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Las cosas son como son, no como nos gustarían que fuesen |
Septiembre 25, 2005Otra manera de ver un asuntoEsta semana que ha terminado, el periódico gratuito Qué! ha dedicado una serie de artículos a reflexionar sobre las ventajas de que los trabajadores saliésemos del trabajo a la hora estipulada; es decir, no hacer jornadas más allá de la hora acordadas. Debo decir que me he leído los artículos de manera transversal y de esta lectura me quedo con la impresión de que la culpa la tienen los jefes y las empresas ( cómo si estas no fuesen un conjunto de personas) exclusivamente. Siento discrepar -algo-, veo el asunto de otra manera. En muchas ocasiones, el motivo de que las personas no se vayan a la hora que se tienen que ir es más por las apariencias, por el ambiente de los compañeros que por otra cosa. ¿Cuántas veces se valora negativamente a aquellas personas que se van a la hora?. Desde mi punto de vista [que por supuesto es discutible, quizá sesgado y erróneo ] existe una costumbre bastante extendida en el mundo laboral que es preocuparse del horario/tareas del compañero y no de las propias. Muchas personas están más preocupadas de a que hora entra, sale o cuantos cafés se toma el compañero que de su propio trabajo, sus propias tareas. El día da para mucho si se sabe aprovechar, es cuestión de organizarse. Hay días que uno puede estar más disperso y hay otros que uno debe estar más concentrado para poder hacer todas las cosas e irse del trabajo a la hora. Porque observo, con mucha frecuencia, que en general se pierde mucho tiempo en el trabajo y posiblemente esta perdida de tiempo es consecuencia de que como se sabe que hay que quedarse hasta las mil para que concentrarse en las tareas. Dicho lo dicho, también me gustaría decir que no confundamos el que se va a su hora con sus actividades/tareas completadas, con el listillo que se escaquea de sus tareas. Y también con aquellas personas que tienen un jefe que le gusta convocar reuniones a las ocho de la tarde, que como las meigas haberlas haylas. Y no me duelen prendas decir, que yo he sido de las que ha hecho jornadas eternas. Unas veces con motivo y otras sin motivo aparente sólo porque estaba mal visto salir a la hora. Y por supuesto a juzgar aquellas personas que se iban a su hora. Pues si es verdad, antes pensaba de esa manera. Y ahora pienso, que equivocada estaba; en algunas ocasiones también me digo [pero menos, que tampoco es plan estarse maltratando]: menuda imbécil que era . Pero si me quedo es porque tengo algo que hacer en ese momento que no puedo dejar de hacer. Porque tener siempre se tienen cosas que hacer y hay que poner un límite a los horarios antes de que estos nos absorban. Así, que empecemos todos a cambiar el "chip"; esto es, a reprogramarnos un poquito. Y la próxima vez que veamos a un compañero salir a su hora pensemos: "Debo aprender a organizar mi tiempo para poder salir a mi hora". Así poco a poco se van cambiando las culturas empresariales. Y ahora dejo una historieta, que esta relacionado con esto y con muchos de los comportamientos del mundo laboral. A mí me viene a la mente muchas veces. Sé que es muy conocida, pero me apetece copiarla. ::::::::::::::::::::::::::::::::: Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos. Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo. Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso. El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos. Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos. Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así. ::::::::::::::::::: [ Esta versión la copie del blog de Microsiervos. Por nada en especial, fui a Google y la primero que me apareció.] Septiembre 11, 2005Y la aventura sigue
En estos dos años estoy contenta conmigo misma porque he conseguido algunas cosas: he ganado en paciencia; he entendido que las cosas son como son, no como nos gustaría que fuesen; que pase lo que pase, mañana va amanecer y que también va anochecer - parece una perogrullada, pero con esto lo que consigo es relativizar todas las cosas; emocionalmente mi vida ya no es un caos, soy consciente de mis estados emocionales y consigo racionalizar las situaciones para encontrar el origen de porque me pongo así y llegando al origen al final acabo riéndome y no hacer una tragedia. He dejado de estar sometida a la tiranía del que dirán; ha sido muy importante también darme cuenta que la vida se pueda interpretar de muchas maneras y que ninguna es mejor o peor; que siempre hay un motivo porque las personas actúan de una manera o de otra y que hay que buscar ese motivo para intentar entender los comportamientos evitando hacer prejuicios o valoraciones; que no hay nada malo en que hoy opine de una manera y mañana si tengo más datos pueda cambiar de opinión; he tomado distancia con mi trabajo; siento que controlo mi vida y que no la vida me controla a mí. Y me quedan muchas cosas por aprender, por mejorar, muchas preguntas a las que encontrar respuesta; la vida es un camino que hay que disfrutar; que no hay meta, que no hay que buscar nada -que paz el dejar de buscar. Mi tranquilidad vital sólo depende de mí, que no le puedo echar la culpa a nadie de mi vida y si algo sale mal es culpa mía y que debo aceptar las consecuencias de mis decisiones. En resumidas cuentas que soy yo la única responsable de mi vida y estar amargada, quejándome o con una sonrisa sólo depende de mí. Hace tiempo que he pensado que este blog ya no tiene sentido; realmente al principio lo utilice para quejarme de mi mala suerte, para protestar contra la vida, para lloriquear, para disculparme, para justificarme, para buscar excusas. Ahora que ya no hago nada de eso [o menos] parece como si no tuviera sentido tener abierto el blog, pero no sé porque, no tengo ganas de cerrarlo. Quizá, sea como en su día escribió La Pequeña Ricci: "todas las que escribimos blogs lo hacemos por vanidad", a lo mejor es esto que tengo el blog por vanidad. Me apetece tener abierto este espacio; es cierto que ya no es lo mismo. Me parece difícil que pueda llegar a volver a escribir post como los que he escrito sobre mi vida; espero no confundirme, pero me siento con más recursos, con más herramientas para afrontar cualquier nueva situación que la vida me pueda deparar, para no llegar a pensar que la vida es una auténtica pesadilla, para llegar a la deseperación o que esta me puede a mí. Y por último, que no menos importe, nunca pensé que conocería a personas en carne y hueso, esto estaba descartado en esta aventura que comencé hace dos años. Me hizo muchísima ilusión, si soy sincera hasta yo misma estaba sorprendida que me hiciera tanta ilusión y no me arrepiento al contrario me vino muy bien (esto es demasiado largo de explicar porque me vino muy bien, pero me vino muy bien). Gracias a todos los que me han leído, los que me han hecho algún comentario porque - esto ya lo he dicho en varias ocasiones- siempre, siempre me han ayudado en este camino de la vida. Mil besos. Septiembre 08, 2005Pasando el díaParece mentira, con ADSL en casa y no tengo tiempo para escribir. Reconozco que desde la semana pasada que volvimos a tener en el trabajo jornada partida me esta costando. En agosto me acostumbre a que a las cuatro de la tarde ya estaba fuera y claro ahora hasta las siete tengo que estar por aquí. No sé porque no hacemos como en otros países, que se van pronto a casa y no como nosotros que nos encanta hacer jornadas eternas. Menos mal que en mi actual trabajo el ritmo es lento (en algunos casos demasiado lento). Acostumbrada toda mi vida a salir a las mil, esto de saber que a las siete fuera es una maravilla. Y que conste que no es que se me cae el bolígrafo, simplemente que no tengo más trabajo. Las ventajas de ser un consultor de medio pelo en una empresa de medio pelo, eso sí trabajando para un cliente grande (esta en el Ibex35). Como dice mi hermano cada vez voy a menos y quizá sea cierto pero por lo menos tengo tiempo para mí, así que cada uno decide. Ahora estoy en el trabajo, son las 11:34 (aunque este post lo publicaré a la noche desde casa). No tengo nada que hacer, todos los documentos, correos electrónicos y demás gestiones que tenía que hacer están hechos. Ahora me toca esperar a que alguien me conteste y pueda seguir avanzando ... son las 12:40 continuo con mi post. Me llamaron por teléfono y a raíz de esta llamada he tenido que hacer un par de gestiones es decir leer un documento y poner un email. Bueno que productiva me siento. Así es este trabajo, a cuenta gotas. Debería ser más lenta haciendo las cosas, pero es que no puedo. Si tengo algo que hacer, me lo tengo que quitar de encima. La ventaja de estar en este cliente y de las funciones que tengo es que me permite observar los comportamientos de las diferentes personas. Ya sabemos como son las grandes empresas, los cotilleos, los dimes y diretes, las mentirijillas. Realmente es un ejercicio muy interesante, me esta haciendo pensar mucho. Me viene bien, estar aquí pasar desapercibida y observar. Bueno son las 14:07 retomo el post. Estoy haciendo tiempo hasta y media para ir a tomarme algo. Hoy creo que hace buen día; en estas oficinas tan grandes - y aunque están en el centro de Madrid - es complicado saber el día que hace. En el caso que haga calorcito me voy a una terraza que hay cerca de aquí, con mi libro y tan contenta hasta las cuatro de la tarde [cierto, horario de funcionaria total, bueno ya iba siendo hora que alguna vez en mi vida pudiese hacerlo]. En caso que vea que no voy a estar bien en la terracita me voy a otro local cerrado en el que puedo estar estupendamente leyendo. Me gusta esta costumbre de llevarme un libro y ponerme a leer, me relaja. Ventajas de esta vida de medio pelo. Pues nada más. Por hoy dejo de escribir que me voy a tomar un té. PD: Al final me fui a la terracita y estupendamente. |