Segunda parte
[Aviso al lector: Post denso, denso, como si me hubiera fumado un canuto ... una ida de olla ... además, ya sabemos que segundas partes, nunca fueron buenas ]
Después de los comentarios a mi anterior post, me han obligado a reflexionar y posicionarme sobre nuestro derecho (como votantes) a saber todo sobre los candidatos.
Primero, decir que comparto la máxima de Kant, aquella que dice: obra como si la máxima de tu acción hubiera de convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza. De esta manera, cuando abordo alguna cuestión, trato de que los resultados a los que llego sean extensibles para todos, por si algún día me los tienen que aplicar a mí; otra cosa es que lo consiga.
En este afán mío de llegar a algún criterio mas o menos razonable [ yo necesito tener un posicionamiento, no con el objetivo de justificarme pues nada tengo que justificar, simplemente quiero razonar porque valoro la situación de una manera y no de otra] he necesitado plantearme alguna situación más común que la de postularme como candidato al gobierno; es decir, me creo un nuevo escenario que sea más habitual y que conozca mejor, porque lo he vivido (experimentado), a partir del cual extrapolaré un resultado a la situación sobre la que quiero valorar (un poco lío, ya lo advertí).
Se me ha ocurrido el siguiente escenario: el derecho que tiene una empresa en sus procesos de selección de personal a conocer mi esfera privada. Es decir, en este modelo que me he creado, la empresa hace de ciudadano: la contratación no es mas que un voto a mi candidatura y el candidato, obviamente, soy yo.
A mí, no me gusta que en una entrevista de trabajo me realizan preguntas que yo entiendo forman parte de mi esfera privada, como por ejemplo: mi orientación sexual, mis creencias o si "follo" mucho o poco [esto es verídico; ya sé que es para ver la reacción del candidato y todos esas historias, pero creo que se pueden emplear otros métodos]. Por supuesto, tampoco me gustaría que intentarán enterarse por terceros de esa parte privada mía.
¿Tiene derecho la empresa a saber mas de mí de lo que cuento, a saber si estoy mintiendo en cuestiones de mi esfera privada que no tienen nada que ver con mi trabajo a desempeñar? La empresa, por supuesto, tiene derecho a que yo acredite, mediante documentos, lo que digo que soy, pero no más.
Mi duda es: ¿hasta que punto, mis competencias profesionales se ven influenciadas por mi esfera privada?, ¿Seré mejor profesional si soy calvinista, protestantes, católico, musulmán, agnóstico o si soy homosexual, heterosexual o bisexual?.
Es indudable que existe una relación en mi forma de proceder diaria, pero no necesariamente mis competencias profesionales se verán perjudicadas o mejoradas.
Entiendo que la empresa [en el otro sistema: los ciudadanos cuando ejercemos el voto ] esta contratando [ estamos eligiendo ] a una persona que tiene que cumplir una serie de objetivos y funciones. Así como ciudadano, quiero que quien me gobierne cumpla con sus obligaciones que, en este caso particular, es el propio candidato quien a partir de un programa electoral ha establecido; cuando me contrata una empresa es esta, la que me especifica mis obligaciones.
Con todo esto, en el caso que no nos importe que una empresa (extensible a cualquier organización social: universidad, comunidad de vecinos, boys-scout...) conozca todo sobre nuestra esfera privada, mas de lo que nosotros mismos estamos dispuestos a contar; entonces, obviamente, si que tendríamos todo el derecho del mundo a saber todo de los candidatos independientemente de los medios empleados para saber la verdad.
Alguien podría argumentar: que no se presente, es el precio - conocer su vida privada – por presentarse a candidato. Al igual que los periodistas, cantantes, actores, escritores los debemos conocer por su trabajo, sin importar su vida privada - allá el que la quiera vender, eso es otro tema - me parece un precio demasiado alto publicar la esfera privada de cualquier individuo. Puestos a extrapolar, se podría pensar que en la empresa también un individuo es un personaje público (interacciona con clientes, proveedores..) por lo tanto la empresa (incluido compañeros de trabajo) tiene todo el derecho a saber todo sobre mi.
Y cambiando un poco de asunto pero no de tema, creo incoherente que muchos colectivos y personas homosexuales vean con buenos ojos el outing en el caso de Rajoy sólo por el hecho de que sea del PP.
Después, no vale que nos llevemos las manos a la cabeza cuando nos discriminan por ser homosexuales; porque el criterio: “si eres del PP, el outing vale”, lo que se está haciendo es discriminar por la ideología que tiene un individuo. La coherencia, en estas actitudes, brilla por su ausencia.
Uno tiene que respetar, hasta incluso cuando no nos respetan.
Increíble todo estas líneas y sin fumarme nada ...