El Lobo Estepario

Zapping social

Esta noche he terminado en un bar de esos a los que nunca voy, escuchando la clase de música que no me gusta, mientras mis compañeros de máster se metían en el cuerpo lo que yo nunca bebo. Ya ni siquiera me pregunto qué coño hacía allí. Era la despedida de R., que en unas horas estará volando de vuelta a la Rep. Dominicana, y hubiera sido demasiado descortés no estar allí para despedirme. Luego en Cibeles, cuando a cada uno le tocaba coger un autobús nocturno diferente, me dio la mano y la despedida fue de lo más fría. Tanto aguantar hasta el final de la noche para aquello.

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Lo siento, pero no me da la gana fingir. Me aburro enormemente con la gente. Y que paren ya de decirme que tengo que "esforzarme en integrarme", en "dejar a un lado mi altivez y unirme a los demás", en que "me deje llevar". Tiene mucha gracia que cuando salgo por la noche con la gente y me aburro porque su manera de divertirme no va conmigo, la solución que me propongan sea precisamente hacer lo mismo que los demás: "¡Venga chico, sal con nosotras a bailar!"; "eh, tío, pídete otra cerveza y emborráchate con nosotros"; "es que tienes que soltarte y dejarte de tanto rollo intelectual".

¡Socorro! ¿Dónde está el botón de cambio de canal!