Vino a mi casa Harry con otra película de esas que él siempre encuentra y me hace ver aunque sea a la fuerza.
Con un paquete de ActIII, una botella de amarillísima inca kola, más de 35 cigarrillos de 3 marcas diferentes, cualquier mierda de Leonidas Zegarra pasa amenamente por mis sentidos y hasta me hace recapacitar en la lucidez que guardan bajo la idiotez diversas historias.
Pero hoy era diferente. Cuando sonó el teléfono me previno, y es que para la que viene hay que estar bien preparados. Y se lo creí. Porque a Harry, en cuestión de cine underground peruano nadie lo destrona y siempre consigue lo más inverosímil captado por un afanoso aprendiz de cineasta peruano.
Y sus ganas de compartir sus hallazgos, a mi me pueden matar; porque la simple devoción hacia algo, me puede conmover hasta los huesos. Y él hoy en día me causa eso, simplemente por aparecer después de una mañana de dvd-buceo en el hueco de la Av. Abancay para hacerme ver por primera vez la película ayacuchana que hace varios meses me estuvo insistiendo para ir a ver y que no pudimos encontrar en cartelera en ninguna sala del centro de lima. Que ya es decir bastante...
¿Y cómo decir que no esta vez? ... the first horror movie, con actuaciones decadentes y secuencias casi infantiles pueden hacer de mi día algo más mágico que la verosimilitud de un Qarqacha.
Y Asimilar lo fácil del mito en lenguaje cinematográfico es entretenido, y al final terminar explicando mi parte del trato. Porque después de todo, el tema de los asustadores andinos y los castigos divinos por incumplir las normas morales de convivencia en una comunidad, han sido tema de infinidad de horas de clase mal aprovechadas.
Y después del FIN yo pensé satisfecha que lo disfruté.
Porque no hay mejor ingrediente para asustar, que un pueblito oscuro en las afueras de ayacucho, morales corrompidas por la lascivia del incesto, deformaciones físicas, pecadores transformados en llamas y al final de la sangre el castigado en vida aullando su dolor y devorándoselo todo. Porque no hay ser más temido psicológica y moralmente que el Qarqacha, que viene a desbaratarnos a todos.
El pecador se lleva consigo a todo el que esté en su camino y para acabarlo hay que matarlo otra vez.
¿No es genial?

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