Anoche me puse a buscar mi tarjeta de afiliación a la Seguridad Social. Me dijeron que la llevara hoy al trabajo, para formalizar el contrato. La había buscado el otro día en el lugar en el que supuestamente la había guardado y no la encontré. Así que decidí lanzar una operación de búsqueda concianzuda. Pero el primer paso era ordenar el cuarto, para hacerlo de forma metódica. Encontré la maldita tarjeta a las 6:20 de la mañana. Han pasado dos horas y para colmo no he hecho nada de mi trabajo en toda la noche. Eso sí, ahora mi cuarto paraece todo lo espacioso que realmente es.
He estado dándole vueltas a que voy a empezar a trabajar en algo que precisamente había tratado de evitar. Había dado por hecho que nos avisarían para recepción de llamadas. Así que ni siquiera me molesté en especificar que era eso y no otra cosa lo que quería. Ahora me voy a ver haciendo algo que no me gusta. Sé que no me van a pagar por llamar a clientes de un banco y aguantar que me manden a la mierda. Me pagarán para que al final del mes, esos clientes pasen por caja. Hablamos de objetivos e incentivos. De tener que comerle el coco a la gente para cubrir mi cuota y poder pagar el alquiler. Algo me dice que este puede ser una verano de mierda. Algo me lleva a tomármelo como un reto, un aprendizaje.
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Hace dos semanas le pedí a Bz. que me mandara un mensaje con las fechas de los dos llamamientos de la asignatura que me queda para acabar la carrera, y saber cuánto tiempo tenía para acabar el trabajo. Se olvidó. Y se pasaron las fechas. Culpa mía no tener el trabajo acabado a tiempo. Y lo peor de todo, que ya me veo de aquí a final de mes puliendo el trabajo siguiendo las indicaciones del profesor, que no me pondrá la nota hasta septiembre. Justo las semanas que pensaba dedicar a desentenderme de los libros.
Ayer me llegó un mensaje de Bz. Aprobó el segundo parcial de la última asignatura que le quedaba a ella. La llamé por la noche, y rechazó mi llamada. Me mandó un SMS para decirme que estaba en un concierto y que me llamaría. No lo hizo. Como tantas veces que ha dicho desde que me vino a Madrid "la próxima vez te llamo yo". Me he acostumbrado a estas cosas con ella. Es curioso cómo te acostumbras a sentirte decepcionado por alguien, y aún así sigues adelante, dándole un crédito extendido. Una y otra vez. Y no me gusta.
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El martes fue la última clase. No fui, liado con el trabajo que me queda por terminar. Aparecí a última hora porque tenía que devolver unos libros en la biblioteca. Había algo que picar y beber. No puse mucho entusiasmo en mezclarme con la gente. No iba a entristecerme demasiado con el final de las clases y la separación de mis compañeros de estos meses. Y mientras estaba allí ausente, empecé a escrutar a las chicas que me hablaban y capté cosas a las que no les había prestado demasiado atención a lo largo de este tiempo. Quizás porque no las habían mostrado. Cualquiera diría que alguna estaba mostrando cierta clase de interés por mí. Al final va a resultar que ser un empollón, pero mostrarte frío y distante funciona.
Escrito por Lobo a las Junio 18, 2004 09:08 AMFelicidades por haber, por fin, ordenado el cuarto. A ver cuánto dura.
Saludos!!
¿funciona? jajajaja, creo que voy a empezar a ser distante y frio (un poco mas)...
Respecto a lo de que cada vez te sientes más decepcionado y sigues adelante. Bienvenido al club, espero que tu estancia sea breve, yo intento abandonarlo.
Saludos
Escrito por Träne a las Junio 18, 2004 05:31 PMque dificil es tener equilibrio no?
Escrito por Amaranta a las Junio 19, 2004 01:41 AM