Hay momentos en la vida de una mujer en los que no sabes qué hacer, qué pensar,... todos estas preguntas, a mí me suelen surgir con la aparición de una gran amiga insapareble todos los meses (exceptuando el embarazo).
En esos momentos todo lo que me suele venir a la cabeza son temas relacionados con mis sentimientos y veo casi todo desde otra perspectiva; la emotividad aumenta considerablemente y la necesidad de cariño y mimos es casi extrema. Comprendo que esta reación no es escusa suficiente para estar más sentible que el resto del mes. Lo que no entiendo es que esa sensibilidad pueda influir tanto en mi vida, tanto emocional como física, es algo que me hace sentir mal: no es una escusa suficientemente válida como para pedir un mayor grado y mayores atenciones de cariño: ¡soy una egoísta! La debilidad de mi ser es lo que me pide, pero las personas a mi alrededor no me tienen que tratar así, soy una puta mimosa y empalagosa, es algo que pude que cambie tanto para mi propio bien como para la gente que está a mi lado.