Tantas cosas para hacer y terminar. Los primeros días de clase me matan, me dejan muerta. Abrir los ojos a las 6 para llegar a clase a las 7. Aún dormida, con todas las neuronas apagadas y todo el tedio de regresar a un aula que ya quiero dejar.
Este ciclo estoy haciendo muchas cosas a la vez, cualquiera se volvería loca. Pero yo ya estoy loca, así que no hay mayor problema al respecto. Excepto ganar lucidez. Pero eso se duda.
Mi vida se segregará a partir de hoy, en bloques con números de salones y horas para debilitar la ociosidad.
De 7 a 9: Clases - de 10 a 3: Grade - de 4 a 8: Clase de nuevo.
8 malditos cursos que me harán pedazos para acabar ésta carrera más rápido de lo que todos imaginan. Así está planeado desde que tenía 4 años y aprendí a escribir mi nombre.
Mi asesor académico dice que tenga cuidado con reprobar algo. Yo pienso que ese no es mi mayor problema hoy. Ni siquiera el stress (al que soy bastante propensa). Mi lío existencial del semestre 2004 - I es simplemente mis pocas ganas de destacar. Raro, porque otra vez todos esperan demasiado.
Al menos necesitaré una semana para entrar al juego de sobrevivir en un salón de clase lleno de compañeros de más de 21. Desistiré de pintar las carpetas y masticaré chicles sin asco, mientras escucho de nuevo "Etnicidad", "Perú", "Cholo", "Progreso". 4 palabras que se conjugan siempre para la duda. Sin acrecentar mi diccionario, pero sobreviviendo en mi mente. Nada positiva, H. Nada positiva.