Febrero 29, 2004

Inventario

Esta madrugada, antes de irme a dormir (a eso de las 7:00am) hice limpieza en mi cuarto, que lo llevaba necesitando hacía dos semanas. Vivía en medio de un desastre, con ropa tanto limpia como sucia tirada por todas partes, toallas, la mochila de ir a clase, calzado, libros, apuntes, papeles, tickets de compra, envoltorios vacíos de chucherías, CD-ROMs, revistas, bolsas de plástico, perchas, motas de polvo como puñados de algodón, cables de todo tipo y pipas, muchas pipas de girasol que he sacado de entre las sábanas y hasta entre el teclado del portátil.

A lo mejor era una parodia, pero creo que llegué a oir de un libro de autoayuda titulado algo así como "No dejes que el desorden invada tu vida". Algún listo llegó a la conclusión de que alguien que tiene su casa patas arribas, no está pasando por un momento muy vitalista. Llegas a convivir con el caos, y al igual que los problemas, no los resuelves. Simplemente das saltitos por encima de las cosas hasta llegar a la cama.

Es sorprendente la velocidad con la que se multiplican las cosas. He llegado a acumular una buena cantidad de folletos, trípticos y octavillas de actos, congresos, jornadas, charlas, cursos, conciertos y actividades a las que nunca fui. Por no hablar de las revistas, boletines, artículos y recortes de todo tipo con información que guardas porque "algún día podrían hacerme falta". Mi experiencia me dice que una vez has acabado y presentado un trabajo académico es cuando encuentras toda esa información que habías acumulado, y que no habías podido encontrar porque la habías quitado del sitio (lógico) donde la guardabas para ponerla en un carpeta diferente en un sitio diferente "para tenerla más a mano".

Me preocupa toda esta acumulación porque tan pronto acabe el curso podría irme a vivir a cualquier parte, y tengo que intentar ir por la vida como nómada ligero de equipaje.

Hace tiempo con un portátil para escribir, una cámara de fotos (con la que retratar el mundo a mi alrededor) y un Discman (para sumergirme en mi mundo con la música) me parecían suficientes para sentirme totalmente satisfecho y autosuficiente. Ojeo los catálogos de tiendas de informática que he acumulado, y me encuentro reproductores MP3 ultracompactos, cámaras digitales ultraligeras y Hanheld PCs con teclado desmontable. La publicidad es la industria del deseo. Un deseo que ha de ser permanentemente alimentado y te hace sentir que la felicidad está a tu alcance un paso más adelante.

...

Un inventario de mis pertenencias.

Un portátil Acer con una lista de accesorios:
-Ratón óptico Logitech
-Altavoces Creative
-Dispositivo memoria externa Transcend
Una cámara AF con objetivo 28-80 Pentax
Un "discman" Sony (ahora lo llaman CD Walkman)
Un móvil Nokia
Miles de euros en deudas
Una montaña de libros
Demasiado cinismo
Un montón de proyectos inacabados
Un puñado de convicciones morales
Una espalda contracturada

Una profunda soledad

Escrito por Lobo a las Febrero 29, 2004 07:53 PM