Julio 04, 2004

Regalo envenenado

Hace tiempo conté como no he parado de mirar cámaras digitales . Ya tengo una Pentax réflex autofocus con objetivo 28-80 milímetros. Pero echaba en falta una cámara con la que salir de apuros cada vez que estoy en grupo y saco mi cámara. Cuando estoy en una fiesta todo el mundo quiere que le saque una foto, de tal forma que cuando revelo el carrete (que pago yo) me encuentro la cara de gente que no sé quién es en fotos que no recuerdo quién sacó.

Hace poco estaba pensando en comprarme una Benq DC1500, una cámara muy modesta que ni siquiera el fabricante muestra ya en su página web.

Con 1,3 megapíxeles de tecnología CMOS las fotos impresas en el tamaño mínimo (10x15cm.) no lucirían demasiado espléndidas. La pantalla de cristal líquido es demasiado pequeña para comprobar si las fotos han quedado nítidas. Pero incorpora una batería de ión litio recargable vía puerto USB, es diminuta y en una tienda de Madrid se conseguía por menos de 65 euros.

Ayer hablando con mi madre por teléfono le contaba que estaba dándole vueltas a comprarme una cámara de fotos digital. Y de paso hablamos del encargo que le había hecho de que me mandara ropa de verano, que aquí todos los pantalones que tenía son gruesos. No sabía que unos parientes estaban en Madrid y que a través de ellos me había mandado la ropa. Los encontré por la noche y me dieron la bolsa con mi ropa.

De camino a casa en el metro me dio por abrir la bolsa. Me encontré dentro con una bolsa de papel marrón y al abrirla supe de pronto lo que había dentro.

Era la Olympus Camedia C-150 que mi padre había comprado con descuento después de reunir durante un mes los cupones que venían en un periódico local. Se trata de una cámara de 2 megapíxeles sin zoom óptico, que cumplirá perfectamente el papel que quería darle a una cámara digital.

Las pegas son que Olympus usa en sus cámara el formato de tarjeta de almacenamiento xD, que no está muy difundido. A igual capacidad, las xD salen casi el doble que una tarjeta Compact Flash. La cámara viene con una tarjeta de 16 megas, que según las instrucciones almacena sólo 11 fotos en máxima calidad (1.600 x 1.200 píxiles) o 76 en calidad media (1.024 x 768). Tarde o temprano me veré comprando una tarjeta xD de 128 megas que no podré aprovechar en el futuro, a no ser que compre una cámara Olympus. El segundo problema es la alimentación. La C-150 usa pilas alcalinas o recargables, o baterías desechables de litio CRV3. Estas últimas cuestan como unos 6 euros.

Y además la cámara ni siquiera trae un adaptador de corriente. Así que cuando esté en casa volcando las fotos al ordenador estaré consumiendo pilas. El adaptador de corriente del fabricante cuesta como unos 42 euros. Y su única función es poder hacer fotos allí donde haya un enchufe o tener la cámara encendida cuando se estén volcando las fotos al ordenador. Una solución sería tener un lector de tarjetas que permita hacer esas transferencias directamente de la tarjeta extraída de la cámara. El lector Olympus cuesta 34 euros. Y está está claro que para que el uso de la cámara no sea una ruina es necesario comprarse pilas recargables con su cargador correspondiente. Olympus comercializa un cargador con 4 pilas AA por 52 euros.

Ahora imaginemos que quisiera comprar todos los accesorios oficiales Olympus.

Tarjeta XD 128 Mb. 60 euros
Adaptador corriente 42 euros
Lector tarjeta xD 34 euros
Cargador + 4 pilas 52 euros
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Total = 188 euros

Otro "regalo" (considero que la cámara es un préstamo) como este y me tengo que buscar un segundo trabajo.

De momento, me limitaré a hacer fotos de calidad media/baja, ya que para las fotos "serias" siempre tendré la Pentax analógica. Así que la tarjeta no la necesitaré. El lector y el adaptador de corriente no son imprescindibles si se tienen pilas recargables, con lo que me limitaré a comprar un cargador y pilas de la marca que encuentre en la FNAC, que supongo no superarán los 30 euros.

Escrito por Lobo a las Julio 4, 2004 07:23 AM
Comentarios


De todas formas le habrás agradecido a tus padres el regalo, ¿no?. Porque si le cuentas toda esta historia a tus padres, vamos, se quedan de con un mal cuerpo que no vuelven a regalarte nada en tu vida.

"A caballo regalado, no le mires el diente".

Comprendo lo que quieres decir en tu post; a mi, antes me pasaba que siempre estaba insatisfecha con cualquier cosa, nunca era suficiente. Me costo cambiar el chip, pero reconozco que ahora soy mucho más feliz (=serena, tranquila).


Escrito por les a las Julio 4, 2004 09:28 AM

Joer, congénere... eres un poco agonías... Yo me gasté 60.000 de las antiguas en mi Kodak DC 3600, su base para recargar baterías y su tarjeta de memoria de 128M... Ojalá alguien me hubiera regalado la cámara, aunque fuese la mitad del precio total... o algo.

Escrito por Lobo (el de houseofwere.com) a las Julio 4, 2004 01:43 PM

No es que me queje del "préstamo". Sólo señalo como algo dado con generosidad puede convertirse en una sangría de dinero. :-P

Escrito por Lobo a las Julio 4, 2004 03:42 PM

Todo en la vida ya sea comprado o aquello que nos regalan tiene tanto implicitamente como explicitamente un gasto extra asociado.......sera por la sociedad en que estamos o por que nada tiene limite.......?

Del fin del Mundo

Escrito por Macarena a las Julio 5, 2004 03:44 PM