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Limpieza y gracias

Hace unos días tiré casi todos los recuerdos materiales que acumulé tuyos en los diez meses que pasamos juntos. Tu casco, la foto de la comunión de tu prima como recordatorio, el tanga rojo que me regalaste para noche vieja, envuelto en un trozo de tela mal cosida y con prisas porque te olvidaste de envolverlo. Los once duros para la hucha, la radio, los mecheros y llaveros que te daban en el bar, las llaves de tu moto, tu gorra, tus carteras viejas...

Aún me acuerdo de aquella caída tan tonta de la que nos levantamos riendo y descalza, o aquella vez en que la moto no me arrancaba frente a la casa de Macarena y tuviste que subir andando porque la había ahogado. O aquella otra vez que me pararon con la moto trucada y sin permiso, y al darle los papeles le di una multa...
Esa tarde tenía examen de inglés, y del disgusto pasé de ir.

Recuerdo las noches en el murito, a los del golf, cuando me pediste salir y te dije que no y me dio la risa, cómo tuvo que llamarte Eli al día siguiente al mediodía para que quedáramos y te dijera que sí.

Tantos recuerdos que me vienen a la mente... y tan rápidos que no me da tiempo a escribir. Los malos no quiero recordadrlos, porque hubo muchos buenos.

Nunca he entendido a la gente que tiraba estas cosas, y mucho menos las fotos. Yo desterré los objetos a ese rincón donde no tropezaba mi vista con ellos muy a menudo, con la esperanza de verlos y recordar las anécdotas que iban unidas a ellos con una sonrisa.
Pero sentía que necesitaba sitio en mi vida, y tú aún ocupabas/ocupas banstante en la historia de mi vida, y necesitaba sitio para cosas nuevas, así que tiré gran parte de esos recuerdos.

Aún conservo muchas cosas que se libraron del destierro, y he decidido que las fotos las seguiré guardando, aunque no las necesite para recordar tu cicatriz, tus ojos, tu sonrisa, el cariño que un día perdí.

Esto iba a ser otro adiós definitivo, pero ha acabado siendo un recordatorio de los últimos diez meses en los que me sentí viva, en cómo se hundió todo mi mundo cuando te fuiste, pero sobre todo, de lo feliz e ilusionada que estaba a mis diecisiete años por mi primer gran amor real.

Siento que a ti también te afectara todo esto, supongo que eramos demasiado jóvenes y todo te venía grande, sobre todo por no saber de qué se trataba.
Espero que también recuerdes alguna vez todo lo bueno, todo por lo que te estoy muy agradecida.

Contigo aprendí a llorar y a reír por amor, y sobre todo, aprendía a amar.


Gracias, Javi

Escrito por lorayk el 24 de Julio a las 05:29 AM
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