No fue gol

Esta semana que finaliza me hubiera gustado tener un pelin de suerte.

Bueno, que todos los males sean estos.

A veces, nunca se sabe si a lo mejor es suerte el no haberla tenido. Quiero decir: muchas veces pensamos que no tenemos suerte y con el tiempo te das cuenta que no fue así, que en el fondo la suerte fue haberla tenido. Y en otras ocasiones, es al revés pensamos ¡qué bien! y con el tiempo se demuestra que no fue tal la suerte.

No soy de dejar todo en manos de la suerte y el azar; pero en ocasiones si que es necesario tener una pizca de suerte. Por supuesto, que no todo depende de la suerte sino también del esfuerzo personal por querer que algo salga de una manera. Me parece que fue Tiger Woods (jugador de golf) que dijo [no es literal]: cuanto más entreno más suerte tengo. Y es cierto, cuando más entrena más posibilidades tiene de ser mejor en su juego pero también necesita algo de suerte. La suerte por si mismo no vale pero a veces es necesario tenerla.

Realmente me veo [siempre empleo imágenes, algún día escribiré sobre este asunto] como si fuese un(a) jugador(a) de fútbol: tengo el balón; me escapo dirección a la portería; estoy en el área a la altura del punto de penaltí; el portero está, pero no muy bien colocado y no consigo meter el gol. Cierto, peor hubiera sido que no hubiese portero y que no lo hubiese metido ;-)

Aunque no tengo claro si fui yo quien falló el gol (enviándolo a las gradas) o fue el portero quien lo paró. Da lo mismo, el resultado es que no fue gol.

Es una pena, pero siguiendo con mi símil ya habrá otros partidos.