Esta noche hemos mojado el reencuentro en clase tras las vacaciones con unas cuantas cañas. Y cuando ya había varias en el estómago de todos, A., que es todo un personaje, nos propuso irnos con él a trabajar con refugiados en un país perdido que ya conoce. Allí en el calor del momento le dije que sí. Al fin y al cabo cuando acabe el máster el próximo mes de junio no tendré absolutamente nada. Sólo deudas.
Luego al llegar al piso, subiendo en el ascensor, me pregunté qué sabía realmente de A. En un momento que se ausentó varios dijeron que todo parecía ser una broma suya. Todo parecía esas decisiones de "vayámonos de vacaciones juntos", que luego quedan en nada, pero que en el calor del momento hacen soñar con recorrer playas desiertas, acampadas junto el mar y fiestas al calor de una fogata. Pero estábamos hablando de un país en guerra civil. Una de esas experiencias que te cambian la vida. He mirado en rebelión.org información sobre el país y me he encontrado la palabra "genocidio". Dos países vecinos están también en guerra civil. Y el billete vía Londres cuesta algo más de 1.600 euros.
¿No llevaba tiempo quejándome de la falta de oportunidades laborales? ¿Del vacío ante unas expectativas de vida en una sociedad materialista que no me llenaban? Pues aquí lo tienes capullo, por bocazas.
Escrito por Lobo a las Abril 14, 2004 02:01 AM