Es sábado. Son las 8 y cuarto de la tarde. En otros tiempos hubiera dicho que preferiría estar en otra parte, pero cuando subo al coche con M1 y M2 que me han venido a recoger me siento a gusto. Ponemos un casette que grabé unos días atrás y que se inicia con It’s the end of the world as we know it de REM. Vamos a buscar a G pero no quiere salir porque tiene que acabar el proyecto y no tiene dinero. Así que vamos sólo los tres a cenar a un chino en el que nunca habíamos estado. El menú que elijo consta de: arroz con salsa de curry y pollo, tallarines chinos fritos con tres delicias y ternera con salsa de curry (demasiado curry es un error). Es una cena agradable, en las que nadie eructa ni hace chistes malos sobre los asiáticos. Algo difícil cuando se va con según que gente...pero con ellos no hay problema.
Después de la cena quedo con D (M1 y M2 desaparecen por su propia voluntad) en la terraza de un bar donde está tomando algo con J y E. Me reprochan que hacía mucho que no quedaba con ellos, y si les dijera lo que opino de ellos no me volverían a hablar así que me limito a hacerme el loco. Me aburren, nuestro único tema de conversación se reduce a comentar las fotos que nos hacemos en ese momento con la cámara digital. J y E se marchan a casa a eso de la una, así que D coge su coche y nos vamos a Barcelona. Me fastidia que nos quedemos a solas porque presiento que me voy a aburrir, pero comienza bien el viaje con una canción que me encanta de Bunbury sonando, Lady Blue, y llego a estar completamente despreocupado cuando D suelta las manos del volante para imitar el riff de guitarra de Nice guys finish last de Green Day mientras cruzamos el puente de la Ronda que atraviesa Can Tunis a 130 por hora. Con las ventanillas abiertas dejamos que Plug in baby de Muse se escuche por todo el Paseo de Colón antes de llegar a nuestro destino. Entramos en un bar atestado de gente guay que no sé como se llama y D pide un Bourbon con hielo (como si fuera Bogart el tío...). Es una completa vacilada digna de alguien que vive para impresionar a los demás, pero si él vacila yo también sé hacerlo así que me pido lo mismo. No me gusta, no lo disfruto, así que cuando me lo acabo me lo pido con fanta de naranja y por lo menos no he de poner caras de asco al tragar, aunque no quede tan guay la estética del vaso de whisky en comparación con la del vaso de cubata. Entre la primera y la segunda copa, recuerdo por qué hacía tanto que no quedo con D. Es la persona más aburrida del mundo; tengo auténticas ganas de dejarle ahí plantado cuando pretende lucirse recordando toda la discografía de U2 por orden cronológico. Nunca he pasado una noche con un amigo en la que me haya reído tan poco. Cuando hablamos sobre mi deseo de estudiar cine cuestiona lo que pretendo hacer; “haz lo que quieras, pero hazlo como yo te digo”, eso es más o menos la actitud que lleva, es como mi padre. Y además cuestiona mi estilo de vida, sin saber que yo repudio el suyo y todo lo que él cree importante.
Antepongo mis deseos de divertirme y de emborracharme a los de mandarle a la mierda y dejamos ese bar para ir a Magic, una discoteca de rockera a la que hacía tiempo que quería ir. Cuando entramos suena la siempre oportuna Get it on de T-Rex (creo que es la canción más versátil del rock, ya que queda bien en cualquier situación) y después suena It’s only rock and roll de los Stones. Me pido otro Four Roses con naranja y comienzo a fumar un cigarro tras otro en vistas de que nuestra conversación está más que muerta. Suenan canciones que no conozco pero que me gustan, y cuando dejamos la barra (siempre me ha parecido patético apalancarse en la barra de una discoteca y dedicar miradas a las camareras, pero a D parece gustarle) nos metemos entre la multitud la música va mejorando, y llega al mejor momento cuando suena Are you gonna go my way? de Lenny Kravitz. Me flipo con esa canción y hallo en su título la respuesta a mis males. Vale, are you gonna go my way? Si es que no, olvídame, porque voy a hacer lo que me de la gana y no cuento con nadie. Claro que voy borracho, pero en realidad lo que pienso no es una elucubración etílica, es fruto de muchos años de resignada sumisión y de rebeldía moderada. My generation de The Who pone el final a una serie de cuatro o cinco canciones míticas que hacen que me deje la garganta cantando. The night is almost over, y volviendo a casa la selección de canciones que escuchamos, después del Discoteque de U2 que casi me produce un sarpullido, se torna amarga y depresiva: Hole in my soul de Aerosmith, Good riddance de Green Day, y Sácame de aquí de Bunbury.
No sé bien qué conclusiones sacar de esta noche. ¿Qué estoy hasta los huevos de U2? ¿Qué no aguanto al que fuera mi mejor amigo? Lo único que me consuela es pensar que probablemente él está en la misma situación conmigo. Para él yo debo ser el amigo aburrido y patético.
Escrito por William Holden a las Mayo 30, 2004 07:19 PMYa te vale, por no haberme hecho caso. Lo mejor en estos casos es una ignorada general del personal (bueno, del personajillo mejor dicho) bien mediante el sistema irte detrás de un culo (de mujer) tó borracho, o bien, cantar las cuarenta de una santa vez. Piénsalo bien, o si no cuántos cubatas asquerosos de Bourbon con hielo te tendrás que tragar por actuar como el buen mejor amigo?
Escrito por Azid a las Mayo 30, 2004 08:05 PMCi tiuj kreitajoj nenion suspektas -- ili tute ne komprenas la sarkasmon. Neniam dum mia vivo mi estis tiel kontenta, tiel trankvila, tiel plena de bena paco, kiel hierau, kiam mi eksciis, ke Mikel-Angelo ne vivas plu. Ni eltiris ci tiun sciigon el nia gvidisto. Li kondukis nin tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en la vastaj koridoroj de Vatikano, tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en dudek aliaj palacoj; li montris al ni la grandan pentrajon de la Siksta Kapelo kaj freskojn, kiuj suficus por freskigi la tutan cielon, -- preskau cio estis farita de Mikel-Angelo. Ni decidis uzi kontrau li rimedon, per kiu ni venkis jam multajn gvidistojn -- malsago kaj idiotaj demandoj. Ci tiuj kreitajoj nenion suspektas -- ili tute ne komprenas la sarkasmon.
Escrito por loiver a las Enero 23, 2005 02:16 AMCi tiuj kreitajoj nenion suspektas -- ili tute ne komprenas la sarkasmon. Neniam dum mia vivo mi estis tiel kontenta, tiel trankvila, tiel plena de bena paco, kiel hierau, kiam mi eksciis, ke Mikel-Angelo ne vivas plu. Ni eltiris ci tiun sciigon el nia gvidisto. Li kondukis nin tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en la vastaj koridoroj de Vatikano, tra mejloj da pentrajoj kaj skulptajoj en dudek aliaj palacoj; li montris al ni la grandan pentrajon de la Siksta Kapelo kaj freskojn, kiuj suficus por freskigi la tutan cielon, -- preskau cio estis farita de Mikel-Angelo. Ni decidis uzi kontrau li rimedon, per kiu ni venkis jam multajn gvidistojn -- malsago kaj idiotaj demandoj. Ci tiuj kreitajoj nenion suspektas -- ili tute ne komprenas la sarkasmon.
Escrito por bill a las Enero 23, 2005 02:51 AM