Después de la Semana Santa que pasé en Italia, (fotos en la galería), estuvo en contacto con F. por un tiempo y luego nos perdimos la pista.
Mientras me quedé en su casa no dejé de escribir en mi blog, aún sabiendo que ella lo lee y que tarde o temprano iba a enterarse lo que pasaba por mi cabeza. Antepuse la necesidad de desahogarme a la sensatez. La penúltima noche que pasé allí le dije que entendería ciertas cosas al leer mi blog. Y mientras lo hacía me retiré de la habitación por la sensación de vergüenza y pudor que sentí. Cuando volví me contó, para alivio mío, que no había entendido lo que había querido decir por culpa del subjuntivo.
En mi respuesta a su e-mail de esta semana sentí que era hora de ser sincero con ella de una vez por todas. Ya conté una vez que creo que cuando te tocan malas cartas sólo queda volcarlas boca arriba sobre la mesa y abandonar discretamente la partida.
Anoche me encontré con su respuesta al revisar el correo. Tardé horas en atrever a leer su mensaje. Resulta que lo supo todo desde el principio. Desde la noche en que me negué a compartir la cama con ella, para dormir en un sofa viejo y desvencijado que me destrozó la espalda. En aquella semana que lo intuyera me pareció la única explicación a su comportamiento.
Estoy acostumbrado, pero nunca deja de doler. Y sufrir por luchar contra el deseo no satisfecho, no significa que si la vida me hubiera concedido lo que anhelaba hubiera sido feliz. Es triste saberlo. Siempre perdiendo. Aun cuando ganar no habría sido muy diferente.
Desde que estoy en Madrid he perdido el interés en el juego. Soy incapaz de imaginarme a mí mismo siendo feliz con alguien. Soy incapaz de imaginarme a mí mismo con alguien. Soy tomando las palabras de Herman Hesse en "El Lobo Estepario" que tanto me impresionaron ,"la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento".
Malditan sean las cartas que me han tocado jugar.
...
La palabra "yakuza", con la que conoce a la mafia japonesa procede de la peor combinación de cartas de un juego japonés parecido al "blackjack". Consiste en llegar a 19 con tres cartas. "Ya", "ku" y "za" corresponden con 8, 5 y 3, que suman 20. Una mano siempre perdedora.
Escrito por Lobo a las Julio 9, 2004 05:13 AMbueno, yo estoy como tú pero tampoco hay que tomarselo tan a la tremenda. y en las cartas, a veces es más importante como las sabes manejar que las cartas que te tocan. bueno, creo que hoy era un día bajo no ? lo de la italiana yo ya lo supuse desde el principio...que ya lo sabía, y se había hecho la tonta.muak
Escrito por yolanda a las Julio 9, 2004 07:00 PMQuizás no esté tan acostumbrado. Que se lo oliera era la única explicación a muchas cosas.
Escrito por Lobo a las Julio 10, 2004 12:34 AMPer lo menos tu has de bueno que erez sincero y tienes el coraye de expresarte!
Escrito por f chica italiana a las Julio 26, 2004 02:17 AM