Dentro de pocos días se cumplirán 9 meses de mi éxodo en Madrid. En este tiempo he estado 3 veces en casa de mis padres, así que tampoco puedo decir que haya quemado las naves.
Antes de venir miraba a la gente de mi ciudad que estudiaba en Madrid como si estuvieran hechos de otra pasta. Como si Madrid fuera un compendio de Nueva York, São Paulo, Tokio y la Luna. Yo mismo trataba de ahuyentar hace poco los miedos a una antigua compañera de clase cuando me hablaba de sus temores sobre Madrid.
Esta sigue siendo una ciudad desconocida para mí. El otro día decidí tomar una línea de autobús diferente para llegar al centro y descubrí una zona de Madrid que no conocía. Me he movido tan poco por la ciudad que todavía Madrid me depara sorpresas.
Si me preguntaran qué he hecho en estes meses casi diría que me he dedicado exclusivamente a navegar por Internet. El tiempo se me ha pasado volando. Llegué a creer en mi ingenuidad que podría terminar la tesina este verano si dedicaba el curso a ella. Lo urgente, fue haciéndome posponer lo importante.
Le he echado la culpa de todo a tener conexión inalámbrica a Internet en mi cuarto. Pero sé que Internet no es la causa, sino el síntoma del problema. Ante los problemas mi mente se pone siempre en stand by. Y sin la presencia de mis padres que me preguntan que cómo llevo mis estudios he estado muy cerca una y otra vez de bordear el desastre. Incluso tuve que luchar contra la falsa idea de que todo pasado fue mejor.
¿Y qué decir de este blog? Hace poco leí los dos primeros escritos, allá a finales de febrero. ¡Qué ingenuo suena aquello! Como si me fuera a comer el mundo, como si fuera a llegar a alguna parte escribiendo esto. Y sin embargo qué puro y qué intenso resulta. Creo que sigue siendo lo mejor que he escrito.
Aprendí hace ya años que el paso del tiempo nos hace siempre más sabios y menos vulnerables, pero no necesariamente mejores personas.
Escrito por Lobo a las Julio 16, 2004 06:32 AMBienvenido al club hermano.
Escrito por Ethan a las Julio 16, 2004 09:51 AM