reflexiones

Tengo muchas cosas que hacer pero estoy tranquila. Todo a su tiempo. El tema de la vivienda era lo más importante y ya lo tengo resuelto. Ahora me queda cerrar temas de trabajo aquí y organizar mi mudanza. Qué-cuándo-cómo me llevo y que no me llevo. Las mudanzas son ocasiones estupendas para hacer limpieza.

La decisión de regresar a Madrid no ha sido fácil, he tenido que valorar muchas cosas y todo lo que implica. Entre otras cosas: empezar de cero; volver a empezar. En el fondo sabía que tarde o temprano debía de arriesgarme; aunque claro tampoco a lo loco, necesitaba cierta seguridad. No tengo la sensación de que estoy escapando o huyendo como ha ocurrido en otras ocasiones en mi vida; sino más bien como una decisión lógica y consecuente. Realmente no tengo la más mínima duda de que es la decisión más importante y más consciente que he tomado en mi vida. Y también creo – y es cierto por eso lo escribo- la más acertada, a pesar de todas las dificultades que puedan surgir.

Madrid me gusta principalmente por el anonimato. En el anterior post, una lectora, Lambda, me recordaba algo que había escrito hace tiempo (ya ni me acordaba): en Madrid una es una gota en un océano y a mí esa sensación me gusta.

Mi vida - entiéndase por mi yo, mi ser - no va a cambiar porque me vaya a vivir a Madrid. Lógicamente cambiarán mis hábitos cotidianos pero a los pocos meses volveré a tener mi vida ordenada y organizada. Si soy sincera tampoco es que quiera que mi vida cambie: ni busco experiencias nuevas, ni me voy a desmadrar, ni necesito / busco pareja (de esto prometo escribir en otro post) aunque pueda dar la impresión por la frase de mi anterior post cuando escribí Chueca tiembla - que a día de hoy, aquí en casita, me parece una auténtica tontería; debió de ser el ciber que me afecto-.

Vivir en Madrid me permite sentirme con más libertad, para cosas tan tontas como poder tomarme un té sin necesidad de preocuparme en que local estoy, si estoy sola o que personas me acompañan. Desde fuera puede parecer esta situación una verdadera tontería pero para mí no lo es, a mí me cansa.

Por eso regreso a Madrid, porque gano libertad para decidir. Pero que tenga libertad no significa, ni lleva implícito que me transforme, cambie o me comporte de manera diferente. La libertad me permite decidir lo que yo quiero hacer y no hacer de manera sencilla, sin necesidad de justificar cada minúto de mi vida.