Marzo 24, 2004

Foresight

Un día de junio de 2001 me harté de estudiar. Era mi segundo año de carrera y ya me estaba empezando a sentir harto. Estaba estudiando no recuerdo bien para qué asignatura, cuando cogí los apuntes, los hice a un lado en la mesa de la bibloteca donde estudiaba y me fui a la estantaría a buscar algún libro con el que evadirme. Cogí "El Gran Tablero Mundial" de Zigniew Brzezinski (Paidós, 1998) y empecé a leerlo en mis ratos libres. Me llamó la atención la importancia que le daba el autor, un antiguo consejero de seguridad de la administración Carter, a los intereses geoestratégicos de EE.UU. en Asia Central. Cuando lo terminé, aún en plena época de exámenes, tirando del hilo seguí con "Los talibán" de Ahmed Rashid (Península, 2001). Me terminé aprendiendo el mosaico étnico afgano (pashtunes durranis, pashuntes gilghazi, hazares, tayiko, uzbekos, etc...) y leí sobre el origen de Al Qaeda y el papel de Osama Bin Laden en la guerra de Afganistán. Sobre Bin Laden había leído por primera vez en 1996 en la revista Time. Un artículo traducido luego por El País, que aún guardo en alguna parte.

En septiembre, la madrugada antes de un examen de una asignatura anual y troncal, decidí no presentarme. Eran las tres de la madrugada y no lo había preparado nada bien. Estaba cansado, y aunque me levantara muy temprano no tendría tiempo material de estudiar todos los temas que me quedaba por meterme en la cabeza. Estuve durmiendo hasta bien tarde. Estaba solo en casa, y no hubo quien me desperatara. Eran eso de las 14:20 cuando abrí los ojos y por el patio llegaba el sonido de la televisión del vecino. Algo grave había pasado. Lo primero que entendí fue Moscú. Pensé en los chechenos. Un atentado, algo gordo. Bajé las escaleras y encendí la televisión. Puse Antena 3 y ya no me levanté de sillón hasta eso de las siete de la tarde. Era el 11 de septiembre.

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Dos años y medio después, leyendo la bitácora de las Indias Electrónicas se me ha encendido la bombilla: Redes, Internet, guerra en red, terrorismo... Como se me encendió ante los sucesos en Seattle el 30-N. No sé si podré dar salida a todo esto. Pero al menos hay algo que de pronto me ha ilusionado y me hace querer tirar del hilo. En la balanza entre mundo académico y mundo profesional, en uno de los platillos se acaba de poner una piedrecita.

Escrito por Lobo a las Marzo 24, 2004 05:12 AM