todo el mundo gritaba que la maten porque era de esas que aparecía y abría la boca sin que nadie se lo pida. todos querían arrancarla de la página porque ocupaba el espacio que ellos no ocupaban. todos necesitaban borrarla porque el deseo siempre que se retuerce se convierte en celos bastante legibles.
yo quería desaparecerla porque la vida sin ella de repente sería más simple y menos sensible. un día nada más dejar de abrir los ojos para no tener que ver el mundo con otros ojos, un día nada más comprender que la rutina desde todos los ángulos lo minimiza todo. un día nada más dejar de sentir y escribirlo todo.
todos querían matarla pero yo en serio lo anhelaba.
he escrito tanto. he sentido tanto, he conocido tanto. el tiempo frente a un teclado a veces pasa volando, pero hoy la situación ha cambiado. antes estaba sola y el vacío se convirtió en este vicio malsano, en este vicio errado. antes estaba tan confundida que las ganas se transformaron en un desperdicio de espacio. Antes, antes, antes.
Ahora no, ahora estoy concentrada en experiencias que me guardo, horas, días, semanas que no quiero contaminar narrándolas y encerrándolas.
de todas maneras he disfrutado mucho arañando las paredes de mi espacio y cada letra la he gozado, cada desconcierto, cada risa y cada murmullo errado. dios sabe que lo he disfrutado. Pero llegó el momento de ponerle fin a este espacio.
Gracias por haber pasado. Por haber dado la mano, por haber lanzado un escupitajo, por haber escrito un mail, por haber tratado de hackear mi mess, por pensar que la que escribe aquí no es una sino tres.
Gracias, Gracias, Gracias.
Este blog ha cerrado.
tengo inmensas ganas de gritar, quién sabe por qué. he llegado hace un rato y en mi casa no hay absolutamente nadie, no hay absolutamente nada. hay tanto silencio que aturde, y hay tanta anestesia en el ambiente que perturba completamente.
he prendido todas las luces, he puesto un disco de the dandy warhols y he subido el volumen al máximo, sin embargo sigo con la sensación más extraña de estar siendo observada. el silencio en una casa completamente vacía no siempre es un buen compañero.
¡tengo miedo!
supongo que hablaré por teléfono.
Antes me quedaba en casa, a las 7 de la mañana me tamboreteaban la cabeza para que tome un vaso enorme de jugo de naranja porque mi madre es una demente. A las 8 se prendían las aspiradoras, las lustradoras, la lavadora hacía peee peeee porque a Nora se le olvidaba siempre cerrar todas las puertas.
A las 9 sonaba el teléfono y me preguntaban si es que no iría a clase con Orrego. A las 9:01 yo colgaba.
A las 10 me bañaba y me quedaba en bata mirando televisión en el cuarto impecable de mi mamá, con las cortinas bien cerradas y otro vaso de jugo de naranja. A las 11 veía incansablemente re-runs de series anticuchas y a las 12 recién me cambiaba. A la 1 que llegaba mi mamá a almorzar yo ya no estaba. No iba a la universidad. Me iba a dar vueltas por ahí, me estacionaba donde sea y jugaba a llamar por teléfono y convencer a mis amigos que la educación de ciertas universidades es hasta el perno. A las 2 ya estaba acompañada y mi teoría de no ir a la universidad colapsaba. A las 2:30 ya estaba en la universidad. A las 5 cuando ya no había nada que hacer, ni cuadernos que fotocopiar, embalaba a mi casa y le daba besito a mi mamá, a las 6 cenaba hablando de lo trágico de mi día, de lo complicado de ciertas teorías. A las 7 ya estaba tranquila.
Antes era todo tan fácil.
Hoy me tengo que despertar tan temprano que cuando el jugo de naranja de las 7 está en mi cuarto, yo ya estoy en el carro. Hoy, salgo volando al trabajo y cuando termino debo ir corriendo a buscar sitio en cinco salones distintos.
Hoy debo hacer un espacio para almorzar con Katie, pasar tiempo con mi hermano, contarle mi suplicio diario a mi mamá y ver lost sin tener que caerme muerta del cansancio. Hoy tengo clases todo el maldito día y no dejo de contar las horas para que acabe el ciclo. Este 2005 me va a sacar de quicio.
Morrissey canta en Manchester y lo inesperado ocurre en mi casa, en mi alma, en mi cama. De pronto la canción predilecta de otras personas se convierte en tu canción perfecta. Así de sencillo, así de fácil, así de rápido.
La primera vez que escuchamos a Morrissey contar algo tan fidedigno, estábamos en el carro y ella no quería tampoco quería regresar a su casa.
Estuvimos hablando y cantando y pensando que era imposible sentir tanta conexión con un desconocido. Fue la primera vez que supe que todos los momentos importantes de mi vida iban a estar marcados por una canción cantada por el Moz.
Y hoy Morrissey cantaba en Manchester la misma canción y en mi casa sólo era la sensación de estarlo pasando mejor. Ella, yo, el televisor, las mismas miradas que matan, el volumen tan alto como para poder gritar, morder, matar sin que nadie se entere de nada, y luego simplemente silencio y sonrisas mezcladas con sueño. Nunca en mi vida he querido tanto. Nunca en mi vida querré tanto.
Ahora lo sorprendente es reconocer que jamás podré ir a un concierto de Morrissey con Katie, porque hay canciones que han nacido para escucharlas en privado, y hay otras que traen consigo una manada de recuerdos censurados.
Ya sé por qué Morrissey es tu mejor amigo. Lo sospeché desde un principio.
¿Sabrá tu madre que "escuchamos" a Morrissey? :P
1.- Heladito
2.- Cinecito
3.- Cafecito & Rajecito
Ahora sí es un hecho, mi mamá ama a mi K.
quiero un pLincesa de chocolate dice:
bueno, y q planes para hoy?
y yo un kit kat dice:
hoy... nada
y yo un kit kat dice:
tengo que ir al cumple de mi tío lito
y yo un kit kat dice:
nada mas
y yo un kit kat dice:
yiakks
quiero un pLincesa de chocolate dice:
buuuuuuu
quiero un pLincesa de chocolate dice:
pero mejor
quiero un pLincesa de chocolate dice:
así no levantamos sospechas
y yo un kit kat dice:
right
y yo un kit kat dice:
al menos por este día
y yo un kit kat dice:
mañana no me importará
y yo un kit kat dice:
y vamos a levantar
quiero un pLincesa de chocolate dice:
jaaaaaaaa
Francisco siempre ha sido mi hermano, un idiota que molesta más de lo necesario; un engreído que acapara toda la atención sin siquiera necesitarlo; un sobreprotector innato.
Por una época yo lo odiaba demasiado. Cuando me negaba a compartir mamá. Cuando no aceptaba que su abuela lo quiera más.
Era la pesadilla que regresaba de la escuela los fines de semana para amargarme la siguiente semana. Todo lo que hacía lo criticaba, todo lo que pensaba lo deploraba. Y él ordenaba, fisgoneaba, manipulaba, lograba hacer con mi mamá y con mis tías lo que él quería y yo lo odiaba. Lo detestaba con esa devoción con la que sólo se odia al hermano mayor. Todos morían por todo lo que él hacía, y fue fácil que se convirtiera en el portavoz de una familia que sólo juega a la gallinita ciega. Era el campeón.
Siempre creí que la mejor manera de hacerle la guerra era invadir su propio terreno y empecé a hacer eso. Si él leía un libro, yo leía 2, si él escuchaba una canción, yo buscaba un grupo mejor. Si él le ganaba a todos en esgrima yo nadaba como mierda y jugaba como una condenada al ping pong. Y luego era estar siempre en contra de lo que pensara y empezar a pasearme hablando de cosas en las que él se tenía que comer irremediablemente las palabras. Estaba ganando por goleada y era la reina de la cancha. Pero luego él apareció con su colaboradora de 13 meses y quedó claro quién iba a ganar siempre. Los favoritos van a ser favoritos siempre.
Lo peor fue empezar a meterme puro autogol, porque yo por su hija también me parto en dos.
Hay rivales a los que nunca se les puede ganar.
Al inicio fue una cara más, una sombra, una voz, eso que atravieza la puerta de un salón.
La primera vez que la ví me odió, la odié y qué bien.
Ella era esa idiota que no salía de los módulos de correo electrónico y yo era la otra idiota que no soportaba hacer cola y esperar a que cualquier cojuda terminará de leer las cientos de cadenas inmundas que le mandaban sus amigas aún más cojudas.
Punto y receso.
Nunca pensé topármela de nuevo si es que dejaba de revisar mi correo.
Estaba tan bien por esos días, no trabajaba, no hacía nada. me la pasaba hueveando y pensando en lo lindo que era ricardo y lo rica que estaba sofía que en las reuniones en casa del nacho me miraba y me agarraba las piernas por debajo de la falda con la excusa estúpida de buscar calorcito para sus manos recontra heladas.
Todo era ay qué rico, chico lindo me ama, chica linda se alucina cuando voy con minifalda.
Y de pronto apareció prolife y los examenes para ingresar a trabajar, presentar resumes, ir a entrevistas con sandra y alonso, y de la nada entrar a practicar a un sitio que más parecía club social que ong con fines importantes para la actualidad.
Y un día sin más ni más ella apareció allí, como por arte de magia, como por una casualidad manipulada. Se me presentó y de la nada nos pusimos a hablar.
Se llamaba katherine y preferí mil veces decirle katie, porque qué persona que se respete deja que le digan katherine? y desde ese día fue katie linda, katie preciosa, katie amorosa.
katie que estudia economía, katie que tiene 1 año y 9 meses más que yo, katie que se alucina cuando me oye hablar en alemán y al toque me regala un beso en el baño de un antro en barranco. katie que me mira y se ríe recontra stone y me dice "acaso no te gustó?", katie que se deja besar y abrazar, katie que empieza a llamarme demasiado para pedirme breaks n' weed, katie que se enoja cuando salgo con guillermo que quiere conmigo y no con ella, katie que se hace a la que no le interesa que tenga enamorado si es que la sigo besando. katie que aparece siempre para hacerme cosquillas en las rodillas, katie que me besa el cuello justo en el momento en que mi mamá entrá a mi cuarto, katie que se pelea con sus viejos y me busca para que la saque de su infierno, katie que aparece en mi mente a cada momento, katie que dice que me quiere, katie que dice que no me quiere lo suficiente, katie que llora porque le digo que no siento nada serio, katie que dice que quiere estar conmigo para siempre, katie que me besa, katie que me abraza, katie que me mata con sus ojos inmensos, katie, katie, katie. siempre katie.
Al principio fue una sombra, una voz, esa aureola que entra en un salón, ese anticipo a lo que me depararía el destino.
But now, she's my playground love.
Esto de la felicidad es una de esas sorpresas con ampliación en la fecha de caducidad, es una de esas listas de 300 páginas donde figuran todas tus actividades favoritas y las que no eran tus favoritas te están empezando a encantar: como comer toneladas de chifa, como tomar jarras y jarras de chicha, como jugarte la vida en unas maquinitas o hacer el amor en la tarde y descansar escuchando una entrevista a sarah jessica parker.
Todo esto simplemente para decir que no tengo nada qué decir... sigo ocupada siendo feliz.