Ayer terminé el trabajo que tenía que entregar el lunes, pasadas las siete de la tarde. Salí disparado a un cibercafé para imprimirlo porque había huelga de los trabajadores de las universidades madrileñas y no tenía ni idea si la sala de informática estaría abierta. Me metieron una clavada en el cibercafé por imprimir 14 hojas, sea dicho de paso, y salí corriendo hacia la estación de metro con las pies con unas enormes peladuras por culpa de las sandalias nuevas con las que había decidido salir a la calle. Cuando llegué a la universidad el instituto universitario que organiza mi máster estaba cerrado y volví a casa con una sensación extraña. Como si traspasada una línea de metedura de pata avanzar más allá ya no importaba.
En vez de coger el autobús que normalmente cojo, me dio por coger otro y dar un rodeo hasta casa. Y casualidad o no, me encuentro en metro con mi profesor y una compañera de clase. Le entregué el trabajo al profesor, y cuando se bajó nos quedamos ella y yo hablamos. Es alguien con quien a principio de curso tuve cierta cercanía. Salimos una noche a un concierto de jazz y le acompañé un día a echarle un vistazo a un piso para alquilar una habitación. Luego hicimos un trabajo juntos y aquell fue suficiente para cortar cualquier lazo.
Ayer, ella me preguntó por mis planes para el verano y la marcha de mi tesina. Y me sentí torpe y patoso hablando con ella. Tiré por la ventana los manuales de sociabilidad al llegar a Madrid. Ella intentaba ser amable conmigo, y yo a la defensiva soltando un rollo.
No soy la mejor versión de mí mismo.
Escrito por Lobo a las Junio 2, 2004 11:56 PMa lo mejor te pusiste nervioso porque te gustaba algo, no por falta de socialibidad. eso pasa.cuanto te mola alguien te pones a la defensiva.
Escrito por yolanda a las Junio 3, 2004 09:37 PM