¿Quejarse?

Me he quedado un poco descolocada de los últimos comentarios; no he sabido explicarme o no se ha captado mi ironía. Pero en absoluto me quejo o ese no es el fondo de mis post.

Todo lo contrario no dejo de dar gracias a quién sea de lo bien que me ha venido el cambio. No quiero nada más, me conformo con lo que tengo. Pero en absoluto me quejo, en absoluto.

Esta tranquilidad, este andar por la vida sin esconderme, sin tener que mentir, siendo yo, sin justificar cada uno de mis acciones, mis actos. No sé explicarlo, sólo quiero vivir así sin más, no pido más.

Quejarme sería INMORAL.

Cambiando de tema, me voy a referir al último comunicado de la conferencia episcopal: primero, puedo entender que no sean capaces de aceptar que existan personas homosexuales. No me cuesta comprender esta posición, no es fácil para algunos heterosexuales pensar que existen otras formas de amor.

A mi realmente lo que me cuesta entender es la necesidad que tienen de utilizar términos tan duros; cerrarse en posiciones que no dejan ningún resquicio a la tolerancia, al diálogo. No debería ser así. Cierto, que no soy quién para determinar cual debería ser el papel de la Iglesia, pero también la Iglesia no es quién para decir continuamente que somos diferentes con sus mensajes.