Desde el primer día él me hizo sentir mejor de cómo me había sentido en toda mi vida, mejor de lo que pensaba que era, simplemente mejor. Y así es Alberto, con sus pequeños detalles, con poemas por debajo de la puerta, con sonrisas y miradas que te enamoran una y otra vez. Además sin pensarlo te hace decir cosas que sientes si pararte a pensar y que cuando lo dices te das cuenta de que es verdad, es cierto, pero no sabes cómo lo has dicho ahora y por qué. Esas cosas son por ejemplo que nunca he conocido a alguien como tú y que quisiera estar contigo siempre, así ahora, parándose el tiempo sin que haya distancias. Ese es Alberto.
Y ahora le miro, después de tanto tiempo y me siento como el primer día. El primer día que me besó, el primer día que me dijo te quiero.
Ha pasado una semana desde que llevamos a cabo el trío. Entre nosotros nada ha cambiado, incluso me atrevería a decir que nuestra relación es más fuerte. Ahora mismo estoy en el súper. Tengo que preparar una gran cena porque mañana es su cumpleaños. Le tengo preparada una sorpresa que ni se imagina. Estará en estos momentos quedando con la gente, con los amigos más allegados, queremos que sea una cena íntima. Bueno eso es sólo la primera parte de mi plan. Porque cuantos menos seamos, el ambiente familiar será mayor. La segunda parte comienza después de que todos se vayan. Eso será sobre las dos de la mañana, entonces le daré mi regalo. Lo tengo escondido debajo de la cama. Pondré la excusa de que se me ha caído algo en el dormitorio y que me ayude a buscarlo. Y es ahí, donde encontrará mi sorpresa. Espero que le guste.
Vaya, tengo que irme que son casi las dos y tengo que ir a clase.