Me hago mayor

Ayer en el trabajo una persona que estaba cerca de mi mesa se quejaba porque tenía muy mala suerte y que algo debía haber hecho en su vida anterior. Realmente, estaba sufriendo. La retahíla de comentarios iban en ese orden.

¿El problema? Había cancelado [sin perdida económica] un fin de semana [de ocio] en Paris debido a que Francia esta en huelga y resulta que ahora se habían desconvocado. Algo así era la historia.

¡ Realmente trágico!

Entonces me di cuenta que me hago mayor. Quizá – no lo sé- si tuviese 10 años menos pensaría de la misma manera e incluso me hubiera puesto peor. Pienso que con la edad te das cuenta que esas cosas no son tan importantes, que ya habrá otro fin de semana, que le vamos hacer. En un momento hasta me pareció de mal gusto porque no fue el típico comentario tonto de “menuda suerte la mía” o similares.

Reconozco que puede ser complicado entender esta reflexión pero el contexto de la persona es la que me hizo reflexionar sobre esta queja. Rondará los 25/26 años, trabaja para una importante consultora - cierto que aún está en la base de la organización pero ya sabemos como son estas empresas se empieza por abajo para hacer méritos –, maneja mucho “dinero”. ¿Y porqué lo sé? Porque tengo ojos, hay cosas que se saben, que se ven. No todo el mundo puede ir a trabajar día sí día no, con complementos/accesorios personal de marcas conocidas por su alto precio. Posiblemente su viaje a Paris fuese para comprar cosas.

Quizá si la queja hubiese venido de otra persona me hubiese pasado desapercibido.

Me imagino que con la edad nos vamos dando cuenta de la suerte que tenemos. Cuando eres más joven no somos capaces de valorar todas las cosas y se sufré . Porqué no negaré que esta persona sufría.

Por otra parte ¿cómo uno sabe que la Navidad ya ha llegado? Porque ya tenemos Cortylandia. Hoy ya hemos podido escuchar las primeras canciones navideñas no eran villancicos pero están cerca.