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Supe de la existencia de la novela "El sueño del rey rojo" de Rodolfo Martínez por "Mitos de Papel", la reseña de libros del portal ciberpunk.net.
A pesar de la crítica nada elogiosa que le hacían me picó la curiosidad por una novela que en su contraportada es presentada como "la repuesta asturiana a la novela ciberpunk". La compré y me lancé a leerla después de llevar un mes centrado en la tesina leyendo exclusivamente ensayos y obras académicas.
Las primera páginas me resultaron un batiburrillo confuso. En los agradecimientos Rodolfo Martínez, un autor español de ciencia ficción con una obra amplia, fecha la elaboración de la novela entre juio de 1999 y enero de 2004, lo que nos hace imaginar que fue cuestión de avanzar en la escritura de la novela para cogerle el pulso a la historia.
Si en el manual del juego de rol Cyberpunk 2020 se nos decía que lo impotante era la actidud, aquí parece que han seguido el consejo. Pero aquí el cinismo y la "dureza" de los pesonajes resultan impostados, con escenas de un machismo cavernícola y chusco. Me vino a la mente una conversación con un amigo sobre esas novelas en que uno intuye que detrás del personaje principal se esconde un alter ego del autor. [Leyendo una entrevista nos enteramos que según el autor es la obra donde hay puesto más de sí y de su pasado.]
Cuando la trama por fin parece arrancar nos encontramos un desfile de homenajes: Una realidad que no es más que una simulación por ordenador, un grupo de criaturas artificiales buscando prolongar su vida... Llegados a este punto no abanondé la lectura pero me puse a buscar por Internet qué de decía de la novela.
En Biblópolis Cristóbal Pérez-Castejón afirma que esta es "una de esas obras en las que la visión de conjunto que se obtiene al terminar de leerlas es muy superior a las impresion parcial que uno puede percibir durante la lectura". Supongo una forma elegante de decir que es una novela que no se disfruta pero que hay que alabar por sus ideas y pretensiones. La falta de originalidad no es un defecto, descubrimos, sino algo a alabar: "[...] el autor ha usado una interesante estrategia para zafarse de la alargada sombra de Matrix: en lugar de buscar un distanciamiento que tan sólo subrayaría las semejanzas". O sea que intentar ser original tratando de escribir ciencia ficción más allá de "Matrix" hoy en día no sólo es imposible, sino que imaginar tramas diferentes es una forma de ser poco original.
Raul Ruiz no la considera una obra maestra, pero dice que se lee de un tirón y destaca la trama de los pesonajes principales: Un informático en silla de ruedas ve como su amigo que es muy "guay" está con la chica, dura y atractiva que él desea. [Rodolfo Martínez es... informático]. Por último Pily B. también alaba la novela que lleva al lector a través de pasajes de auténtico delirio, sobrepasando el surrealismo más puro mediante (!).
Ciertamente la novela tiene ideas interesantes. Y según se avanza en ella la narración está bastante más pulida que el arranque para mí adolescente. Coincido en la crítica de José E. León que de haber prescindido la parafernalia cyberpunk podríamos haber estado ante una novela de intriga y misterio buena.
Pero aquí algo falla. O yo soy un cenutrio sin idea de literatura que no ha disfrutado lo que para los demás es una muy buena novela, o sospecho estoy ante un grupo de amiguetes dedicados al autobombo más complaciente (yo te rasco la espalda, tú me rascas la mía). Ahora entiendo la dura reseña de "Mitos de Papel".
Es el error repetido una y otra vez en el cine español: Directores emprenden películas de género sin conocerlo ni tomarse lo que se traen entre manos en serio. Porque ¿es esta una novela verdaderamente cyberpunk?. Porque no se entiende que se use la etiqueta si no se piensa ser fiel o tomarse el género en serio. A no ser, claro está, que se trate de una simple cuestión comercial.
¿Para cuando una verdadera novela cyberpunk española de ambiente genuinamente español? En Bolivia nos llevan la delantera.