Reflexiones inconexas
Desde el jueves soy consciente que me voy. Antes no es que no lo fuese pero digamos que de diferente manera. Las despedidas, las cañitas y las cenas ayudan a ser más consciente de que me largo.
Cosas buenas: que me he desprendido de muchísimas cosas, que otra cuantas las guardo en cajas y se quedaran muertas de asco en casa de mis padres, hasta no sé que día que tengamos que vaciar ese lugar [pienso que lo mejor es no tener sitio de sobra, así no podría guardar cosas]. Y otras cuantas me las llevo, realmente pocas lo necesario: mis imprescindibles. ¿Qué ocurre? que mi imprescindibles realmente no son muchos pero si algo voluminosos se reducen a mis ordenadores y material relacionado con este tema. De esta mudanza lo que más pena / pereza (es relativo esto de pena) es desinstalar la habitación de mi estudio (vamos donde hago mi vida) ya que esta mal que lo diga pero lo tengo muy cómodo - que no significa mono, no confundamos-. Quizá sea lo que más me va a costar hasta que no tenga otra vez mi entorno organizado, importantisimo ADSL (para mí es tan importante como el agua y la luz, que le voy hacer). Por supuesto que donde voy a trabajar tengo acceso a internet y toda la historia pero a mi no me gusta mezclar temas, además al principio tengo que ver si controlan por donde navega la gente y cosas varias. Además tengo que cumplir la máxima de "escoba nueva barre bien".
Ahora tengo que mentalizarme porque resulta que he mentido [ ohhh!! Queridos lectores ¿decepcionados? :-( Les miente!!, Así es la vida ] He mentido porque dije que vivía en Madrid cosa que todos vosotros sabéis que no es cierto y he mentido en mi CV.
[ Les, por favor explícate porque estas perdiendo muchos puntos; aunque no sé si a esta altura de la película me queda alguno ]
Resumiendo, no conté toda la verdad en cuanto a responsabilidades y funciones que he desempeñado. Así que ahora tengo que acostumbrarme a tener jefes; en principio no voy a poder organizar con tanta libertad, deberé someterme a una cierta disciplina. No es que ahora no tuviese disciplina pero tenía mi libertad para disponer y organizar como mejor me pareciese los proyectos. [¿tendré un horario? ¿saldré a la hora? ¿no tendré teléfono? ¿dejaré de apagar fuegos? ¿podré tener las vacaciones cuando quiera no cuando los proyectos me dejen? ...] Razón por la cuál tengo que controlarme no vaya a ser me pase de listilla, así que hasta que me incorporé estoy en proceso de mentalización. Veremos como mi Ego se comporta, que le encanta ser la más lista de la película, ¿conseguiremos que el Ego de Les este tranquilito?.
La otra mentirijilla, que no vivo en Madrid, no me preocupa tanto. Si fuese otra ciudad tendría problemas pero Madrid la conozco y nunca me he sentido extraña ni cuando estoy por unos días. Sólo tengo que acordarme que estos últimos tres años largos he vivido en Madrid.
Eso sí, me he prometido a mi misma que no voy a inventarme ningún novio. No me apetece ponerle nombre y toda la historia, casi prefiero que piensen que no me aguanta nadie y que solo me queda vestir santos. De verdad, con la edad esto de mentir sobre este tema cada día me da más pereza.
En esta ultima semana que he estado muy relajada he pensado mucho. El proceso de embalaje, que se resume en mover las cosas de un sitio para otro, también invita a pensar. Cada vez que encontraba algo que hacía mil años que no veía me venía a la mente todo un aluvión de recuerdos; no quiero deciros con los CDs de música que me recuerdan diferentes etapas y grupos de conocidos. Bueno a lo que iba, que tengo una sensación de alivio, es una sensación rara. Curioso, siempre pensé que si me iba estaría excitadísima, preocupada incluso con algo de miedo (a la incertidumbre o a pensar si es la decisión correcta), con dudas y para nada.
Bueno, no sé cuando volveré a escribir porque estas dos-tres próximas semanas me da a mí que voy a estar un poco ocupada, para escribir estos post tan largos, sobre mí, mí y mí.
Y después dicen que la mayoría de los que tienen un blog sufrimos ombliguismo ¿Por qué será?.