estuvimos, pero en la más sana, estacionados con nuestros tragos, sin hacer mucho escándalo, buena música, muchos fallos, Sue por ahí estrenando enamorado y deteniéndose a contarme cosas que ya no recuerdo, y... nada más que sea soberbio.
Después que Marco perdiera su primera carrera, se nos acerca a retarnos.
Mmmm, yo también hubiera dicho no, como Patrick, que lució como un huevón, pero qué importa. Todo tranquilo, todo legal. Mil burlas after that, pero nada más.
En cambio Oliver... Oliver... Oliver... ni tiempo de carajearlo tuve cuando ya estábamos esperando que Pelo Duro nos de la partida, y Boom! Me di cuenta de la verdad más verdadera: Yo no sirvo para ir de copiloto de carreras.
El estúpido aceleraba como si quisiera morir y en lo único que yo pensaba era en el zardinel que cruzaba más adelante la carretera. Aixx, aguantar la respiración y contener las ganas de cerrar los ojos, porque si nos íbamos de fresa y nos estrellábamos, quería estar alerta para disfrutar un tantito del golpe y poder decirle con firmeza que me cagó la fucking noche.
Pero no ocurrió, bajó la velocidad, dobló a la izquierda y ufff. Estuvo todo a salvo. Marco nos hizo mierda, of course. Pero Oliver quedó encantado con la sensación de hacerme morir de un infarto.
Lindo, lindo con MI carro, pero ahí no más compadrito, no creen?
Ahora el idiota tiene la genial idea de pichicatear su carro. Qué guag! Quien quiera que me lo pida porque yo se lo regalo.
Y bueno, la noche acabó porque los ratones paranóicos estaban haciendo patrulla nocturna y les cagaron la noche a los más avezados. Qué linda es Lima, carajo.
Sexo. Sexo. Sexo.
Hoy hablé de sexo con mis compañeros de trabajo. Una charla muy divertida y de la cual podrían hacerse capítulos y capítulos del programete de Badani con sus prótesis de organos sexuales, y decir "a ver tú di AH y tú di YA", muy cool. Con la pizarra acrílica se pueden hacer clases más didácticas que sondeos de pobreza. Créeme lo que te digo.
Y mientras Calo decía las poses y la grandeza de la acentuación pélvica cuando uno está de cabeza, Mauro escribía en la computadora las edades y los detalles de las primeras veces del staff veinteañero de Grade para el próximo milenio.
El mundo entero en este círculo de corrupción académica está en decadencia. Dijeron que lo mejor después del sexo es vestirse e irse y calculé que aquello no era tan malo.
Voces y risas, calculé que los hombres hablan mucho más de lo que hacen y ya sólo por eso pensé que una de estas charlas estimulatorias pueden servirles para incrementar su ego, a sabiendas que estas chiquillas nunca jamás vamos a caer es esas redes tan patéticas y corroborar que es falso. Que por todo lo que dicen y explican, se nota que están tratando de ocultar secretos macabros, como que a lo mejor, Calo es medio aburrido, que Mauro es precoz y que Felipe prefiere a los hombres antes que a las mujeres.
Cosas que una saca tan sólo de mirarlos y escucharlos. Así como Anita la huerfanita, que viene dando teorías sobre eyaculación masculina mientras que Mrs. Gladys piensa que ésta juventud de verdad que sí está corrompida.
Qué buena!
Desperté a las 5, salí a correr como nunca antes lo había hecho y fue en vano. Seguí con sueño y sobre todo se le unió el cansancio. Maldito Rocky Balboa que regresa del DVD más extraño a darme lecciones de victoria. Not that cool.
Pero ya era tarde y no tenía ganas de sacar el carro, ni de esperar a que mi mamá termine de arreglarse para pedirle que me lleve. Sabía de antemano que me diría que no. Comprendámoslo Paula, Mamá trabaja a la derecha y tú estudias cosas de izquierda. No hay amalgamación posible. Y tuve que tomar un taxi.
El taxista me contaba sobre el nombre de las calles, sobre la gasolina que sube y sobre su odio furibundo a Toledo y a la gringa Eliane Karp. Pensé que una mujer con cerebro siempre iba a terminar siendo eso: la más odiada entre un grupo de hombres mediocres y mujeres miserables.
Pero basta de ejercicios mentales.
Clases, palabras, la señorita H quiere ahogarse o virarse del rollo étnico que ni el profesor entiende correctamente, y al final me largué a las 8 en punto. Esta vez me subí a una combi todo javier prado, trebol, sta anita y llegué a mi trabajo antes de lo imaginado. Mrs Gladlys me dijo "qué milagro tú temprano" y seguí de largo.
En mi escritorio no hay nada, literalmente nada. Papeles apilados, lápices, lapiceros que dicen Grade y Siglo XXI y una cosita de metal que deja leer con letras fundidas mi nombre y a la izquierda, con lápiz, alguien que a lo mejor resulté siendo yo había agregado en negritas NO ES REAL. Algo de lo poco que tiene que sonar a verdad.
Pero cuando todo está perdido siempre hay algo que gira, se retuerce y te ilumina el camino.
Y las responsabilidades yo las evaporo, los deseos los suspendo, y sólo dejo escapar las sonrisas porque hoy este sentimiento no es real y abajo de todo eso me mantengo intacta yo, revestida de metal y contorneada con letras fundidas de esplendoroso color negro.
Vamos a hacer que esto sea verdaderamente algo para recordar.
Paula a los 5 años veía el mundo de un gris esplendoroso. Tétrico y a la vez risible, noches en casa con papá cantando You're just too good to be true y un flash estrellándose contra mis ojos. Era más feliz de lo que nadie hubiera querido. Y dormía con pijama de ositos y la luz encendida. Miedo a algo siempre he tenido.
Paula ahora, a los 18, vive en el mismo tétrico y risible mundo, noches en casa, con un papá al que se llevaron con todas las respuestas. Y tratando de descifrase para volver a armarse.
Miedo a algo siempre le he tenido.
Pocas horas, y entre éstas, tantísimos minutos muertos y situaciones caducas. No tengo mucho en qué pensar porque he tomado la determinación de no hacerle caso a ciertos personajes que no comprenden lo que significa una N más una O, en un fonema directo y con signos de admiración.
Porque tienen que haber maneras para que el resto comprenda que hoy no hay números, ni Paulas para tratar de distraer y mucho menos convencer. Porque eso me agota. Se pierde la esencia de lo que tiene que ser un buen recuerdo y lo reemplaza con actualidades erróneas y mal sanas, ¿se entiende?
Entonces no nos comunicamos. El problema siempre he sido yo.
...
Y la insistencia me provoca más dolor al inicio y reiterada furia cuando se acaba la paciencia. Pienso que estoy más tranquila, lo cual es bueno. He dejado de pensar en él... y sus llamadas, sus súplicas que terminan en batallas, ya no me avinagran las ideas. Mis silencios van transcribiéndose en certezas. Y sé qué debo hacer y en qué debo creer.
Me digo que las cosas que se acaban hay que mantenerlas lejos y sólo conservar el recuerdo, y así creo que podré ir avanzando, regenerando las heridas y bombeándole sangre nueva a la razón.
Ahora sólo me queda esperar que él lo aprenda. Finito es finito y go on quiere decir, búscate a alguien mejor. Paula se fue.
Osea no sé cómo explicarlo, primero me miré al espejo y me vi como siempre, ni buena ni mala, ni entretenida ni aburrida. Entonces me acordé de por qué habíamos llegado a la conclusión de que yo no soy una chica normal. Lo primero que alegaron ellos es que no tengo convicción profesional, Attos dijo que desde el primer momento que no fui capaz de decirle a mi mamá que quería estudiar antropología en lugar de derecho, ya estaba cagada. (¿?) Le dije que todo el perú está cagado entonces, porque no sólo yo transfugué de Derecho a la carrera que realmente quiero , sino que mucha gente no consigue desenmarañarse de los miedos que implica estudiar algo como antro o socio o lite en un país como el nuestro. El Coke dijo que de repente yo estudiaba antropología para tratar de entenderme a mi misma como para de un grupo social que no me simpatiza (me pareció buena su idea xq es uno de los fines que tengo en mente, comprenderme entre el gentío para comprender a la recua). Después recordé que alguien me dijo que yo no tengo pinta de estudiante de antropología. Yo no sé pinta de qué tendrán los antropólogos allá en el país de Pancho Villa, pero aquí somos exactamente como soy yo, te diré. ¿Lindos y tiernos? Más bien chiquillos bien que no estamos de acuerdo con tener tanta suerte.
Aqui se despertó mi interés. ¿Entonces de que tengo pinta? y la respuesta fue una sola, que tengo pinta de psicópata.
Los porqué's son variados, el primero y mas espeluznante es que muerdo palitos de fosforos, (asusta chola), que mi risa les crispa los nervios en una estoneada bravaza, que para dormir solo me quito la parte de abajo de la ropa que traigo puesta y el bra, que me muerdo la uña de mi dedo gordo cuando estoy aburrida. Y ya los dejé que me diagnostiquen la psicopatía patológica y para defenderme lo unico que dije fue que hoy en día el que menos es un psicopata en potencia. Asi que cuidense de estar a solas conmigo un fin de semana que amanezca cruzada porque nadie sabe en cual de los bolsillos tengo un cuchillo. Jaaaaaaa. Que risa para tonta me sale cuando pienso en la sangre.