Promesas Cotidianas

Cada vez es más habitual encontrarme a personas que se empeñan en prometer cosas que no pueden cumplir. Y no me refiero a promesas relacionadas con temas transcendentales sino asuntos cotidianos, del día a día. Ejemplos: "mañana sin falta te envío ese documento"; "no te preocupes que el material lo tienes mañana a primera hora"; "por supuesto en el plazo estará aquello"; "sin falta mañana te llamó por teléfono con una contestación".

Yo, sólo prometo aquello que sé voy a poder cumplir. Obviamente, puede ocurrir alguna cosa que me impida cumplir con la tarea pero tiene que ser algo extraordinario o fuera de lo corriente.

Lo reconozco, me decepciona bastante que la gente no sea seria en estas cuestiones tan tontas. Para mí, cumplir una promesa es una muestra de respeto hacia los demás, aunque sean pequeñas cosas y en el ámbito laboral.

Por otra parte, soy mucho más comprensiva con aquellas promesas fruto de nuestras reacciones emocionales; ya que estas son hechas mas con el corazón que con la cabeza.

Cada vez es más difícil encontrarse a personas (en el día a día) que valoren las palabras, que entiendan el significado de la comunicación sincera; todo sería mucho más fácil.

Dedicado [ nunca lo leerá, pero yo me quedo estupendamente ] al que ayer me prometió - porque le dio la gana, porque quiso ir de guay - que hoy me llamaría con una contestación. No sólo me lo prometió una vez sino tres - como Judas -.

Sabía que no me iba a llamar, hice conmigo misma una apuesta. Lástima, que mis habilidades de pitonisa no me sirvan para adivinar los números de la lotería.