Dos besos

Puede que alguna persona después de leer estas líneas piense que la autora de este blog tiene algo contra los hombres e incluso llegue a pensar que esa es la razón de que sea lesbiana. Tengo que decir, con toda sinceridad, que esa apreciación no es correcta [ ¡claro! que voy a decir ].

No tengo nada contra los hombres, igual que no tengo nada contra las mujeres. Mi carrera profesional se desarrolla en entornos laborales en la que la mayoría son hombres y coordino equipos en la que en la mayoría de los casos todos son hombres; la frecuencia de reuniones en la que la única mujer soy yo es bastante alta. Es cierto, cada vez hay más presencia femenína. Por lo tanto, mal iba si realmente tuviese problemas de relación con los hombres. De hecho, me fastidia mucho cuando una mujer - por los motivos que sea - hace la típica demagogia de ellos como grupo. No me gusta nada esa rivalidad de lucha de sexos que muchos hombres y mujeres tienen. Cada persona es cómo es, independiente del sexo y no se pueden meter a todos/todas en el mismo saco.

Pero hay algo que me molesta en el hombre y si lo pienso detenidamente, creo que es lo único que me molesta de los hombres [ esto se aplica a las mujeres; a mí las discriminaciones no me gustan, ya sean positivas o negativas ]: es la manía de dar dos besos en la mejilla cuando te conoces en un contexto laboral, ejemplo: reuniones. Este tipo de presentaciones se realizan en un escenario laboral y a muchas de estas personas no veré mas o sólo trataré temas relacionados con el trabajo.

¿Acaso si yo fuera un hombre me darían dos besos? Hay hombres, que tienen esa manía – que no lo hacen con mala fe o porque quieran aprovecharse - de repartir besos, como si tuviesemos algún tipo de relación de afecto.

Otra cosa muy diferente, es el caso de compañeros de trabajo en los que ya hay algo mas que un contacto profesional y en este caso, si hay una relación de afecto fruto de años; pero es un afecto que se ha logrado con el tiempo, porque el día a día nos ha permitido conocernos y ver que hay algo mas que sólo una colaboración profesional.

El asunto del par de besos también es diferente cuando me encuentro en otro contexto; por ejemplo: con amigos que te presentan a otras personas, ahí por supuesto que doy dos besos porque el enfoque de la relación es diferente.

¿Borde? A lo mejor, pero sólo cuando yo vea que un hombre le dé un par de besos al compañero con el que voy a una reunión, entonces a mi no me importará.

Lo reconozco queda borde cuando alguien viene en plan guay a darte un par de besos y tu le pones la mano; vamos, que los dejas en el sitio. Cierto, marca distancias ...puede ser.