Todo parecía perdido, pero el destino y la vida le dio una vuelta más a todo, y así, es cómo me decidí a embarcarme en este repentino viaje. Ahora me toca preguntar, si existe la posibilidad de no tener que esperar un año para marcharme a Santiago; puede que lo consiga para el curso que viene, y así, todos mis planes se acercarían mucho más al presente. Dios, es cierto eso de que soy un poco impulsiva y que cuando me da por hacer algo, tomo determinaciones que nadie las cambia. Soy un poco cabezona, sin embargo, me da igual; yo y "mis llocadas" (como son conocidas) son así. Las decisiones se toman en un momento clave y, en ese preciso instante, sólo cuentas tú.
Mañana me toca entablar relaciones diplomáticas con las altas instancias para logros futuros. Seguiré mañana con esta novela que se está volviendo un tanto interesante para próximos post. Un beso y ya nos veremos.