En febrero de 2001 Javier y Ricardo Otxoa, eran atropellados mientras entrenaban.
Ricardo murió, y Javier estuvo más de dos meses en coma, con todos los huesos rotos y para terminar de aumentar sus desgracias una infección pulmonar estando en el hospital, estuvo a punto de acabar con el, incluso los medicos aconsejaron desenchufar las máquinas que le mantenían con vida, pero con mucho esfuerzo por su parte, y gracias al apoyo de su familia, ha logrado salir adelante.
A vuelto a montar en bicicleta, demostrando un gran poder de superación, y está participando en los Europeos Paralímpicos, donde el domingo ganó la medalla de bronce en el kilómetro contrarreloj en pista (y en la clasificación de la prueba de persecución marcó ayer el mejor tiempo).
Pero eso es lo de menos, lo importante es que ha ganado una carrera más importante: la vida, en esta se merece el oro, enhorabuena!