Oliver me invitó al cine, llamó, preguntó qué diablos tenía que hacer, dijo las palabras mágicas.
Y sucedió.
Kill Bill vol.2 y él a mi costado para empezarlo todo. Buena noche.
Uma en blanco y negro siempre hace un buen comienzo. Como la música adecuada hace que las sensaciones más extrañas te circulen las venas y la ilación de ideas consiga que comprendas por qué pasan ciertas cosas. Como estar en el lugar indicado después de estar rondando demasiado.
Yo sola me entiendo.
La peli... Es curioso cómo las películas con Uma Thurman me dejan últimamente pensando en algo más que bandas sonoras y viejos zoom in de artes marciales. Deep quite.
Chévere Tarantino, Pei Mei y por supuesto Elle Driver hasta antes de quedarse plenamente en la oscuridad.
Demasiado cool.
Quedarse hasta que terminen de pasar todos los créditos y ganarte con escenas del detrás de cámara fue satisfactorio.
Oliver después de todo resultó ser la pareja ideal para un juergues cinemero, y after el vodka tonic en el friday's cada uno se tuvo que ir por rutas diferentes, carros diferentes, destinos desiguales que parece no se conjugan. O a lo mejor... de todas formas, ésta madru-noche tuvo un exquisito final, y bang bang... my baby have to stay arround.