Es triste pero cierto. El viernes tuve la ocasión de confirmar lo que ya sospechaba, que los años pesan.
Bailar a empujones…me pregunto a quién se le ocurriría, como surgiría. Habría que hacer un monumento a los que lo inventaron.
De eso trató mi noche del viernes, de emborracharme, de bailar a empujones canciones de Millencolin y de Queens Of The Stone Age, de tirar piedas a los semáforos, de dormirme en el metro al volver a casa…
Me lo pasé bien, en la euforia de los empujones y el apogeo de la embriaguez, pero cuando llegué a casa me di cuenta de que eso ya no es para mí. Demasiado viejo. Sólo 22 años, vale, pero demasiado viejo por dentro.
Hace semanas que estoy pensando en hacer un cambio, en salir menos de fiesta e ir más al cine, ir a ver exposiciones, ir a ver más conciertos, ir a bares guapos, cenar más fuera de casa. El problema es que necesitas gente para hacer esas cosas, y mis amigos no me acompañarían a ver las películas que quiero ver, por no hablar de los conciertos y las exposiciones… La única solución es comenzar a hacer las cosas solo. No me importa demasiado, ya he ido muchas veces solo al cine y he de decir que es mucho mejor. Supongo que lo que me preocupa es dejar de ver a mis amigos por hacer las cosas que quiero hacer. Es un sacrificio arriesgado.
Esta tarde, por ejemplo, me voy al Melies a ver El Apartamento de Billy Wilder. Solo naturalmente.
Escrito por W. Holden a las Septiembre 11, 2005 03:49 PMllega un punto que es mejor no contar con nadie y tratar de ser feliz por ti mismo. si luego se incorpora alguien con inquietudes parecidas bienvenido sea, pero soy partidaria de disfrutar en soledad a soportar compañías forzosas.
Escrito por andrea a las Septiembre 11, 2005 08:18 PM¿Y la muñeca de plastilina?
Escrito por k-lo a las Septiembre 11, 2005 11:32 PMLa muñeca está lejos...
Escrito por W. Holden a las Septiembre 18, 2005 06:32 PM