Marzo 11, 2004

Como piedra

Hoy tenía pensado escribir sobre el mundo de la cooperación internacional, a raíz de lo que vimos en clase esta semana. Pero hoy me ha despertado el teléfono móvil, al que por casualidad había dejado encendido mientras se recargaba, y me he enterado de la noticia. Mi único contacto con lo que ha pasado al otro lado de la ciudad es la televisión e Internet. Aquí mismo en Madrid, tan lejos y tan cerca. Como si fuera otro país.

Después del almuerzo he ido a un parque con H., la hermana de mi compañera de piso alemana, y hemos contemplado el horizonte de la ciudad desde lo alto de la colina. Le he señalado dónde quedaba Atocha. No sabía que teníamos un sitio así desde el que mirar la ciudad tan cerca del piso. Ella comentó que parecía mentira que todo esto estuviera pasando en la misma ciudad. Nos sentamos en un banco y ella se puso a leer primero, luego a dibujar en su cuaderno de viaje, y yo a leer.

Esta noche ha llegado A., mi compañera de piso, bastante afectada. No entiende la aparente frialdad de los españoles del piso. Yo mismo me sorprendo de la frialdad con que he reaccionado. Siempre mantengo una distancia emocional con todas estas cosas. Y ella casi se ha enfadado conmigo. Le he preguntado qué esperaba de mí, cuál sería la actitud adecuada. He visto demasia mierda en todos estos años, demasiados políticos vomitando estupideces y todos diciendo "nunca más...", "a partir de ahora...", "es el momento de...". No me sorprende la maldad o la mezquindad humana. Hace poco leía sobre la guerra civil de Sierra Leona, con guerrilleros cortando los brazos de niños a machetazos. Llevan meses viviendo esto en Irak. El horror del Tercer Mundo en casa.

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He escuchado esta tarde "Mad Rush" de Philip Glass en la versión a piano. Cada uno reacciona a su manera. Yo a la mía.

Escrito por Lobo a las Marzo 11, 2004 11:23 PM