Una tarde de agosto
Hay ciertas características de mi personalidad que sé que debería cambiar, modificar. No porque a mí me molesta, que no me molesta, pero para conseguir ciertos objetivos o metas no me queda más remedio.
Pero reconozco que se me hace cuesta arriba, por mucho que lo intento me doy contra una pared. Entonces se produce esa tensión entre lo que por una parte deseas y por otra tienes que modificar para poder conseguir ese deseo.
Y parece fácil, porque lo difícil (creo) esta en darse cuenta de lo que una tiene que modificar. Sería complicado tener un deseo y no saber que hacer para llegar a esa situación (que una cree que le va a reportar mas satisfacción). Así que una vez identificado el problema te documentas y después sólo tienes que ponerte manos a la obra.
En mi caso sé cual es el problema, lo tengo totalmente identificado, también me he documentado, informado. Pero a la hora de ponerlo en la práctica pues no hay manera.
Me imagino que hay cosas que por mucho que una lo intenté no puede llegar a modificar a cambiar, hay un límite. Porque aunque nuestra personalidad/actitud/comportamiento es más o menos modificable, queda un "algo" que es tan inmodificable como una característica física.
Supongamos que "creo" que para mi vida sería bueno que participase en un concurso de canto (el objetivo no es ganarlo sólo participar). Este sería el deseo. El problema es que no sé cantar, por lo tanto una vez identificado el problema sólo tengo que ponerme a estudiar para aprender a cantar. Pero resulta que por mucho que intente educar mi voz (la teoría me la sé), no hay manera. Esto no significa que otras personas aplicando la misma técnica no fuesen capaces de educar la voz para poder participar en el concurso, pero en mi caso nada de nada. No hay manera, la voz no sale. [El ejemplo no hay que entenderlo al pie de la letra pero es mas o menos así]
Lo curioso del caso, es que este deseo que creo que sería bueno para mí, tampoco sé si realmente fuese bueno para mí. Porque esto es una creencia, a lo mejor resulta que no es tan bueno al contrario que me va a complicar la vida. Que es algo que me he obcecado y resulta que no, que no me va aportar nada. Pero claro tengo la duda.
O a lo mejor este deseo no es lo suficientemente fuerte, porque no sale de mi sino de mi sueños-fantasías, del exterior de otros comentarios y me impide poder cambiar o modificar.
Bien sabe Dios que lo he intentado pero es superior a mí. Es como un árbol que tiene una rama que crece en otra dirección, por mucho que intentemos enderezarla (porque pensamos que así va a ser más bonito el árbol) no se consigue. Y a lo mejor si esa rama se endereza el árbol después no es tan bonito como habíamos pensado.
Lo sé es un poco rayada esto; este post confirma que no tengo jornada de verano y tampoco mucho trabajo (realmente media empresa esta de vacaciones). Por lo tanto me permite comerme un poco la cabeza (sólo un poco) en esta tarde del mes de agosto.
PD: Soy una inconsciente, porque este blog empieza a tener de anónimo lo que yo de monja cartuja. Y aquí tan pancha escribiendo estas cosas.... vamos de traca.