Los cuerpos son un producto comercial. Bellos, yogurcitos, sin grasas, sin irregularidades, sin imperfecciones. Cuerpos de marmórea estatuidad. Pero como todo lo que expresa un rayo de luz oculta una sombra casi más grande, los cuerpos, en realidad esconden en sus pliegues, la debilidad de la ausencia del alma. El alma, sin entrar en terreno teológico, es la estructura, lo que tiene vivo y dinámico cualquier objeto o persona (objeto). Los cuerpos torturados de Abu Ghraib me estremecen. Esas mujeres, que un día iluminaron con su presencia los lugares que pisaron, en sus tranquilas residencias, con la invasión "democrática" perdieron su honorabilidad, cuando un día, por un motivo fútil, por encontrarse en el sitio equivocado a la hora equivocada, pasaron unas horas, días, semanas en una cárcel: fueron objeto de placer para pervertidos americanos, acostumbrados en sus TV a complacer la vista con la repugnancia del mercado del sexo, y fueron humillaciones para ellas, de las cuales jamás podrán olvidarse, hasta tal punto que elegirán la muerte, como limpieza a una ofensa a ellas, a la familia, a la comunidad. Pobres amigas mías.
Escrito por baltika a las Junio 30, 2004 01:35 PMAbu Ghraib.
Escrito por Somófrates a las Junio 30, 2004 01:56 PMHe leído todo tu blog. Fantástico.
Escrito por Somófrates a las Junio 30, 2004 03:34 PM¿Todo, todo?
Escrito por a las Junio 30, 2004 04:27 PMSin duda los sucesos de Abu Ghraib son la muestra del nivel de perversión al que el hombre puede llegar. Antes, se torturaba en nombre de dios, ahora en nombre de la "democracia".
Solo cambian las excusas...
Escrito por vemeko a las Julio 1, 2004 12:02 AM