Emociones

Una de las ventajas de que anochezca mas tarde es la posibilidad de contemplar la puesta de sol al regresar a casa. Por extraño que pueda parecer, aquí en Galicia, estamos disfrutando de un tiempo espléndido; así que, dando un paseo, me he acercado a la playa [ abrigada, tampoco vayáis a pensaros ] y pude contemplar una orgía de colores que se formaban entre el mar, el cielo y la tierra; dependiendo hacia donde mirase, podía ver diferentes tonalidades de rojos, amarillos, azules y blancos que se mezclaban y generaban un espectáculo fantástico.

[ Lástima, que una no tenga el arte para escribir, para poder describiros todo lo que mis ojos pudieron contemplar; al estilo de Proust, que me encanta como lo hace, como se emociona y me emociona con los pequeños detalles. ]

Que paz, que silencio, que maravilla poder oír el sonido del mar ... puede parecer una contradicción: silencio / oír el mar .... pero no lo es.

Sensaciones que producen una serie de emociones agradables, difíciles de describir.

Palabras, sin ton ni son

¿Cómo sé: que lo que soy, lo que quiero ser, es lo correcto? ¿Cómo sé: que mi ser, mi estar, mi conducta, mi moral, mis principios, mis pensamientos, mi forma de ver las cosas son correctas?.

Me inquieta estar equivocada, me inquieta pensar que pueda tener posturas obcecadas; me inquieta que lo que haga no me ayude a mejorar; pero llega un momento en que soy lo que soy, pienso como pienso y llevo la vida que he decidido llevar - y no me refiero sólo a mi identidad sexual - sino a mis hábitos, aficiones, gustos, preferencias, principios y yo creo que son los correctos - quiero decir que no perjudican a nadie, que me ayudan a crecer - pero claro ¿quién dice que son correctos?, ¿quién me dice que no debería cambiarlos?, ¿por qué me decidí por unos y no por otros? .

Me obsesiona, me interesa, me propongo mejorar como persona, así que casi todas mis conductas están enfocadas a ese objetivo; me corrijo, me impongo "deberes"; quizá todo lo que yo pienso que es correcto pues no lo es. ¿Cómo saberlo?. Quizá sea una tontería dedicarle tanto esfuerzo a conocerme, a mejorar, quizá sea una perdida de tiempo ...

Que difícil es vivir, que cansada se me hace esta vida, que complicada. Me parece que ya lo he escrito en alguna ocasión: me queda muy grande la vida.

Y las últimas palabras las he escrito con pudor, con vergüenza; sé que hay personas que lo están pasando mal ( sólo pensar en el 11-M o en un hospital) pero ahora mismo, es lo que yo siento; y siento pensar de esta manera pero no puedo evitarlo ... tampoco es que me esté quejando; simplemente, estas palabras, son sólo la expresión formal de mis pensamientos en estos momentos.

De repente

La vida es ..... no tengo palabras para definirla.

De repente sin buscarlo, se me presenta una posible oportunidad profesional; ni mejor ni peor - profesionalmente hablando - sino diferente.

Es cierto, que estoy buscando un cambio de trabajo en Madrid o Barcelona, porque estoy un poco aburrida de lo que hago; necesito una empresa con un marco de trabajo distinto; con un ambiente de superación, proactividad y con metas más ambiciosas.

Tampoco es que quiera cambiar por cambiar, que ya dice el refrán: "más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer"; pero me apetece cambiar.

Si esta oportunidad se me presenta en Madrid o Barcelona, estaría dando palmas con las orejas, pero resulta que es en Santiago de Compostela.

Me traslado, pero no tan lejos.

Ventajas, de este hipotético cambio, muchas; desventajas algunas.

En principio y hasta donde yo sé (en la próxima semana concretaremos), al trabajo y a la empresa - que realmente es lo que más me preocupa, el entorno en el que voy a desarrollar mis funciones - no le puedo poner ni un solo pero.

Entonces, ¿A que vienen esas dudas y miedos?. A vivir en Santiago de Compostela; a quedarme en Galicia.

Continuará......

Y así, de la manera mas tonta, se ha instalado en mi un dolor de cabeza ....

Todo se queda antiguo

El blog de Buscando a Swan me recuerda lo que escribió Juan José Millás, el viernes en el periódico El País.

Y es esto lo que me ocurre, todo se me ha quedado antiguo, mi existencia se ha quedado suspendida; estoy tremendamente desolada. Madrid para mi, es referencia en mi vida; viví - me enamoré locamente ;-) - , estudié, trabajé, tengo amigos, conocidos, también está mi hermano, voy con frecuencia y tengo en perspectiva volver otra vez a vivir en Madrid; quizá por eso, me afecta mas que si hubiera sido en otra ciudad que no conoces, por donde nunca has estado.

En estos momentos es todo tan relativo, el texto de Juan José Millás refleja muy bien mi estado; yo que utilizo este blog para quejarme, para mis desvarios, como vía de escape, ahora no sé ... son de estas cosas que te hacen pensar, reflexionar de lo que es importante y de lo que no lo es.

Me imagino que a cada persona, los hechos del pasado jueves, le afectan según el momento que esta pasando en su vida; en estos momentos de mi vida que estoy así, con un pie aquí (donde vivo) y otro en Madrid, que me replanteo mi vida: lo que hice, lo que no hice, lo que quiero hacer/ser, lo que no quiero hacer/ser; al ocurrir un hecho de esta naturaleza te das cuenta de lo frágil que es nuestra existencia. El tópico: “la vida son dos días”, es tan cierta; hay que vivir, porque nunca se sabe cuando te puede pasar algo.

Por supuesto la vida continua, no podemos dejar de reír, ni dejar de hacer lo que teníamos planeado. Con el paso de los días, todo volverá a la normalidad – para todos los que no hemos sufrido directamente esta salvajada-, a nuestro día a día e incluso el blog volverá a coger el tono patético que en muchas ocasiones le caracteriza.

Ya he votado ...

¿Qué alguien me lo explique?

¿ Cómo puedo hoy afrontar el día, después de lo que esta pasando en Madrid?

¿ Diálogo ? Cómo se dialoga con tantos muertos, heridos y tantísimo dolor.

No sé cual es la formula.

En algunas ocasiones TOLERANCIA CERO

No quiero pensar, que puedo tener amigos, conocidos entre los muertos y heridos, porque sé que los puedo tener. Menudo día.

Por favor, que hoy nadie me hable de ideologías, con discursos demagógicos; porque le parto la cara. Hay cosas que hacen sacar lo mas malo de las personas. Y hoy de mi solo sale lo mas malo.

Este es un post con mucha rabia e impotencia.

Posiblemente, dentro de un rato, no tan en caliente me arrepienta de escribirlo; pero así es como me siento.

Actualizado:

Segunda parte

[Aviso al lector: Post denso, denso, como si me hubiera fumado un canuto ... una ida de olla ... además, ya sabemos que segundas partes, nunca fueron buenas ]

Después de los comentarios a mi anterior post, me han obligado a reflexionar y posicionarme sobre nuestro derecho (como votantes) a saber todo sobre los candidatos.

Primero, decir que comparto la máxima de Kant, aquella que dice: obra como si la máxima de tu acción hubiera de convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza. De esta manera, cuando abordo alguna cuestión, trato de que los resultados a los que llego sean extensibles para todos, por si algún día me los tienen que aplicar a mí; otra cosa es que lo consiga.

En este afán mío de llegar a algún criterio mas o menos razonable [ yo necesito tener un posicionamiento, no con el objetivo de justificarme pues nada tengo que justificar, simplemente quiero razonar porque valoro la situación de una manera y no de otra] he necesitado plantearme alguna situación más común que la de postularme como candidato al gobierno; es decir, me creo un nuevo escenario que sea más habitual y que conozca mejor, porque lo he vivido (experimentado), a partir del cual extrapolaré un resultado a la situación sobre la que quiero valorar (un poco lío, ya lo advertí).

Se me ha ocurrido el siguiente escenario: el derecho que tiene una empresa en sus procesos de selección de personal a conocer mi esfera privada. Es decir, en este modelo que me he creado, la empresa hace de ciudadano: la contratación no es mas que un voto a mi candidatura y el candidato, obviamente, soy yo.

A mí, no me gusta que en una entrevista de trabajo me realizan preguntas que yo entiendo forman parte de mi esfera privada, como por ejemplo: mi orientación sexual, mis creencias o si "follo" mucho o poco [esto es verídico; ya sé que es para ver la reacción del candidato y todos esas historias, pero creo que se pueden emplear otros métodos]. Por supuesto, tampoco me gustaría que intentarán enterarse por terceros de esa parte privada mía.

¿Tiene derecho la empresa a saber mas de mí de lo que cuento, a saber si estoy mintiendo en cuestiones de mi esfera privada que no tienen nada que ver con mi trabajo a desempeñar? La empresa, por supuesto, tiene derecho a que yo acredite, mediante documentos, lo que digo que soy, pero no más.

Mi duda es: ¿hasta que punto, mis competencias profesionales se ven influenciadas por mi esfera privada?, ¿Seré mejor profesional si soy calvinista, protestantes, católico, musulmán, agnóstico o si soy homosexual, heterosexual o bisexual?.

Es indudable que existe una relación en mi forma de proceder diaria, pero no necesariamente mis competencias profesionales se verán perjudicadas o mejoradas.

Entiendo que la empresa [en el otro sistema: los ciudadanos cuando ejercemos el voto ] esta contratando [ estamos eligiendo ] a una persona que tiene que cumplir una serie de objetivos y funciones. Así como ciudadano, quiero que quien me gobierne cumpla con sus obligaciones que, en este caso particular, es el propio candidato quien a partir de un programa electoral ha establecido; cuando me contrata una empresa es esta, la que me especifica mis obligaciones.

Con todo esto, en el caso que no nos importe que una empresa (extensible a cualquier organización social: universidad, comunidad de vecinos, boys-scout...) conozca todo sobre nuestra esfera privada, mas de lo que nosotros mismos estamos dispuestos a contar; entonces, obviamente, si que tendríamos todo el derecho del mundo a saber todo de los candidatos independientemente de los medios empleados para saber la verdad.

Alguien podría argumentar: que no se presente, es el precio - conocer su vida privada – por presentarse a candidato. Al igual que los periodistas, cantantes, actores, escritores los debemos conocer por su trabajo, sin importar su vida privada - allá el que la quiera vender, eso es otro tema - me parece un precio demasiado alto publicar la esfera privada de cualquier individuo. Puestos a extrapolar, se podría pensar que en la empresa también un individuo es un personaje público (interacciona con clientes, proveedores..) por lo tanto la empresa (incluido compañeros de trabajo) tiene todo el derecho a saber todo sobre mi.

Y cambiando un poco de asunto pero no de tema, creo incoherente que muchos colectivos y personas homosexuales vean con buenos ojos el outing en el caso de Rajoy sólo por el hecho de que sea del PP.

Después, no vale que nos llevemos las manos a la cabeza cuando nos discriminan por ser homosexuales; porque el criterio: “si eres del PP, el outing vale”, lo que se está haciendo es discriminar por la ideología que tiene un individuo. La coherencia, en estas actitudes, brilla por su ausencia.

Uno tiene que respetar, hasta incluso cuando no nos respetan.

Increíble todo estas líneas y sin fumarme nada ...

¿A quién le importa ?

Leo:

[ Vía Periodistas Digital ]

Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a publicar quién es homosexual.

Tengo que decir, que el planteamiento - si o no al outing - me parece una perdida de tiempo; lo comparo como si nos preguntamos si tenemos que publicar quiénes tienen hemorroides, quiénes son del Barcelona o del Real Madrid ...

Y comprendo menos que el planteamiento tenga su origen de personas homosexuales; ya que podría entender que algunas personas que conciban la homosexualidad de otra manera - tipo enfermedad o algo peor - quisiesen con el "outing" avisar, alarmar a la sociedad. Algo parecido a lo que ocurrió el siglo XVI con el fenómeno de la caza de brujas. Un persona homosexual no necesita prevenir a la sociedad: " que voy ", pues, no hay nada que prevenir.

¿A quién le importa si soy o no homosexual?, ¿Qué me importa a mi quién es homosexual?. Yo decido a quién, cómo, cuándo y dónde digo que soy homosexual.

Esto me recuerda a las películas de vaqueros en el que aparecía el cartel: "Se Busca" y la foto del malhechor de turno; pues aquí lo mismo: "Homosexual" y su foto.

Y por último, que los de la revista Zero digan: "que aparezca Rajoy en la portada es casual", es considerar a los lectores tontos: hace bastantes años el rumor que había en Santiago de Compostela era que Rajoy era gay y además que estamos en campaña electoral. Cada vez estoy mas convencida, que los medios de comunicación nos consideran una panda de borregos.

Y me quedan cosas por decir, tendremos segunda parte, probablemente.

Switch off

Hoy, es de esos días que me gustaría tener un interruptor para poder apagar mi mente.

Y dejar de pensar; que mi mente no piense en nada, pero en nada.

Pero mi mente no deja de pensar.

Si mis pensamientos fuesen productivos, no me preocuparía; pero me preocupa, porque mis pensamientos son ensueños: fantasías e ilusiones.

Y yo sé, que los sueños nunca se cumplen.

Esta lucha por alejar todas estas fantasías - hay que decir que con una imaginacíón desbordante - de mí, me esta desgastando.

Me gustaría estar hasta arriba de trabajo, así no tendría tiempo; pero no, esta semana esta tranquilita.