léemetoda

La oscenidad del poder

No hay nada más osceno que el poder.
La mentira es su atavío, con el que se viste de la mañana a la noche. Cubre sus "partes" con ropajes de lujo: Armani, Versace, Dior. Esconde su hedor con perfumes embriagadores: Chanel, Dior.. recubre sus intenciones con alusiones a los "valores" fundamentales: democracia, libertad. En sus palabras siempre hay una confrontación: Bien (nosotros), Mal (los otros). El poder se nutre de la complicidad de la humana condición: los lameculos, los pelotas, los que por un puesto son capaces de enviar al otro mundo a su propia madre. El poder no se sacia nunca, es como una bestia sedienta de sangre. Por eso se llama Poder.

Vueve la retórica fascista

El héroe italiano

Cómo los media transforman a un mercenario en héroe.
De veras que es curioso cómo la prensa "amarilla" traspasa las fronteras. estoy leyendo toda la retórica sobre la figura de este hombre que era un mercenario y que hoy es un "héroe".¿Quién nos lo dice? la prensa. Asistí el miércoles a la transmisión que, si viviésemos en una democracia auténtica, tendría que ser acusada de manipulación, de mentira y de cinismo hasta lo inverosímil. Esa transmisión normalmente no es en directo, la graban unas horas antes de su transmisión. Pero esa noche fue en directo, extraño. En el estudio estaban presentes: el ministro de Exteriores: Frattini, un líder de la oposición, Rutelli, el general de turno, el analista de turno, y familiares de tres de los rehenes: faltaban los del rehén finado: extraño. Empezó el espectáculo a las 22, con el anuncio del asesinato de un rehén, porque ahora las desgracias se transforman en espectáculo, para una dirigencia mediática que expresa su gran desprecio por los sentimientos. Se mantuvo una gran expectativa durante más de 3 horas por saber cuál de los rehenes había sido asesinado, el ministro decía no saber el nombre del rehén, se mantuvo así hasta que: "Coup de Théatre": llegó una llamada telefónica de un periodista que dijo el nombre del rehén asesinado: Fabrizio Quattrocchi. A ese punto el ministro asintió, confirmó la identidad y dijo que ya se habían avisados a sus padres (mentira, porque la familia lo desmintió al día siguiente) dieron la noticia en directo a la familia. Estaba todo preparado: ya antes de empezar la transmisión sabían, a través del embajador italiano en Qatar que había obtenido de Al-Yazeera, la cinta de la grabación y había comunicado la identidad a la embajada. No nos podemos fiar de la TV, con ella manipulan la realidad en los momentos decisivos.

Valencia

Hoy se afianza en mí el deseo de volver, será porque es la fiesta de la república, aunque la mayor parte de la gente no la celebre, será porque Berlusconi me está empezando a crispar los nervios con su retórica mercantilista rabiosa, será porque la primavera en ciernes me hace recordar el olor del azahar de la zona de la Safor, de donde procede una parte de mi familia, será porque tengo la impresión de que se abre para España un nuevo periodo de creatividad. El caso es que hoy, de buena mañana, casi casi me visto de fallera, si bien es un traje que encuentro ridículo y que afea a las mujeres. Hoy me prepararé una paella, para ir metiéndome en el ambiente levantino, me leeré alguna obra de Don Vicente Blasco Ibáñez, para seguir con el tema republicano, y escucharé al maestro Serrano, y luego empezaré a pensar dónde quiero vivir, en la Malvarrosa o en el Barrio del Carmen.....

En brazos de la mujer madura

El treintañero enamorado

¡Ya era hora de que las mujeres pudieran gozar de un privilegio que hasta ahora era exclusivo de los varones: tener compañeras, amantes jovencísimas! Las mujeres de mi generación, que han vivido "generosamente" el periodo del amor libre, podemos permitirnos el lujo de tener hombres jóvenes. Desde hace unos 15 años, mis relaciones eróticas están caracterizadas por la diferencia (a mi favor) de edad. Los jóvenes se dejan seducir, con mucha facilidad, por mujeres maduras, seguras de lo que quieren, que es vivir las relaciones con total libertad: sin ambages. ¿Qué más puede desear un inseguro treintañero, que vive a lo mejor, con su familia, que no tener ninguna responsabilidad sentimental? El sexo, además, funciona divinamente, que me lo digan a mí...

Lencería

Las bragas de encaje negro

Que un hombre se ponga unas apetecibles bragas negras de encaje y se sienta tremendamente realizado parecería imposible. Pues no, no es así. Existe una corriente de pensamiento, lo llamaría, débil, que se expresa en estas pequeñas conquistas: no un deseo de travestitismo, no, es otra cosa: es realizar la fantasía incestuosa de ser una putilla y ofrecerse a una mujer con un fuerte temperamento, que podría tener un cierto vislumbre de viril, y, con ello nuestro joven, con bragas negras depositaría su latente homosexualidad en las alas protectoras de una dominadora-padre. Está muy de moda entre los hombres de clase elevada querer ponerse unas bragas y sentirse a la merced de una dulce mujer con un caracterillo un tanto duro.

Milán-Navigli-Canales

Volver

antes de las elecciones del 14/M pensé que si ganaba el PSOE volvería a España, tras vivir casi 30 años en el país de Berlusconi: estaba segura de que ganaría el PSOE, aunque nunca hubiera soñado que lo hiciera en unas circunstancias tan dramáticas. Ha llegado el momento de volver a Valencia, pero hay algo que todavía me retiene: ¿será la terrible fuerza de la costumbre?
Vivo en Milán, en el corazón (si se puede decir que una ciudad tiene uno) de la ciudad, en una zona con canales que le dan a las calles una belleza especial. Es un barrio con una gran tradición izquierdista y bohemia, los mejores pintores tienen sus talleres aquí. No puedo pensar en abandonar para siempre la ciudad que yo elegí, por amor de un hombre, hace tantos años. Cuando llegué, en los años setenta, era una ciudad que ofrecía a una jovencita de pueblo valenciano, una serie de oportunidades que mi país en ese momento no me daba: vivir participando en la construcción de la historia: el mundo parecía que estaba cambiando ruidosamente: asambleas, reuniones feministas de "autoconciencia". Todo un movimiento que se extendía por todos los espacios de la vida. ¡Ah qué tiempos aquellos! Hoy, Milán ha perdido su appeal, se ha convertido en una ciudad aburrida, dominada por la moda, es como una señora que ha envejecido mal. ¿Milán, Valencia?