Mi relación con la tecné siempre había sido pésima. Durante años tuve un viejo ordenador todavia en M-DOS con el cual me llevaba fatal, lograba sólo hacerlo escribir. Llegó Internet, en mi escritorio de trabajo me miraba con infinita tristeza, no le dignaba ni siquiera de una mirada: todos aquellos iconos me parecían tonterías. Fui reacia a usarlo, hasta que, por motivos de las cíclicas actualizaciones en el mundo del trabajo, tuve que meterme in Internet. Cambié el trasto viejo que tenía desde el 86, y, una vez en mi casa, aunque desconocía por completo la existencia de Windows, empecé a entrar en contacto con la tecné de manera apasionada esta vez. Hoy soy una cincuentona enamorada del ordenador. Gracias a mi amor por él, mi vida ha cambiado profundamente: he conocido el sexo sin amor, gracias a mis innumerables encuentros, con situaciones curiosas e intrigantes. he conocido aspectos de mi sexualidad que antes me eran desconocidos: una cierta propensión a la dominación, o a las situaciones orgiásticas. Hoy el interés por los encuentros "en la oscuridad" han desparecido porque cuando se hace una experiencia, repetirlo continuamente resulta, a la postre, aburrido. Pero mi curiosidad no ha cesado.
Escrito por baltika a las Marzo 20, 2004 05:38 AM